¿Saben que es estar al borde de quitarse la vida? ¿Ha presenciado tu propia muerte? ¿Han pensado en cómo sería su velorio si algún día deciden irse de esta tierra? Sabía que no tenía una salud mental sana, pero no dejaba de pensar en nada más que no...
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Capítulo 3
Cuando estaba en el escenario, me quede sin voz, tal vez sea cierto y tenga una hermosa voz, pero tengo miedo escénico, no sé hablar en público, eso me causa traumas, he tratado de superar eso, pero es un poco difícil. Siempre tengo una voz negativa que me habla y me grita que no puedo hacerlo y que no soy suficiente. Me encanta cantar, incluso siempre canto en casa y toco el piano, pero lo hago para mí, no me gusta que me escuchen cantar o tocar porque pienso que se van a burlar de mí.
» Busco verdaderos adoradores que me adoren en espíritu y verdad.
Señor, aún no.
Y como siempre, el ser humano limitando a Dios. Amo a Dios, el señor es mi todo, sin él nada soy, y estoy segura que pronto sanaré, él me ayudará a sanar.
Te estoy sanando.
Cuando me quedé sin voz en aquel escenario todos se comenzaron a reír y a decirme palabras feas. Recuerdo que me lanzaron muchas cosas. Ese día llegué a casa hecha un desastre.
- Negra fea.
- No tienes talento.
- ¿Sino ibas a hacer nada para qué participaste?
- Péinate, mírate, eres horrible. - Me gritó Hannah.
Y esas fueron algunas de las tantas palabras que recibí aquel día. Todos me menospreciaron. Cada una de esas palabras fueron directamente a mi corazón y la inseguridad, el miedo escénico y la desconfianza aumentaron en mí, por eso me es difícil confiar en los demás, incluso me es difícil confiar y creer en mí misma.
Confía en mí.
Estoy tratando de hacerlo, pero es muy difícil.
» ¿Porque permites que las palabras de las personas te afecten hija mía? Eres mi hija, y eres hermosa.
Incluso para mi padre soy un desastre.
» Tu padre no sabe lo que tiene.
Te amo Dios.
» Yo te amé primero.
Llegué a casa después que salí de la escuela, la escuela está muy lejos de casa. Mi madre está sentada en el mueble leyendo un libro, mi padre está en la granja, y mis dos hermanos al parecer no han llegado de la universidad, al entrar a casa saludo a mi madre con un beso en la mejilla.
— ¿Cómo te fue? — me pregunta mi madre mirándome con atención. Hoy la escuela no estuvo tan mal, no me encontré con las chicas que casi siempre se burlan de mi porque todas estaban en los ensayos del baile.
— Muy bien — respondo con sinceridad.
— Una amiga tuya, creo que su nombre era Hannah, si no me equivoco — hace una pausa — estuvo aquí con dos compañeras más, no recuerdo sus nombres...
— Ve al punto — la interrumpo con desesperación.
— Ambas estuvieron aquí —me asombro, no puede ser posible. ¿Hannah en mi casa? Ella es tan molesta.
— ¿Y? — abro mis ojos.
— ¿Y? ¿Es en serio? ¿Por qué tú no puedes ser normal? ¿Por qué no eres como las demás chicas de tu edad? — me grita. Resoplo, bendita Hannah.
