Capitulo 2

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Dos semanas habían pasado, el futuro pocionista había tenido malestares todo ese tiempo, no solo emocionales al haber perdido a su mejor amiga de la infancia y la caída de su Lord a manos de el último Potter, sino también físicos, desde la resaca de ese día hasta vómitos, mareos, nauseas, dolores en la parte baja del estómago y más.

Narcisa se llegó a percatarse de algunos de esos síntomas y le había prometido ir a San Mungo antes de que la propia Malfoy lo llevara a la fuerza, desde que había nacido su pequeño Dragón, se había vuelto aún más protectora de lo que ya era.

Y ahí estaba con Regulus (quien fue mandado por su prima para que le avisara de que es lo que tenía el mestizo), entraron y después de unos minutos consiguieron pasar al consultorio del medimago; el chequeo empezó y terminó rápidamente.

–Felicidades, usted está en cinta– dijo en un tono neutral el mago.

–¿Qué?– preguntó Regulus con impacto.

–Soy hombre de nacimiento, no tengo matriz u ovarios– respondió en un tono seco.

–Mier... Jamás lo enseñaron en Hogwarts– dijo el Black mientras se llevaba la mano a la frente.

–¿Enseñar qué?– preguntó intrigado Prince.

–Adivinaré que no sabía sobre su condición de mago fértil– dijo con calma el medimago, a lo que Severus lo vio como si tuviera 3 cabezas de repente.

–Los magos fertiles son magos con la capacidad de gestar, hace años, cuando se empezaron a mezclar los magos y los muggles, los sangre pura extremistas prefirieron encontrar la manera de que algunos magos tuvieran la opción de continuar con el linaje de su familia, sin la necesidad de una bruja– relató.

–Lo que me sorprende un poco es que no sepa si es un sangre pura– dijo con algo de vergüenza.

–Porque no lo es, es mestizo, pero su madre lo era, quizás heredó el gen por pura casualidad– dijo el más joven.

–Carajo– fue lo único que atinó a decir Severus.

Otra semana pasó y se había resguardado en la mansión Malfoy, no tenía ganas de salir a absolutamente nada, así que para vigilar que no hiciera algo estúpido, optaron por moverlo a una de las habitaciones sin uso de la mansión

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Otra semana pasó y se había resguardado en la mansión Malfoy, no tenía ganas de salir a absolutamente nada, así que para vigilar que no hiciera algo estúpido, optaron por moverlo a una de las habitaciones sin uso de la mansión.

El pequeño Black había informado a todo el grupo del diagnóstico de su amigo, Narcisa casi empieza a saltar de felicidad y al mismo tiempo estaba tan preocupada que solo su bebé había podido distraerla lo suficiente como para olvidarse del asunto.

Lucius quería buscar al otro padre y hechizarlo hasta quedar satisfecho, Barty se impactó en el primer segundo pero después intentó aligerar el ambiente con positividad, mientras que Regulus aún estaba impactado, quien consideraba un hermano mayor estaba en cinta, tendría un hijo y aún no sabían quién era el otro responsable.

El último día de la semana, Severus había salido, más decidido que nunca, le daría la vida que él no tuvo a ese/a bebé y lo haría sin la ayuda de Sirius, creía que sería era una mala influencia sobre cualquier bebé, así que no dejaría que supiera de su existencia, cosa que sería fácil, estaría en Azkaban durante un tiempo indefinido.

Bajó a la sala encontrándose con el más grande del grupo, quien al verlo se apresuró a encararlo, necesitaba saber el nombre del otro padre, ya del paradero se encargaría él; –¿Cómo te sientes?– preguntó.

–Jodido y con unas ganas enormes de criar a un bebé, así que llama a Regulus y a Barty, porque tenemos que hablar– respondió totalmente decidido mientras se dirigía a donde creía que estaría su amiga.

Esa tarde no había confesado con quien se había acostado y probablemente jamás lo haría, pero sí sobre su plan detallado de qué haría en los próximos años.

–Tendré que suspender el convertirme en un pocionista reconocido– terminó con algo de amargura, quizás para eso si necesitaba de Sirius, no tenía el dinero para criar a su hija/o como le gustaría.

–No– interrumpió el más joven.

–No voy a dejar que abandones tu sueño por esto, así tenga que asumir la paternidad de eso que llevas dentro– dijo con algo de enojo pero totalmente seguro.

Todos estaban en silencio mirando al Black como si hubiera perdido la cabeza. –¿Qué? ¡No puedes hacer eso! Tu vieja madre nos sacaría a crucios de su casa y probablemente prefiera morir antes que aceptarlo– dijo Severus con algo de intensidad, si, lo que llevaba dentro tenía la genética Black y nadie sospecharía, pero ¿casarse con quien consideraba su hermano menor?

–Vaya, esto no me lo esperaba Reggi, pero Verus tiene razón, tu madre jamás aceptaría tener un yerno mestizo, sin ofender– dijo, dirigiendo lo último al Prince.

–Aunque... Si no se enterara, quizás podría funcionar– afirmó con total confianza Barty. Sus ideas podían ser locas, pero habían funcionado para sacarlos de varios embrollos.

–Creo que no te diste cuenta, pero Snape no es un apellido mágico y mucho menos uno sangre pura– Severus mencionó con acidez.

–Pero también eres un Prince, mi tía estaría encantada de tener a un miembro de esa familia en su familia, aunque tendremos que inventar algo lo suficientemente creíble como para que no sospeche de que eres un mestizo– dijo con emoción Narcisa.

Y así reinventaron su historia familiar; ya no era el mestizo que había sufrido por el maltrato de un alcohólico agresivo en un barrio pobre e inseguro; ahora era un sangre pura que había quedado huérfano y había crecido en un orfanato a las afueras de escocia, con el apellido de su madre al ser a la única que habían podido reconocer.

Papá, padre y ¿dadfoot?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora