Papá, padre y ¿dadfoot?

Capitulo 7

El 1ro de Septiembre había llegado y con ello la emoción y algo de tristeza de que no vería a su padre durante meses, aunque podía escribirle cartas todos los días y siempre podía ir al despecho de su papá y hablar sobre cualquier cosa.

Llegaron al andén 9 3⁄4, con los Malfoy, era el tercer año de Draco, por lo tanto se iría con él y sus amigos. –Un abrazo más y ya los dejo subirse– dijo Regulus, el cual sin dejar que su esposo o su hija respondieran, los tomó en brazos y los apachurro sin importar que la gente se les quedara viendo muy intrigados.

–Padre, me asfixias– dijo Alexia mientras daba pequeños golpecitos en el brazo de Regulus para que la soltara un momento.

–Tranquilo Reggi, solo serán unos cuantos meses y a parte, seguro te escribirá casi a diario; cuando Draco entró, nos mandaba cartas todos los días aunque sea solo para quejarse de Potter– intervino Narcisa sin poder contener una pequeña risa por lo último, cosa que avergonzó a su hijo.

Los adultos rieron y Regulus recordó algo –Antes de que te vayas, una última cosa, no te acerques a Potter, así veas que está peleando con tu primo, no le hables, simplemente ignoralo, Draco estará bien– dijo con un tono autoritario.

–Tranquilo tío, no dejaré que Potter se le acerque a Ale– dijo Draco totalmente seguro, esos dos definitivamente eran como hermanos.

Durante el viaje Alexia se había hecho amiga de Astoria Greengrass, una niña que había ingresado un año antes que ella; era hermana de Daphne Greengrass, una chica a la que había visto muy pocas veces en casa de sus tíos pero que la había atrapado con esa mirada fría y aspecto elegante, sus cabellos rubios y cálido cómo la luz del sol hacían contraste con su porte, definitivamente era la chica más hermosa que había visto en toda su vida.

Había sido un viaje tranquilo aunque durante una parte del viaje, las ventanas se habían congelado y descongelado de la nada, Draco iba hablando con sus amigos y Alexia con Astoria mientras admiraba a su hermana disimuladamente; al llegar a Hogwarts después de un paseo en barco que había compartido con un chico extraño, Dugal McPhail y una chica tímida, llamada Megan Jones.

Ya sabía sobre que el techo estaba encantado pero era realmente lindo verlo en persona a comparación de imaginarselo mientras su primo o sus padres le contaban acerca de. La subdirectora McGonagall los había recibido y les había explicado antes de que empezara la selección con un sombrero mágico.

–Black, Alexia– dijo McGonagall y algunos de grados mayores empezaron a murmurar, estaban seguros de que por su apellido sería seleccionada en Slytherin. La pequeña subió emocionada a recibir el sombrero, se preguntaba ¿qué cosas vería sobre ella? y aún más importante ¿en que casa la pondría?.

~Mmmm una Black, nunca creí que el joven Regulus tendría una hija antes que su hermano Sirius, aunque... tu te ves distinta, tanto que hasta podría jurar que eres hija de Sirius jajaja~ empezó el sombrero.

~¿Sirius? No tenía idea de que así se llamaba el hermano de mi padre, su nombre está quemado del tapiz familiar, la abuela Walburga me lo mostró hace años, antes de morir~ continuó Alexia en su cabeza.

~Bueno, basta de hablar de él, veamos, tienes las cualidades para dos casas, aunque sería divertido romper con la tradición ¿no lo crees?~ preguntó el sombrero.

~La casa Black tiene muchas tradiciones absurdas, hagámonos~ aceptó emocionada.

~Bien~ confirmó el sombrero.

–¡HUFFLEPUFF!– gritó como veredicto final.

–¿Hufflepuff?– preguntó la pequeña Black, al parecer sus padres tenían razón, cosa que la desanimó un poco.

La mayoría de alumnos estaban sorprendidos, en especial los de Slytherin, nunca se había visto a un miembro de la casa Black que no fuera un Slytherin... bueno, a excepción de Sirius. La pequeña bajó del banco y se dirigió a la mesa de los tejones, siendo recibida por cálidas sonrisas y miradas curiosas.

La selección y el banquete pasó, los prefectos de su casa les indicaron el camino a su sala común y la forma correcta de tocar los barriles al ritmo de Helga Hufflepuff; la sala común se veía confortante, se había sentido nerviosa pero la mirada de su papá solo la había felicitado con más cariño de lo habitual, aunque en silencio.

Severus no se lo diría, pero estaba aliviado de que no hubiera quedado en Slytherin, de lo contrario habría tenido que cargar con los malos prejuicios de ser una Black y una serpiente. 

Mientras que en otro lado había un gran perro negro deambulando por las afueras de Londres, a esa altura ya había carteles de Se Busca con su cara por todos lados, pero casi nadie sabía que era un animago ilegal, así que eso le daba ventaja.

Se seguiría pudriendo en Azkaban pero no podía dejar que ese traidor rastrero le hiciera algo a Harry o a su hijo o hija, al parecer había estado viviendo con los Weasley todos esos años mientras él pagaba por el asecinato de su mejor amigo y la esposa de este.

Una parte de él estaba furioso y la otra estaba emocionado, no veía a su ahijado desde que el pequeño tenía un año y por fin conocería a su bebé, aunque según lo que calculaba, su bebé recientemente había cumplido 11 años, estaba seguro de que quedaría en Slytherin gracias a su hermano y a Severus, pero él le amaría sin importar eso.

🍵✨: No se, me gustó mucho la idea de que no quedara en Slytherin xd