Capítulo 7 - Secuestrada

6.2K 365 16
                                    

Nikolay

—Jefe, ya tengo todos sus datos. Te dejo la carpeta para que veas la información que sale. No es mucha, pero basta.

—Gracias, Aleksei, ahora lo miro.

Sale de mi despacho y comienzo a ojear la carpeta. Su nombre es Ailín De Santis, italiana, veintiséis años, padres muertos, sin hermanos ni familiares conocidos... Mmmm... Eso es bueno, así nadie te buscará... Contadora y economista de riesgos empresariales. Tiene varias empresas en diferentes países y vive sola. Se ha forjado un imperio por mérito propio.Cada día me asombras más,tигрица(tigresa).

******

Me encuentro ansioso, han pasado dos semanas y hoy por fin la tendré conmigo. He dejado que sean Viktor y Aleksei quienes se encarguen del secuestro, prefiero quedarme ultimando detalles para cuando llegue. Paso el día ocupado en mis negocios cuando me llega un mensaje diciendo que ya la han subido a la habitación. Sé que está dormida, por lo que no la molestaré.Enciendo las cámaras para verla y saber cuándo despierte. ¿Cómo se tomará el estar privada de libertad? Sonrío victorioso para mis adentros...

—¡Por fin te tengo donde quería,tигрица (tigresa), pronto serás completamente mía!

******

Ailín

Me despierto con molestias en el cuello y siento que estoy en mi cama. Quiero recordar cómo he llegado a ella. Un sudor helado recorre mi cuerpo; miro hacia los lados y veo que donde estoy confortable no es la mía, tampoco mi habitación. Cierro los ojos poniendo mis manos en la cabeza para coordinar mis ideas y un flash aparece con todos los recuerdos de la noche anterior.

—¡¡Hostia puta!! ¡Me han secuestrado! —grito.

Estoy empezando a cabrearme. ¿Quién coño se ha atrevido a tanto? No tengo enemigos o al menos ellos no saben que lo son. Entonces, ¿quién fue? Patrick o Bruno, tal vez...Muevo la cabeza negando...Aunque no les hablo hace años, estoy segura de que mi padre y hermano no llegan a tanto. No me queda otra que esperar y ver quién es. Suspiro levantando mis hombros y negando.

Pasan varias horas antes de que se abra la puerta y en ese momento me paralizo.

—Espero que estés cómoda y que todo sea de tu gusto, Ailín —me dice el dios griego que conocí hace más de un mes y en el que pienso a menudo. Se me seca la boca y no sé qué decir.

—Te comió la lengua el gato,tигрица(tigresa).—Pero ¿qué coño? ¿Me acaba de llamar tigresa? No le haré saber que hablo ruso, siempre es mejor guardarse un as.

—¡No entiendo a qué viene esto, no te conozco, no sé quién eres y mucho menos quién te crees para secuestrarme! —le digo alzando de más la voz.

—Tranquila, tигрица (tigresa), ya habrá tiempo del interrogatorio. —Y ahí va otra vez... Ruedo los ojos, comienza a reírse, tiene una sonrisa hermosa y una risa contagiosa; pero ¿qué coño dices, Ailín? ¡No pienses con las hormonas, por Dios! Debe ser que hace mucho que estoy en abstinencia. Sí, eso es.

—¿Por lo menos me dirás tu nombre? —le pregunto.

—Por supuesto, qué mala educación la mía. Soy Nikolay Dmitriev. —Ohh, no, no, no, no... No puedo estar en las manos de este mafioso... Mierda, mierda, mierda. Tengo que mantener la calma, debo pensar tranquila, respira... No puede saber quién eres. Inhala, exhala, inhala, exhala.

—Creo que sabes quién soy por la manera que hiperventilas —dice sonriendo, el cabrón.

—Por supuesto que sé quién eres. Trabajo como contadora y algunos de mis clientes no son..., cómo decirlo..., trigo limpio.Investigo a todos al igual que a sus socios. No les permito mezclar sus negocios sucios en mi trabajo. Lo entienden y así la fiesta se lleva en paz. Su nombre sale asociado a varios de ellos. —En realidad conocía su nombre como el jefe supremo de la mafia rusa, pero no su cara. He visto a un tal Gustav Dmitriev, porque Stjepan, mi protector, se topó con él en el pasado y trabajaron juntos para sobrevivir.

—Interesante, nunca hubiera pensado que te atrevieras a tanto sabiendo que son peligrosos, eres inteligente o muy estúpida, pero sin dudas una cajita de sorpresas. —En estos momentos quiero golpearlo por decirme estúpida.

—Tal vez soy las dos cosas y me gusta el peligro. Yo no me meto con ellos ni viceversa, pero estoy al tanto de todo, o al menos eso intento, por si intentan jugármela. —Lo miro desafiante.

—Creo que tenerte conmigo será más gratificante de lo que me imaginé. —Si piensa que me quedaré con él está borracho.

—A todo esto, no me ha dicho por qué el capo de la Bratva ha tenido que secuestrar a una mujer indefensa. —Vuelve a reírse.Cuando hace eso me cuesta concentrarme y coordinar palabras. Se acerca a mi cuerpo con una sonrisa lasciva y sus ojos oscuros de deseo.Sin pensarlo reacciono golpeando su pecho haciendo que se aleje de mí.

—Buena patada,tигрица(tigresa), veo que deberé ser duro contigo para que entiendas que desde hoy soy tu dueño y esposo. Harás lo que te ordene y sino sufrirás las consecuencias. —¡¡¡WTF!!! ¡Puta mierda! ¡No puede ser verdad esto! Comienzo a respirar fuerte, mi cabeza punza y no puedo pensar.

—¡¡Ni harta de vino seré tu esposa y mucho menos haré lo que te plazca!!, ¿te queda claro? —le grito llena de odio. Vuelve a acorralarme pero esta vez me coge desprevenida y no logro golpearlo, aprisiona mis manos a la espalda y pega mi cuerpo a la pared. Mi respiración es irregular, como la de él. Mi pecho sube y baja. Su cercanía me quema y su toque hace que mi cuerpo vibre. Acerca sus labios a los míos sin dejar de mirarme, estoy por sufrir un colapso nervioso.

—Aprenderás de mi mundo y serás Моя королева (mi reina) —dice cerca de mis labios, provocando con su aliento caliente y mentolado una descarga en mi centro que me hace temblar.

Baja la cabeza y une nuestros labios, no puedo resistirme, lo intento, pero no puedo cuando presiona su cuerpo contra el mío en la pared. Su lengua caliente me pide permiso para entrar en mi boca; ya no tengo control de mis actos, mis barreras bajan y le permito besarme a su antojo. Nuestras lenguas danzan de una manera perfecta, es un beso ardiente, intenso y dominante; parece que llevamos haciéndolo toda la vida. Ninguno quiere detenerse hasta que el aire es necesario. Ya no puedo negar lo que me hace sentir este hombre. Provoca cosas que creí muertas y lo que más me preocupa es que ni con Gian me sentí así. Dios, ¡voy a arder en el infierno! ¡¿En qué manos he caído?! De él no podré escapar. Me suelta lentamente y antes de retirarse me deja peor de lo que ya estoy con lo que me dice.

—Esto es una muestra de lo que haré. No niegues que te mueres por mí, así como yo lo hago por ti. Soy un hombre paciente y no te tocaré hasta que estés preparada. —¿Pero qué mierda dice? ¿Preparada? Llevo cinco años sin sentir emoción o excitación por un hombre, no he tenido necesidad ni ganas de follar, y ahora con su sola cercanía y un beso... estoy que quiero atarlo a la cama, que me empotre como quiera mientras gimo y grito su nombre. Sin duda este hombre es un peligro y revoluciona mis hormonas... Que Dios nos coja confesados, Nikolay... «Buff», suspiro toda acalorada.


WTF: Siglas de la expresión en inglés What the fuck, que se traduce con frases como «qué demonios», «qué carajo» o «qué mierda es esto».


Los secretos de mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora