Capítulo 11 - Recuerdos dolorosos

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Ailín

Escucho con atención, pero sin demostrar demasiado interés, no quiero que sepa que entiendo ruso.En realidad, hablo y escribo perfectamente siete idiomas. Aunque me pese, debo agradecer a mis padres por esto.

¿Сказать? (¿Diga?).

Находится в подвале. (Está en el sótano).

Через 5 минут я там. (En cinco minutos estoy ahí).

Pero, ¡¡qué mierda!! Como haya llevado a Marko al sótano para golpearlo por el beso, se va a enterar quién es Ailín De Santis.

Lo miro, acaricio con una mano su rostro, paso mi dedo por su labio inferior, me muerdo el interior de mi mejilla mirándolo con ternura y le digo que vaya si lo necesitan. Asiente y sale de la cocina rumbo al sótano.

Voy corriendo a la habitación a ponerme un calzado deportivo que no haga ruido, así como una calza de deporte y top a juego. Nikolay me ha comprado de todo para que esté cómoda en mi estancia y yo debo disimular que estaba buscando el gimnasio para atraparlo in fraganti con Marko. No permitiré que por hacer su trabajo lo castiguen dándole una paliza.

Bajo al sótano y al acercarme comienzo a sentir quejidos desgarradores. Observo desde las sombras y me paralizo con lo que veo. Un hombre atado a una silla está siendo golpeado, le han quitado varias uñas, le han cortado 3 dedos de las manos y otros tantos de los pies. Le falta una oreja y le arrancaron las tetillas con una tenaza. Obviamente este no es Marko.No puedo moverme, estoy paralizada cuando escucho a Nikolay.

—Si quieres que pare, dime. ¡¿Dónde está el Dragón?! —le grita.

—¡Ya os dije que no lo sé! —le contesta de igual manera el pobre hombre.

—¡Sacadle un ojo! —ordena Nikolay.

—¡Por favor, por favor, basta... Os diré lo que sé, pero, por favor, parad!—Estoy segura que cantará como un pajarito.

—Dime, ¿dónde encuentro al Dragón? ¿Cuál es su próximo objetivo? —habla más calmado el mafioso; lo que se dice de él en cuanto a sanguinario es muy cierto. La tortura que le está haciendo a este hombre es cruel y dolorosa, prácticamente lo están desmembrando vivo.

—No sé dónde se encuentra, siempre se comunica con nosotros por teléfono y nos envía el plan bien detallado. Tampoco sé cuál será su objetivo ahora, nos avisa dos días antes —comenta el hombre jadeando.

—¿Me quieres decir que nunca lo has visto? —Nikolay comienza a cabrearse de nuevo.

—Es la verdad, nadie lo ha visto. Se cubre muy bien las espaldas. —No aguantará mucho más sin hablar, pienso.

—No te creo. ¡Prosigan con él! —Ay noo, me estremezco.

—¡Por favor, le estoy diciendo la verdad! No lo conozco, he visto a una mujer dirigir el último golpe, ¡pero a él, jamás! —grita y pienso que ya lo han roto, hablará seguro.

—¿A una mujer? Interesante. Dime, ¿la viste? —pregunta confundido Nikolay.

—Sí, a sus dos preguntas. —No aguanto más y me hago ver. Nadie merece que lo destrocen así para morir igualmente diga lo que diga.

—¿Cómo es ella? ¡Habla de una vez! —le pregunta, y el hombre enfoca su vista en mí. Se ríe de una manera siniestra que asusta.

—¡El Dragón acabará contigo y los demás! Es más listo, lo que se propone lo consigue y ella sea quien sea es su verdugo, tiene ojos en todas partes y está donde menos se imaginan, ¡nadie puede escapar de ella! —dicho esto comienza a convulsionar.

—Pero ¡¿qué carajos le pasa?! —grita Nikolay desesperado, y ahí es cuando hablo.

—Acaba de morder su cápsula de cianuro —Musito. Se giran y me miran con los ojos abiertos, mientras el hombre deja de moverse.

—¿Qué acabas de decir? Si estaba perfecto, te equivocas. Lo importante ahora es ¿qué haces aquí abajo y vestida así? —me dice el troglodita. Pongo los ojos en blanco, me acerco al cadáver y cojo un cuchillo.

—Estaba buscando el gimnasio cuando sentí ruido y mi curiosidad pudo más. ¿No has dicho que debo acoplarme a tu vida? Creo que esto será diario en ella, así que no te sulfures, que yo estoy muy tranquila —le digo, y él me mira rojo del coraje. Me acerco al cadáver, le abro la boca, miro dentro y con el cuchillo que cogí, toco una muela y quito la cápsula desecha—. ¿Ahora me crees, Nikolay? Aquí está, es como las que utilizaban los alemanes de las SS.

—Veo que sabes mucho y no debería extrañarme viniendo de ti, ya que eres una caja de sorpresas. Lo que no entiendo es por qué se ha dejado torturar si tenía eso desde el principio.

—Tal vez le costó quitar la cubierta que la protege, para que al comer y hacer actividades no tuviese un accidente reventándose cuando no debía —le digo levantando mis hombros.

—Puede ser, pero no entiendo cuál fue el detonante, parecía que iba a contarnos todo. —Bufa y me mira de una manera extraña—. ¿Sabes mucho de estas cosas, Ailín? Tampoco te veo afectada por ver una tortura de este tamaño—.Sus ojos fijos en mí levantando una ceja me hacen sentir incómoda, como si percibiese uno de mis secretos.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, he visto más de lo que quisiera recordar. Pero para que te quedes tranquilo, te lo diré... —Hago una pausa y continúo—.Mi madre murió en un accidente de coche hace cuatro años, un borracho la embistió y antes de morir me llamó dándome su ubicación, quería darme un último beso. Cuando llegué la escena era dantesca, ella estaba literalmente partida al medio por el coche. No permitió que lo retiraran hasta verme en persona. Luego de despedirse de mí diciéndome que me amaba, dijo que su deseo era que fuera feliz y dejara el odio y el rencor atrás... Separaron el auto y murió mientras su cuerpo cercenado se desprendía del amasijo de hierros terminando de desgarrarla, desangrándose ante mis ojos sin que pudiera hacer nada. Yo solo me quedé ahí parada hasta que se llevaron su cuerpo sin vida—.Para este momento mi voz estaba entrecortada y mis lágrimas comenzaban a salir.Todos me miraban en silencio.

—Lo siento, Ailín, no quise decir las cosas como las dije.No necesitas contar nada más —me dice Nikolay y eso me enfada más.No necesito su lástima ni que me mire de esa manera.

—¡Pues ahora me vais a escuchar todos! —les digo más que cabreada—. Antes de lo de mi madre tenía novio, nos amábamos y nos íbamos a casar... —Respiro hondo para coger ánimo mientras limpio mis lágrimas con la mano—.Poco antes del gran día me amenazaron con su vida, debía dejarlo o lo matarían. Se lo dije para cancelar la boda porque no quería que le hicieran daño, me dijo que sería una broma de sus amigos. Le rogué para que nos distanciáramos un tiempo, a lo que se negó. Una tarde cuando vino a buscarme vi cómo se lo llevaban en un coche. Me enviaron un vídeo al día siguiente, donde lo estaban torturando... —Para este momento mis lágrimas son como un río, me duele el pecho y mis jadeos de dolor son tan fuertes que veo la compasión en los ojos de todos los hombres de Nikolay, pero en él solo veo oscuridad. Tiene los puños cerrados con fuerza y la mandíbula tan apretada que parece que se le romperán todos los dientes. Está rojo de ira y no sé bien si por mi historia o por saber que amé a otro—. Tuve que escuchar cada grito, cada hueso romperse de su cuerpo hasta que en un susurro me pidió que no me culpara por su muerte,que me amaba más que a nada en el mundo.Lo vi desmayarse y acabó el vídeo.

»A los días supe que estuvo dos meses en coma, fui a verlo y le dejé una carta para que la leyera al despertar. Desaparecí de su vida para siempre. No podía permitir que lo mataran por mi culpa, lo amaba demasiado —les digo totalmente rota y sin poder evitar hipar del dolor que siento al recordar esto.Me cojo del pecho y me encojo porque ya no aguanto mantenerme en pie. Con mis últimas fuerzas termino de excusarme—. Así que la próxima vez que vosotros penséis o se te cruce por la mente, Nikolay, por qué no me inmuto cuando veo una tortura, sabrás que es porque no conozco a la persona ni me provoca nada. Mi corazón murió el día que me separaron de él, ya nada me lastima y puedo ver desangrarse a alguien delante de mis ojos sin que se me mueva un pelo. —Dicho esto me giro y me voy dejando a todos sin palabras. Nadie murmura, todo es silencio, tampoco me siguen y decido irme a llorar a la habitación y sacar todo el dolor que me inunda.

Los secretos de mi esposaWhere stories live. Discover now