Capítulo 32 - Castigo

5.5K 310 3
                                    

Nikolay

Me subo a la cama y pego mi cuerpo al de ella, mi erección duele, en estos meses no me he desahogado de ninguna manera; si no es con ella y en su interior no me apetece.

Acaricio sus piernas y subo lentamente por sus brazos hacia su hombro, continúo en su rostro y bajo por entre medio de su pecho hasta detenerme en su abultado vientre. Hago círculos allí, me vuelve loco tocar su pancita, es mi nuevo lugar preferido.

Beso su cuello y deslizo mi mano hacia su pelvis, sus latidos son erráticos y su respiración pesada. Ingreso mi mano por debajo de su prenda íntima y la escucho jadear, llego hasta sus pliegues y comienzo a acariciarla, se gira para darme más acceso.

—Estás muy mojada, cariño. —Mi voz sale ronca por la lujuria.

—¿Crees que ha sido fácil estar este tiempo sin ti? Las embarazadas tenemos la libido por las nubes, cada vez que te pensaba me ponía así. He soñado con tenerte dentro todo este tiempo, así que si planeas alguna venganza te sugiero que la dejes para luego del parto ya que ahora estoy muy necesitada y no me querrás ver violenta —dice, y me prende.

—¿Significa que no podré jugar y desesperarte? —digo mordiendo su oreja.

—Ni se te ocurra y apaga lo que encendiste —dice autoritaria, y es lo que me faltaba para perder el control.

Quito el hot pants con delicadeza acompañando el gesto con besos húmedos que la hacen remover. Vuelvo hacia arriba besando la cara interna de sus piernas pero sin llegar a su zona erógena, me detengo en su vientre y poco a poco subo la camiseta dejando al descubierto esa barriga que me vuelve loco.

Jamás pensé que me iba a excitar tanto verla así, pero saber que nuestros hijos están dentro me provoca una sensación de protección, posesión y lujuria jamás pensada. Dicen que el bebé disfruta y le hace bien cuando la madre llega al clímax y eso es lo que le daré durante todo el vuelo.

Cuando llego a sus pechos me falta babear solamente; si ya tenía una gran talla ahora es alucinante. Sus pezones duros y en punta me incitan a que los lama y acaricie. Juego con uno, luego con el otro sin dejar de tocar la barriga llegando a su pelvis y subiendo. Me apodero de sus labios y los muerdo con ansias pero sin hacerle daño; intento no ser brusco pero ha sido mucho tiempo sin ella y no sé si podré controlarme lo suficiente.

Inserto un dedo en su interior y suelta un grito que callo con un beso hambriento de más, nuestras lenguas danzan en un compás irrefrenable. Meto otro dedo y los muevo dentro y fuera, está tan apretada que la fricción la está llevando al límite. Bajo por el cuello besando y mordiendo hasta depositar mi boca en su pecho; lamo, muerdo, chupo y estiro. Siento cómo arquea la espalda y colapsa en un maravilloso orgasmo. Subo hasta sus labios besándola para que sus gritos no sean escuchados por todo el avión.

Sin dejarla reponerse bajo hasta su vientre y lo beso con adoración; en cada uno queda plasmado el amor que siento por ellos. Sigo mi camino hacia abajo y abro las piernas de mi reina. Quiero comerla toda y no me bastarán las horas de vuelo. Con mi cabeza en sus pliegues comienzo a torturarla lamiendo suave, lento, de arriba a abajo. Soplo sobre su intimidad, mordisqueo sus labios exteriores y vuelvo a comenzar haciendo una danza tortuosa que la tiene al borde de la locura.

Sus gemidos y jadeos son tan fuertes que estoy a punto de correrme sin que me toque. Me apodero de su clítoris, hago presión, lo chupo estirando y apretando con fuerza, siento como vuelve a tensarse e introduzco mi lengua en su canal. Toco su botón con mi mano y vuelve a explotar pero en mi boca, es tan dulce, amo su sabor y no dejaré nada, quiero que sienta el máximo placer. Continúo atacando su intimidad hinchada para alargar al máximo su clímax y en un movimiento vuelvo a su clítoris lamiendo y succionando.Arquea otra vez la espalda y otro estallido la golpea; grita mi nombre como nunca y eso me eleva el ego.

Los secretos de mi esposaWhere stories live. Discover now