Capítulo 43 - Conociendo al demonio

5.9K 272 15
                                    

Nikolay

Cuando llegamos a Rusia mis padres nos reciben felices alrededor de nuestros retoños. Nunca pensé que tendría una familia tan hermosa y que una mujer como Ailín me correspondería de la misma manera y pasión con que lo hago yo. El camino ha sido difícil, por momentos pensé que no lo lograríamos y ahora seremos padres otra vez. La sensación que me embarga es indescriptible, mi corazón se ensancha cada vez que veo a mis padres jugar con sus nietos, a mis hermanas o a mi mujer. Quiero quedarme así para siempre, pero debo volver al trabajo.

—Ailín, quería preguntarte si luego que nacieran los bebés volverás a trabajar. —Me mira sin comprender.

—Claro que trabajaré, amor, no puedo dejar mis empresas, el despacho y las asociaciones —responde.

—No me refiero a ese trabajo, cariño, sino al de el Dragón. —Arruga el ceño.

—No pensaba volver, pero si lo preguntas es porque tienes algo en mente. —Siempre tan perspicaz.

—Quiero que nos fusionemos y trabajemos juntos. Tú con tu equipo sirviendo de enlace y protección para cubrir todos los puntos débiles y que no vuelvan a cogernos desprevenidos. —Sonríe y me desarma.

—Me encanta la idea, así siempre estaréis protegidos. Sabes que esa fusión nos hará impenetrables y casi indestructibles —dice.

—Lo sé, y pensando en lo que dijo Gian, no quiero obligarte a dejar lo que haces porque estás conmigo o tengamos niños. Tampoco deseo anularte, eres excepcional y las chicas igual, por eso te propongo esto. Creo que seríamos grandiosos juntos, tus empresas de seguridad son las mejores. Además quiero que seas feliz. —Se le ilumina la mirada.

—Acepto, Nikolay, quiero que trabajemos juntos. Era un sueño que tenía desde que nos casamos y se hará realidad. Me haces tan feliz. —Se acerca a mí y me besa.

—Gracias por ser como eres, y darme otra oportunidad a pesar de lo bruto que he sido.—Todavía me culpo por casi perderla a ella y a mis hijos.

—Amor..., quiero pedirte algo, espero no pongas el grito en el cielo. —Por cómo ha empezado sé que no me va a gustar lo que pida.

—Dime. —Se muerde el labio.

—Quiero ir a la bodega sur para acabar de una vez por todas con Fiorella. Además quiero restregarle que seremos padres otra vez.—Me mira expectante.

—No me parece buena idea en tu estado, pero no tiene caso seguir con su agonía. Solo dime cuándo quieres hacerlo y preparo todo. —Sonríe como si le hubiera regalado un dulce.

—Mañana, quiero hacerlo cuanto antes y olvidarme de ella. —Quien la ve con esa cara de ángel, no se imaginaría que es letal. Asiento y nos vamos a comer con la familia.

Ailín

No puedo creer que vayamos a trabajar juntos. Es algo que había soñado y se hará realidad. Al decirle a las chicas se pusieron eufóricas, saltaban de alegría porque decían que no podrían soportar estar alejadas de sus hombres en otra misión. Las entiendo porque todas sufrimos mucho con lo que pasó, casi nos destruye la incertidumbre. De esta manera nos sentiremos más tranquilas y conectadas con ellos, porque estaremos dentro del equipo de vigilancia y apoyo táctico.

Cuando le pedí a Nikolay terminar de una vez el asunto de Fiorella, creí que se negaría rotundamente. Me sorprendió todo lo que me dijo y en especial que aceptara que lo hiciera. Esa mujer ha hecho mucho daño, las vidas que cegó no se podrán recuperar. La angustia que pasamos mientras luchábamos por nuestras vidas y las de nuestros hombres, tampoco. Los momentos de tortura y las marcas en la piel que nos han quedado perdurarán para siempre. Por todo eso y más necesito cerrar este ciclo.

Los secretos de mi esposaWhere stories live. Discover now