Capitulo 4.

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Capitulo 4.

Me desperté y de inmediato comencé a desesperarme por no poder ver. Todo era negro. Me senté de golpe, pero una pequeña y delicada mano me sujetó del hombro, volviendo a acostarme en la cama.

Camila: No te levantes.

-No puedo ver...

Ella rió sencillamente, dejándome confundida. Sentí como se levantó, creo que de una silla al lado de la cama.

Camila: Es de noche.

Dijo antes de encender la luz. Suspiré aliviada, pero me exalté nuevamente cuando noté que mis pies estaban amarrados con cuerdas. Yo aún seguía sin camisa, pero los rastros de sangre ya no estaban.

-¿Tienes trastornos de cambio de personalidad o algo por el estilo?.

Hablé enojada, pero fue una mala idea, porque mi cabeza casi explotaba.

Camila: ¿Por qué lo dices?.

Cruzó sus brazos por sobre su pecho y me miró.

-Porque hace no sé cuantas horas atrás me golpeaste con un estúpido candelabro, luego estabas ayudándome con el hielo y ahora mírame. ¡Estoy amarrada!.

Camila: Es lo mismo que haces tú. -sonrió sarcástica.- Me coqueteas, me cuidas y proteges, pero aún no me dejas salir de aquí. Estamos iguales.

-¿Vas a matarme?.

Camila: No voy a quitarle la vida a alguien que no es capaz de quitármela a mi.

-¿Por qué me tienes así?.

Camila: Quiero respuestas.

Se acercó y se sentó en la silla. Situó una de sus piernas sobre la otra, en una... sexy posición.

-Teniendo a un padre como el tuyo deberías de tener respuestas, ¿No lo crees?.

Camila: Escúchame bien, Lauren. -habló seria.- No estoy para tus
juegos. Si me vas a tener en este lugar, necesito saber el por qué estoy aquí. -frunció el ceño.- Aún no creo del todo lo que has dicho de mi padre.

-¿Qué?. -pregunté tratando de soltar las cuerdas, pero estaban muy ajustadas.- Tu padre es un asesino.

Camila: No lo creo. -dijo enojada y alzando la voz.- Desde bebé él siempre fue mi ejemplo a seguir.

Bebé.

Taylor.

-Suéltame, Camila. -hablé desesperada.- Por favor, suéltame.

Mi respiración comenzó a acelerarse. Me senté otra vez, y no me importó en lo más mínimo el dolor.
Forcejeé con mucha fuerza las cuerdas de mis manos, pero no funcionaba.

-Camila, por favor. -mi voz se rompió.- Camila suéltame. ¡Suéltame!.

Grité esta vez. Ella se levantó y se recargó contra la puerta, mirándome casi sin ninguna expresión.

-Por favor, Camila. -la miré suplicante, las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas.- Camila... te lo ruego.

Su expresión cambió y trató de no mirarme.
Mis muñecas se estaban lastimando por el brusco roce de las cuerdas, que mis muñecas comenzaron a quemarse.

Camila: Te estás haciendo daño.

Afirmó sin mirarme. Yo me encontraba desesperada, ¿Cuantas horas había estado desmayada?, ¿Taylor estará bien?.

-Por favor...

Dije en un susurro. Lloraba sin parar y mi respiración cada vez era más rápida.
Con el excesivo forcejeo mis muñecas comenzaron a sangrar. Dolía, no tanto como mi cabeza, pero no importaba, nada de eso importaba, yo solo quería ver a Taylor.

Six Stars. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora