Epílogo. Final Opcional.

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Epílogo. Final Opcional.

*POV Lauren*.

-¡Camila, ven aquí!. -sonreí, a punto de romperme a llorar de la emoción.- ¡Camz!.

Mi prometida llegó corriendo desde la pequeña cocina de nuestra habitación de hotel con un pedazo de sandwich en su boca, quedando sorprendida al ver por qué la llamaba.
Yo tenía sujetas las manos de mi hermanita mientras ella daba unos cuantos pasos tambaleantes.

-Vamos con Camz, Tay. -sonreí, ayudándola.- Caminemos hacia ella.

Mi pequeña hermanita rió e hizo lentamente lo que yo le pedí, mientras yo miraba a Camila, quien se había arrodillado para esperar.
A penas Taylor llegó a ella, la abrazó por el cuello, esto haciendo sonreír a mi preciosa chica.

Camila: Estoy muy feliz ahora mismo. -se alejó un poco del abrazo y le besó la mejilla.- Estás aprendiendo a caminar, Tay.

Reí y me arrodillé junto a ellas, abrazando a mi prometida por la cintura, ambas viendo como Taylor bostezaba y refregaba sus ojos.
Sonreí y me levanté, cargándola para llevarla a la cama, pero siendo detenida por Camila.

Camila: ¿Quieres que yo vaya a acostarla?. -acarició mi mejilla y yo solo asentí, entregándole a Taylor.- Espérame aquí, ya vuelvo.

Le sonreí y dejé que fuera a la habitación, porque ella era mucho mejor para hacer dormir a Taylor con una linda canción. En cambio a mi me costaba un poco más porque Taylor comenzaba a jugar con mi cabello y yo no podía decirle que no. Era mi hermanita, y puedo malcriarla algunas veces.
Caminé hacia el balcón del hotel, observando la hermosa vista frente a mis ojos.
Paris estaba justo ahí, mostrándome la preciosura que poseía cada sector.

Habíamos llegado de Berlín hace tres días, y pensábamos quedarnos aquí al menos dos o tres semanas, ya que a Camila le ha gustado mucho esta gran ciudad, al igual que a mí, y es que era imposible no enamorarse del gran lugar.
Sentí como me abrazaban por la cintura y besaban mi cuello lentamente, haciéndome sonreír, porque ella siempre lo hacía cuando se le presentaba la oportunidad.

-¿Cuál es nuestro próximo destino?.

Camila: Hm.. -rió y me volteó, quedando frente a frente con sus manos abrazando mi cintura.- ¿Qué opinas de irnos a Italia?.

-Me encantaría. Conocer Venecia ha sido un sueño hace años, y contigo será.. perfecto.

Situé mi mano bajo su barbilla y la besé, sintiéndola ansiosa pero sin profundizar el beso demasiado rápido.
Sonreí y la apegué más a mí, abrazándola por la cintura, esto dando cosquillas en todo mi estómago.

Camila: Te amo. -se alejó del beso y besó mi frente.- Te amo demasiado.

La alcé y la llevé hacia la habitación. Yo sentándome en la cama con ella sobre mi regazo. Acariciando sus muslos y su estómago con ternura, haciéndola temblar un poco.
Suspiré colocando mi cabeza contra su pecho, sintiéndome tan feliz de tenerla conmigo, y si no fuera por ella, yo no estaría aquí. Estaría a tres metros bajo tierra.

Camila: ¿En qué piensas?. -sonrió, acariciando mi cuello.- Estás rara..

-No es nada. -besé su mejilla unos segundos.- Solo que.. me salvaste la vida. ¿Realmente valió la pena matar a tu propio padre por mi?.

Camila: Hemos visitado Canadá, España, Alemania, Singapur, Australia, ahora estamos en Francia, y todo eso lo hemos disfrutado juntas. Me pediste matrimonio, eres la mujer perfecta.. ¿Y aún te preguntas si valió la pena?.

Reí y asentí, besando su cuello un par de veces.
Llevé mi mano a la suya, acariciando con mis dedos el anillo de compromiso. Según por lo que ella me decía, le encantaba, y yo me sentía muy feliz por eso, porque ella merecía lo mejor.

Camila: En Italia.

-¿Qué?.

Pregunté confundida, al no saber a qué se refería con eso, pero cuando ella sonrió y miró detenidamente el anillo, supe lo que sucedía.

Camila: Quiero que nos casemos en Italia. -situó unos cabellos que estaban sobre mi rostro tras de mi oreja, y besó mi frente.- ¿Te gustaría?.

-Claro que sí. -besé sus labios unos segundos y la miré.- Me encantaría.

Camila: Gracias. -susurró, abrazándome por el cuello.- Gracias por todo. Por enseñarme cómo es la vida en realidad, por enseñarme que no todo es color rosa, por hacerme notar que no tenía una vida perfecta como pensaba, pero ahora la tengo. Gracias por hacerme la persona más feliz del mundo.

-Gracias por amarme.

Solo eso dije, porque nada más tenía que decir. Eso era suficiente.
Ella me amó a pesar de quien era y qué quería hacer. Me amó sobre todo lo demás.

Camila: A veces pienso.. qué hubiera pasado si no le hubiera disparado a mi padre.

-Hubiera muerto. -reí ligeramente.- Pero hubiera sido lo correcto.

Camila: ¿Lo correcto?. -gruñó.- Lo correcto fue haberle disparado, de lo contrario, no estaríamos aquí.

-Era tu padre..

Camila: Era un asesino. -suspiró.- Y yo también lo soy.

-No, mi amor. -besé su mejilla.- No te consideres como una asesina, porque solo lo hiciste para protegerme.

Camila: Pero lo maté, Lauren. Y no solo a él. Sino también al otro hombre.

-Sí, creo que lo noté. -sonreí y volví a besarla.- Y te agradezco eso, porque ahora estamos juntas.

Camila: Me enamoré tanto de ti, que no podía dejarte ir.

Sonreí y sujeté su rostro, besándola de la manera más tierna y suave que podía, logrando que ella riera contra mis labios, acelerándome el corazón.
Iba a hacer todo lo posible para no perderla, porque aún nos faltaba el resto de nuestra vida juntas.

Six Stars. «Camren»Where stories live. Discover now