Capitulo 26.

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Capitulo 26.

-Voy a bañarme.

Dejé a Taylor a un lado quien ya había terminado de beber su leche como desayuno y me levanté de la cama. Cobijando a mi hermana y mirando por unos segundos a Camila, quien aún continuaba acostada porque recién se había despertado.
Le sonreí con nostalgia al ser el último día en el que estaría a su lado, pero no pensaba desperdiciarlo.
Le ofrecí mi mano para que se levantara, ella al principio negándose por aún tener algo de sueño, pero terminó por levantarse e ir conmigo hacia el baño mientras me abrazaba por la cintura.

Camila: ¿Quieres que nos bañemos juntas?.

-No. -sonreí y la alcé para que me abrazara con sus piernas por la cintura, yo tratando de evitar quejarme por el dolor en todo mi costado y hombro.- Hoy solo quiero hacer el amor contigo.

La senté en el borde del lavamanos y acaricié su mejilla con una de mis manos, mirándola fijamente por si existía alguna duda en su rostro, pero se veía decidida, así que solo proseguí.
Acerqué su rostro al mío y la besé con mis manos contra su cintura, sin apresurar las cosas, pero al parecer ella no estaba pensando igual que yo, puesto que sacó mi camisa rápidamente, pero con cuidado porque ella sabía que mi hombro aún dolía mucho.
Dejó caer mi camisa al suelo y situó ambas manos contra mi cuello, acariciándome con sus pulgares. La sentía muy ansiosa y me encantaba.

Ella alzó sus brazos para que le quitara la camisa, a lo que obedecí sin quejarme ni lo más mínimo.
Temblé cuando rodeé su pequeño cuerpo con mis brazos, al sentirla tan cálida y suave.

Cuando corté el beso y abrí mis ojos me di cuenta que estaba sin sujetador y todo su torso estaba desnudo, dejándome estúpida.
Camila me comenzó a besar por el cuello hasta llegar a mi pecho y con eso no pude más. Solo la levanté un poco y quité el short con el estaba, junto con sus bragas. Ahora dejándola completamente desnuda.

-¿Vamos muy rápido?.

Camila: Como si me importara.

Rió y me atrajo a su cuerpo, volviendo a besarme con mayor intensidad, esto haciéndome sonreír contra sus labios.
La amaba demasiado, y quería demostrárselo mediando las caricias y los besos que le daba.

Camila llevó su mano hacia mis vaqueros, desabotonando estos y bajando mi cremallera, yo impidiéndole que siguiera porque mis besos fueron bajando lentamente hasta terminar centímetros bajo su ombligo. Sintiendo a mi preciosa chica temblar cuando suspiré contra su piel.
Alcé mi mirada para ver su rostro. Mordía su labio inferior y tenía sus ojos cerrados, dándome una vista increíble.

Llevé mis manos a sus muslos y abrí sus piernas un poco más, levantándome y colocándome entre ellas, besando con lentitud sus pechos.
Ella enredó sus dedos en mis cabellos para levantar mi cabeza con algo de brusquedad con el fin de besarla, yo lo hice, pero solo por unos segundos porque volví a sus pechos. No eran grandes, y tampoco demasiado pequeños, simplemente eran perfectos.
Cuando ella comenzó a desesperarse por yo haber dado unas cuantas lamidas a sus pechos, mi mano, la que había estado acariciando su mejilla, fue bajando hasta quedar intacta sobre su ya húmedo centro. Dejándola sin poder respirar.

Sin que lo esperara ella situó su mano sobre la mía e hizo que introdujera dos dedos en ella, haciéndola gemir tanto como a mí.
Sentí el punzante dolor en mi hombro cuando me moví dentro de ella, pero continué haciéndolo sin importarme nada. Quería hacerla sentir bien.
Me apegué a ella, situando mi cabeza entre su cuello, lamiendo el lóbulo de su oreja lentamente.
Ella cada vez que gemía hundía más sus uñas contra mi cuello, haciéndome estremecer.

Camila: ¿Te.. te duele?.

Alcé la mirada y junté nuestras frentes, sintiendo su respiración golpear contra mi rostro.
Ella gemía lento y fuerte, Dios me encantaba.

-¿Qué cosa?.

Agregué otro dedo dentro de ella, haciendo los movimientos mas fuertes y profundos, al principio lentos para no hacerle daño, pero cuando se acostumbró, dándome mas espacio para mover mis dedos, aceleré las embestidas.

Camila: Tu.. tu hombro.

-No importa. -sonreí y mordí su cuello, succionando para dejarle una marca.- ¿Te gusta?.

Su fuerte gemido me lo confirmó.
Ella sujetó mi rostro y me besó con desenfreno, yo sin poder encontrar su ritmo al ser demasiado rápido y algo torpe.
Doblé mis dedos dentro de ella. Parando por completo mis movimientos, riendo cuando ella se movió un poco para que siguiera, pero no lo hice. Saqué mis dedos y fui bajando con besos hasta su centro, dando una lamida en diagonal.
Era tan dulce que quise disfrutar lo más posible de su sabor, pidiéndole que resistiera lo que más pudiera, pero hubo un momento en el que ella no pudo más y se dejó llevar por su orgasmo.
Situé mis manos sobre sus caderas y apegué su centro más a mi rostro, limpiando cada rastro que quedaba.

Me quedé allí, respirando el aroma que emanaba, sintiendo como su mano acariciaba mis cabellos con cuidado de no tirarlo.
Di un último beso en su centro y me levanté. Encantada con su placentera expresión.

Sonreí y la abracé, dejando que descansara sobre mi pecho por unos minutos, para luego cargarla y meterla a la ducha. Yo sacándome mis vaqueros y mi ropa interior, mintiéndome con ella y abrazarla por la cintura.

-Te amo, mi amor.

Le susurré al oído, dando el agua caliente.
Camila se volteó y me miró con lagrimas cayendo por su rostro. Ni siquiera le pregunté, solo la abracé, permitiendo que el agua mojara nuestros cuerpos.
Luego cogí el champú y lo coloqué en su cabello, revolviendo todo su cabello, con esto logrando sacarle una sonrisa.

-Mientras yo no esté no quiero que llores.

Dije cuando toqué la punta de su nariz, dejando espuma en ese sector, ella estornudando.
Y no me contestó, solo cogió el champú para hacer lo mismo que yo había hecho con ella.
Al terminar de enjuagar nuestros cabellos y haber pasado el jabón por todo su cuerpo volví a abrazarla.

Camila: ¿Por qué no me permites estar el resto de mi vida de esta forma?, abrazándote.

-Porque eso significaría que te estoy exponiendo al peligro. Te pueden hacer daño, y no quiero, Camila. No me lo perdonaría nunca.

Camila: Pero ya me estás haciendo daño con querer alejarte de mi.

-Camz.. -suspiré y acaricié su espalda de arriba a abajo.- El otro día tu.. tu querías irte para protegernos a mí y a Taylor, y no pude comprenderte al principio, pero cuando me explicaste pude entenderte. ¿Podrías intentar entenderme a mí ahora?.

La escuché sollozar, así que corté el agua y cogí dos toallas, con una cubriendo su cuerpo y con la otra secando un poco su cabello.
Besé su frente y alcé su rostro, para mirarnos fijamente.

-Debes prometerlo. -besé sus labios unos segundos.- Prométeme que cuando yo no esté, no vas a llorar.

Camila: No puedo, Lo.

-¿Por qué no?.

Camila: Porque ya estoy llorando y aún no te has ido. No podré soportarlo.

-Vamos Camz. -sonreí y volví a besarla.- Volveré por ti. Te llevaré muy lejos, y conoceremos todos los lugares que quieras. Veremos películas todas las noches si quieres, abrazadas y comiendo palomitas. -acaricié sus mejillas.- Te compraré todo lo que quieras, te compraré la luna si fuera posible. Si quieres una familia, yo te la daré. Si quieres hijos.. bueno, no creo poder dejarte embarazada, pero algo haré con respecto a eso. -reí con ella.- Pero tendré una vida contigo si quieres. Te amaré de una forma que ni siquiera puedes imaginar. ¿Qué tal si piensas en eso mientras yo no esté?.

Camila: Es un trato.

-Un trato. -sonreí y la abracé.- Volveré por ti, Camz.

•••••
¿Qué pasa si les "digo" que solo queda un capítulo?

Atte: La chica anónima.

Six Stars. «Camren»Where stories live. Discover now