Capitulo 23.

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Capitulo 23.

Sentí a Lauren entrar a la habitación con un par de bolsas en una de sus manos, y las dejó a un lado, pasando directamente al baño sin ni siquiera dirigirme la mirada.
Sequé mis lagrimas, las que estaban cayendo hace mas o menos una o dos horas en las cuales ella estuvo fuera.

Pasaron cinco o diez minutos, y había tanto silencio que me pareció raro, puesto que pensé que tomaría un baño o algo, así que me levanté de la cama y fui hacia el baño, pensando un par de veces en si entrar o no porque no quería molestarla y que estuviera más enojada conmigo.
Abrí la puerta del baño y la vi sentada contra la bañera, con el arma pegada a su frente.
Temblaba y lloraba, como si el enojo la estuviera manejando y ella tratara de tranquilizarse.

-Su.. suelta eso, Lauren.

Me acerqué a ella lentamente con mis manos en alto, para demostrarle que no le haría daño, y que solo quería detenerla, pero al parecer eso la enojó más porque movió el arma hacia su cien, situando su dedo justo en el gatillo, lista para disparar.

Lauren: Te acercas y disparo.

Me detuve, comenzando a temblar del miedo de que hiciera algo estúpido, por lo que me senté, quedando a unos metros de ella, preparada para levantarme e ir hacia ella cuando me lo permitiera.

-Suelta el arma, amor. -rogué.- Por favor.

Lauren: He.. he pensado en hacerlo tantas veces.. -acarició su cien con el arma, alterándome los nervios mucho más.- pero.. pero no puedo dejar a Taylor. Debo.. debo cuidarla. Ella me necesita.

-Lauren. -sollocé.- Entrégame el arma, por favor.

Lauren: No. -la presionó más fuerte contra su cien, cerrando sus ojos con fuerza.- No.

-¡Lauren!. -alcé la voz, comenzando a dejar mis lagrimas caer.- Amor, por favor. Entrégame el arma.

Ella dejó caer el arma, dándome la posibilidad de acercarme a ella.
Me levanté y me arrodillé frente a ella, cogiendo el arma y tirarla por el suelo hacia el otro lado del baño, alejándola lo más posible de Lauren para que no volviera a tomarla.
Acaricié su rostro, secando todas sus lagrimas, pero ella quitó mis manos de su rostro, empujándome un poco.

Lauren: Aléjate de mi.

Suspiré mordiendo mi labio, sintiendo mis lagrimas caer nuevamente por el enojo de que no quisiera ya nada con relación a mi. Me molestaba mucho que no fuera capaz ni de escucharme, y trataba de entenderla, trataba de colocarme en su posición.

-¿No me vas a escuchar ni un minuto?.

Lauren: No.

-Entenderías el porqué quería irme si me escucharas, Lauren.

Lauren: No quiero escucharte.

Secó el resto de sus lagrimas con furia y se levantó, alejándose un poco para quitarse con mucho cuidado su camisa para no pasar a llevar mucho su hombro.
Se acercó al espejo, y comenzó a quitar la venda con suma lentitud mientras apretaba con fuerza su quijada, gimiendo de dolor un par de veces. La herida se veía realmente mal, y temí porque ya estuviera infectada, porque de ser así tendríamos que ir urgentemente al hospital.

-Déjame ayudarte..

Lauren: Aléjate de mi.

-¡¿Podrías escucharme al menos un maldito minuto?!.

Lauren: No quiero hacerlo. -me miró por el espejo.- Sal de aquí.

Dijo antes de quitar su sujetador, dejándome con la respiración en la garganta, así que solo salí del baño queriendo volver solo para besarla, pero como eso no iba a pasar, me fui a la cama, acostándome de la misma forma en la que estaba hace unos minutos. Justo al lado de Taylor para acariciar sus mejillas y su frente.
Comenzó a despertarse de a poco, mirándome con una ligera sonrisa, si hacer nada más.

-Hey.. tu hermana me odia. -le susurré con mi voz rota.- ¿Podrías decirle que me escuche unos momentos?.

Taylor simplemente rió y aplaudió con torpeza, logrando que yo sonriera un poco por su ternura.
Lauren salió del baño y nos miró fija y seriamente, caminando hacia la bolsa que había dejado en el suelo, sacando ropa para ella, y leche para Taylor.

-¿Quieres que se la dé?.

Lauren: Hm.. de acuerdo.

Me entregó la leche, esta estaba ya lista para dársela, así que solo cargué a Taylor y se la di sin ningún problema, viendo como Lauren se cambiaba frente a mi, colocándome nerviosa.

Lauren: Ve a cambiarte. -me miró.- Te traje ropa y comida.

-¿No quieres que te ayude con la venda?.

Pregunté al ver que sacaba una venda de la bolsa. Sabía que se lo complicaría mucho colocársela, pero solo negó con la cabeza con suma terquedad y orgullo. Eso me enojó.

Lauren: No necesito de tu ayuda, puedo hacerlo sola.

-Eres una orgullosa.

Lauren: Sí. -dijo con simplicidad.- Ahora ve a darte un baño.

Bufé y miré a Taylor, quien ya había acabado su leche y ahora estaba plácidamente dormida entre mis brazos, con una de sus manos sujeta a un mechón de cabello.
La acomodé en la cama y me levanté, pasando por el lado de Lauren, sintiendo su delicioso aroma, el que quise sentir por horas, pero para eso tendría que estar muy cerca de ella, y sabía que no me lo iba a permitir al estar tan cegada por el enojo que sentía hacia mi.
Entré al baño y quité mi ropa, sintiendo algo de frío, lo que erizó mi cuerpo, obligándome a entrar a la ducha para bañarme rápidamente con agua caliente.
A penas salí de la ducha me miré al espejo, sintiéndome extraña, me sentía tan triste, tan asustada, quizás por saber que no volvería a besarla, que no volvería a abrazarla.
Salí del baño y la vi sentada en la esquina de la cama, apretando su quijada con fuerza mientras colocaba la venda por su hombro. A medida que fui acercándome noté el como sus manos temblaban, quizás por el intenso dolor que sentía.

-Déjame ayudarte, Lauren.

Lauren: No. -se negó, levantándose.- No te acerques.

Continué mirándola, viendo como sufría colocándose la venda. Me sentía impotente porque ella no me permitía hacer nada para que no le doliera, yo podría hacerlo con más cuidado y mejor.

-Cometes un error con todo esto de estar enojada conmigo.

Lauren: Tenerte aún con vida es un error.

Six Stars. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora