Capitulo 16.

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Capitulo 16.

Desperté por un enorme dolor tanto en mi trasero como en mi maldita cabeza, esta última a punto de explotar.
Me levanté lentamente del sofá y llevé mi mano a mi bolsillo trasero, buscando el causante de mi dolor, pero me quedé completamente paralizada al sentir el disparo del arma, pero no presté atención al gran dolor que comenzó a recorrer mi pierna, porque me llegaron unas enormes ganas de vomitar.
Corrí al baño, cojeando un poco mientras escuchaba el llanto de Taylor, a quien supuse había despertado por el disparo.

Me arrodillé frente al escusado y vomité, sintiendo un asco increíble en ese preciso momento.
Llevé una de mis manos a mi pantorrilla y la sentí como se empapaba de sangre.

Tosí un poco, tratando de respirar, pero cada vez que lo hacía, volvía a vomitar. Mi estomago y mi cabeza daban vueltas y vueltas, desesperándome tanto que solté un par de lagrimas.
Gemí de dolor al sentir como mi pantorrilla quemaba con intensidad, pero supe que no me había disparado directamente porque no sentía ningún ardor por dentro, solo era externo, lo que me hacía pensar que la bala solo me rozó.

Sentí como me sujetaban el cabello, para que no se ensuciara.
Iba a mirar a Camila, pero volví a vomitar, sintiendo una horrible presión en mi cabeza, tan fuerte que se me podrían salir los ojos.
Por esta razón he dicho un montón de veces "No volveré a beber.", y como se puede notar, nunca es cierto.

Camila: Lauren.. pero qué.. -suspiró.- ¿Qué has hecho?.

Sollocé, sentándome contra la bañera, ya dejando completamente de vomitar.
Miré mi pantorrilla. y como yo había pensado, la bala solo me rozó, pero a pesar de eso, me sentía igualmente estúpida e irresponsable.

Mi pantalón estaba roto y lleno de sangre, pero no era muy dañino.
No quise alzar la mirada, porque me sentía avergonzada, y no podría soportar la mirada de decepción de Camila ahora mismo.

Camila: ¡¿En qué estabas pensando?!

-No me grites.. -sollocé.- No me siento bien..

Ella suspiró y llevó una de sus manos a mi mejilla, acariciándola con delicadeza, para luego acariciar mi frente.
Estaba segura de que volvería a vomitar otra vez al sentir como mi estómago se revolvía como loco.

Camila: Tienes fiebre, Lo.

-Perdóname, Camz..

Dije, sin tomarle atención a lo que había dicho, puesto que no me importaba en lo absoluto. Yo solo quería que ella me perdonara y que todo volviera a ser como ayer.
Camila se acercó y besó con mucho cuidado mi mejilla, dejándome con enormes ganas de más.
Ella me ayudó a levantarme, colocando su brazo alrededor de mi cintura para acercarme hacia el lavadero y poder enjuagarme la boca y lavar mis dientes.
Cuando terminé de hacerlo, ella volvió a sujetarme por la cintura, esta vez para poder caminar sin muchos problemas, escaleras arriba hacia su habitación.

Me tardé bastante subiendo las escaleras, porque mis piernas estaban algo torpes, y sin contar el hecho de que tenía una gran herida en mi pantorrilla la que cada vez sentía más y más profunda.
Cuando llegamos hacia su habitación, me obligó a acostarme en la cama, boca abajo. Sacando mis vaqueros para luego limpiar mi herida con algo de alcohol, lo que me hizo llorar unos momentos.

-No sigas.. -rogué entre el llanto.- Me duele, no sigas, por favor.

Grité cuando sentir como ella pasaba el algodón empapado en alcohol a lo largo de toda la herida. Fue un dolor horrible e intenso, y por un momento solo quise golpear a Camila, porque se me hacía la idea de que lo había hecho a propósito solo para hacerme daño.
Cuando terminó de curarme se acostó a mi lado, cubriéndome con las mantas y acariciando mi mejilla, al mismo tiempo limpiando mis lagrimas con cuidado.
Yo tenía mis ojos cerrados, tratando de regular mi respiración, queriendo que el dolor que aún sentía se volviera menos intenso.

Camila: Lo siento.. -susurró.- Pero debía quitarte la mayor cantidad de sangre. Lo siento, Lauren.

Asentí y mordí mi labio inferior por unos segundos, porque fui sorprendida con sus labios contra los míos, ella besándome delicadamente. Yo no respondí al instante, porque se me había olvidado hasta cómo respirar.
Levanté un poco mi cuerpo, apoyándome por mi codo, continuando el beso sin ninguna pizca de brusquedad. Solo quería sentirla.

Sabía que seguía enojada conmigo por como movía sus labios, pero traté de demostrarle cuanto la quería, lo que supuse no había funcionado porque simplemente cortó el beso y se levantó. Saliendo de la habitación dejándome confundida, pero comprendí cuando volvió a la habitación esta vez con Taylor en sus brazos.

Mi pequeña hermana a penas me miró comenzó a mover sus manos con emoción y entusiasmo, casi cayéndose de los brazos de Camila por lo mucho que se movía.

-Hey, cariño. -la cargué.- ¿Cómo estás?.

Ella puso sus manos sobre mis mejillas y sonrió, sentándose bruscamente sobre mi regazo, queriendo jugar, a lo que yo acepté de inmediato.
Alcé sus brazos y los moví de un lado a otro con cuidado, haciéndola reír sin cesar.

Camila se acostó a mi lado, viendo como jugaba con Taylor y estuvo acariciando mi cintura hasta que mi hermanita cayó rendida por el sueño.
La acomodé entre Camila y yo, y dejé que durmiera tranquilamente.
Miré a Camila y mordí mi labio, volviendo a sentir el dolor en mi pantorrilla, pero no quería dejar de mirar a Camila, por lo que traté de quitarle importancia a mi herida.

Camila: Duerme un poco, ¿si?. -susurró y alzó su mano, acariciando mi mejilla.- Estás ardiendo.

Se levantó y fue hacia el baño, volviendo con una paño húmedo, este colocándolo delicadamente en mi frente, para poder bajar un poco la fiebre.
Besó mi mejilla y se arrodilló, quedando a mi lado sin nada más que hacer que estar allí, mirándome fijamente con ternura, y tal vez, solo tal vez, con un poco de amor.
Me quedé dormida así, teniendo su precioso rostro rondar por mi cabeza de un lado a otro, formando un hermoso sueño, en el que ella simplemente reía, porque su risa ya era perfecta, y en un sueño, era mi perdición, pero el sueño se transformó en una pesadilla, donde ella lloraba, y corría lejos de mi, como si el miedo la manejara.. como si tuviera miedo de mi. Yo le gritaba que se detuviera, pero cada vez que le gritaba, la sentía más y más lejos de mi, hasta que me callé. Y ella desapareció.

Camila: ¡Despierta!.

Desperté de golpe y abrí mis ojos. Me moví con tal brusquedad que me caía de la cama, golpeando con fuerza mi pierna, lo que me obligó a gritar y soltar gran cantidad de lagrimas.
Camila llegó a mi lado y me abrazó, apegándome lo mejor posible a su pecho.
Me encontraba temblando y sudando, pero no tuve la oportunidad de alejarme de Camila, porque ella juntó nuestros labios, sorprendiéndome nuevamente.
Seguí el ritmo del delicado beso y la abracé, cortando el beso y encondiendo mi cabeza entre su cuello.

-Te amo.

Six Stars. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora