Capitulo 11.

17.6K 1.1K 113
                                    

Capitulo 11.

4 días sin dirigirle la palabra, sin mirarla, sin tocarla.. nada.
22 días en total.

Todo mi cuerpo dolía con mayor intensidad a medida que pasaban los días.
Mi mano derecha estaba hecha una mierda, mis nudillos estaban rotos, o al menos tres de ellos por lo que pude notar al tocar mi mano.
Mi abdomen estaba morado, azul y verde, junto con el lado de mi mandíbula.
El alrededor de mi ojo estaba hinchado y mi ojo estaba inyectado en sangre.

Cambié la venda de mi mano con cuidado, soltando unos cuantos gritos que intentaba callar apretando mi quijada.
No podía permitirme ir al hospital por los huesos rotos, solo me quedaba la opción de aguantar el intenso dolor.

Respiré profundo al terminar, y cogí la bandeja con el desayuno de Camila.
Subí las escaleras, entré a la habitación de Camila y dejé el desayuno en la mesa de noche.

Camila: Lauren, por favor, perdóname. -me rogó mientras salía de la habitación.- ¡Habla conmigo!, ¡Lauren, por favor!.

Tomó mi mano, haciéndome caer de rodillas, retorciéndome por el dolor.
Comencé a temblar, jadear y a llorar.

Camila: Oh por Dios, lo siento.

Comencé a sudar sin control alguno, sintiendo en mi mano un hormigueo como cuando se te duerme una pierna o un brazo, pero el hormigueo era de dolor. Intenso dolor.

Camila inspeccionó mi rostro mientras tomaba mi mano con mucho cuidado y comenzaba a sacar la venda.

Grité con desgarro al sentir su débil tacto por mis nudillos.

Camila: Están rotos... tus nudillos están rotos.

Mordí mi labio superior al no poder morder mi labio inferior por tenerlo partido.
Traté de levantarme, pero ella me detuvo.

Camila: Déjame hacer algo para que no te duela más.

-No. Aléjate de mi.

Me arrastré hacia la pared y me apoyé contra ella.

Ella se levantó y salió de la habitación, dejándome sola con mi dolor.

Volvió minutos después con unos hielos, y muchísimas vendas.
Tomó mi mano y colocó los hielos, mirándome fijamente.

Grité y cerré mis ojos con fuerza.

-Me duele mucho...

Camila: Lo sé, solo.. aguanta un poco. Necesito adormecer tu mano.

-¿Qué vas a hacer?.

Camila: Tus nudillos están rotos. Cuatro de ellos. Y te haré un tipo de yeso para inmovilizar tu mano.

Reí sarcástica y negué con mi cabeza.
Traté de no mirarla demasiado, porque si lo hacía caería en sus brazos otra vez.

La respiración se atoró en mi garganta cuando comenzó a vendar mi mano y mis dedos, dejando mi mano recta e inmovilizada.

Camila: Espero que esté bien. Tomé unas clases de enfermería.

-Camila, la doctora.

Dije sin expresión alguna, levantándome y salí de la habitación.

Quería hacerle notar que la pequeña relación que habíamos logrado hacer se perdió por completo, y no existían posibilidades de recuperarlo.

Camila: Perdóname..

-Gracias por lo de mi mano.

Dije antes de entrar a mi habitación y cerrarla.
Me acosté al lado de Taylor y la observé sin hacer nada más. Ella solo dormía y chupaba su dedo pulgar.
Escuché sollozos ahogados desde la otra habitación, los que me angustiaron mucho.

Me levanté de la cama, salí de la habitación y fui a la de Camila. Ella estaba sobre la cama, cubriendo su rostro con ambas manos mientras lloraba desalmadamente.

-¿Por qué lloras?.

Pregunté mirándola con frialdad. Su rostro estaba sonrojado y húmedo por culpa del montón de lagrimas que dejaba caer.

Camila: Te he hecho daño, y.. yo.. lo.. lo lamento..

-Eres una Cabello. -dije apretando mi quijada.- No esperaba nada mejor de ti.

Ella me miró fijamente, intentando creer lo que le acababa de decir.
Me di media vuelta y cerré su puerta con seguro. No iba a ser tan estúpida como para dejarle otra vez la libertad y facilidad de poder escapar cuando se le diera la gana.

Volví a mi habitación y me acosté al lado de mi hermanita nuevamente, velando su sueño.
Los sollozos se hicieron presentes otra vez, pero con un poco más de intensidad.

Me ponía bastante triste escucharla así, pero no iba a caer, no quería sufrir.
Intenté hacer oídos sordos y concentrarme en Taylor, lo que fue imposible porque mi mente estaba con Camila.

Finalmente, como última opción, opté por intentar dormirme, lo que dio resultado unos diez minutos más tarde.

Six Stars. «Camren»Where stories live. Discover now