ROMA SIN TI | SUPERCORP

📩 Las cinco señales divinas

-¿Qué quieres que haga?

-Bésame. Despacio y sin prisa.

-¿Así? ¿Aquí? -susurra dando pequeños besos en mi cuello.

-Sí... -digo suspirando. Su boca sube con firmeza por mi cuello hasta mi oreja.

-¿Qué más? -cuestiona mordiendo el lóbulo delicadamente.

-Yo... quiero...

-Dime qué más, Lena...

-Lena...

-Lena...

La voz susurrante incrementa su volumen.

-Hmm... No pares... Sigue...

-¿Lena?

-No. No, sigue. Sigue. No pares.

-¡Lena!

-Sí, sí...

-¡LENA!

***

De repente, siento el rostro mojado. El rostro mojado, pero... No puede ser. Entonces, abro los ojos de golpe.

Andrea está parada al lado de la cama con una botella de agua en la mano.

-¡MALDICIÓN! -exclamo cuando siento las sábanas y el cabello húmedo.

Andrea me observa con interés desde su posición. Después de analizarme por unos segundos, entrecierra los ojos con sorpresa.

-¿Estás bien? -pregunta. Su expresión es seria, pero veo un atisbo de sonrisa posarse en sus labios.

Me aclaro la garganta antes de hablar, y luego, respondo: -Claro. ¿Por qué preguntas?

-Estás sudando.

-Tengo calor -me defiendo al instante.

-Estabas balbuceando y apretando las sábanas con fuerza.

-Era una pesadilla -murmuro sintiendo mi rostro calentarse.

-¿La pesadilla se llama "Kara, no pares. Sigue. Sí, sí..."? -pregunta haciendo sonidos obscenos. Su expresión es seria, pero desde mi lugar, me parece obvio que está aguantándose la risa.

-Yo...

-¿Lena...?

-¿Qué? -cuestiono molesta.

-¿Estabas teniendo un sex dream con tu secretaria? -suelta sonriendo con grandeza.

-Asistente -farfullo levantándome de la cama. -Y no. No estaba soñando nada de ese tipo de cosas que tu mente sucia siempre piensa.

-Lena... Kieran... Luthor.... -habla con pausas. -¿ESTÁS CALIENTE POR TU SECRETARIA?

-Asistente -mascullo apretando los dientes. -Y nuevamente, no.

Mis mejillas se sienten calientes. Y sé que mis palabras no suenan tan firmes como pretendo.

-¿Qué demonios haces en mi casa un sábado a las seis de la mañana? -exijo comenzando a caminar al baño.

Necesito una ducha.

Necesito agua fría. Helada, si es posible.

Dios, qué vergüenza.

-¿Tú me invitaste ayer, recuerdas? ¿Por mensaje? ¿Para ir a desayunar con Sam y ponerla al día? -dispara sus preguntas mientras me sigue al baño.