📩 El guerrero de la fortaleza roja

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Mi terapeuta siempre dice que las emociones son reacciones naturales que hacen que una persona se ponga en alerta ante una situación que supone amenaza, peligro o frustración. También dice que las emociones están principalmente compuestas por reacciones fisiológicas.

Es por eso de que existe la sudoración fría, que es prácticamente la reacción de tu cuerpo como producto de tu respuesta "lucha o huida" que existe en tu cerebro para protegerte en situaciones de peligro.

O al menos eso quiero creer que significa el agua que parece no dejar de resbalar de mi rostro hasta mi cuello y mi pecho y los temblores que están controlando todo mi cuerpo.

Pero es, sin duda, la peor sensación que he experimentado en toda mi vida.

¿Así se siente entrar en un estado de shock?

No sé cómo pasa.

Creo que mi mente está teniendo problemas para seguir el ritmo del desastre en el que se convirtió mi entorno en menos de veinte minutos.

Honestamente...

Lo último que recuerdo es haber botado el teléfono en mis manos después de escuchar el audio de mi hermano y boom, en un pestañeo, ya estoy en la recepción del Hospital General de National City.

¿Cómo llegué acá? Es un misterio.

¿Cómo salí de mi trance de la nada? Eso también es un misterio.

Lo único que sí sé es que si esta mujer que está detrás del mostrador no me da lo que necesito en los siguientes dos segundos, un baño de sangre adornara el lindo blanco del lugar.

No me importa qué tan psicótico suena eso.

-Me da igual cuáles son tus malditas reglas del hospital... -me escucho decir.

Es extraño. Se siente como si mi mente fuera un ente distinto de mi cuerpo. Es como si... Yo estuviera allí peleando con la mujer del mostrador, pero a la vez, fuera capaz de verlo todo como si se tratara de una película con otra protagonista.

Me pregunto si esta sigue siendo una reacción al shock.

De repente, algo me saca de mi trance mental. Bueno, no algo, alguien... la mano de alguien si soy más específica.

-Preciosa... -su voz es suave. Y quiero disfrutarla como siempre lo hago, pero no puedo.

-Te juro, Kara, que si esta mujer no me da la información que necesito en los próximos dos segundos, voy a...

La rubia me toma entre sus brazos y me aprieta contra ella. Al instante, me quedo en silencio. No sé cómo pasa. Solo es una reacción de mi cuerpo ante el contacto de la rubia. Siempre funciona para calmarme, al menos, durante este último mes ha funcionado.

Y después no sé cómo lo logra y honestamente, ahora mismo no me interesa. Pero en menos de un minuto, la rubia ya tiene a la maldita recepcionista comiendo de la palma de su mano. La chica no tarda ni un minuto extra en soltar la información que necesitamos.

Si la situación fuera otra, el baño de sangre seguiría siendo una opción, pero no por la misma razón que ahora.

Antes de perder más el control de mis pensamientos, comienzo a caminar al ascensor para dirigirme al piso 6 del hospital. El piso de cuidados intensivos.

Las puertas se cierra solo segundos después de entrar en él.

La rubia se queda en la recepción tomando el control de la situación de forma lógica. Pero yo no tengo tiempo para la lógica en este momento.

ROMA SIN TI | SUPERCORPWhere stories live. Discover now