🔊 Lirios y margaritas

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⚠️ TW: infidelidad.

Lena

Hay una razón por la cual nunca busco salir a citas. Por la que resguardo mi corazón de las personas. Por la que soy fría y distante cuando alguien muestra interés.

Porque he experimentado mi cantidad justa de decepciones cuando se trata del amor.

Empecemos con...

Verónica Sinclair.

Una de las primeras mujeres que me rompió el corazón.

Fue durante mi cuarto año de la universidad y si no fuera por el interés de Andrea en Mercy Graves, probablemente, Verónica y yo jamás nos habríamos dicho ni un hola en los pasillos de la facultad.

En ese entonces, Verónica era el tipo de mujer que costaba complacer. Que no se conformaba con nada. Que siempre estaba buscando que la consintieran. El tipo de mujer que te absorbía completamente y no te dabas cuenta de los efectos hasta que ya era muy tarde.

Estaba enamorada. Y claro, dolió perderla. Pero fue un amor de esos que se superan y luego, cuando lo recuerdas, solo puedes pensar en lo estúpido que fuiste por salir con una persona de ese tipo. Porque parece que no tienen nada en común, no hay nada que los una o que los haga querer estar juntos.

Y si no había nada en común entre nosotras, ¿qué me gustaba de ella entonces?

Bueno...

***

-¿Tienes tiempo mañana? -susurra la asiática en mi oído desde su posición detrás de mí.

Sus brazos están envueltos en mi cintura y su pecho está pegado a mi espalda. Puedo sentir a la perfección sus respiraciones y su aliento me causa escalofríos al estar cerca de mi oreja.

-No lo sé. Tengo un proyecto que preparar para la otra semana y...

-Vamos, Len, trabajas mucho. Quiero llevarte a un lugar especial -trata de convencerme con ese tono al cual es imposible decirle no.

Cierro los ojos cuando la siento dar pequeños besos en mi cuello.

-¿Sí, mi amor? -ronronea en mi oreja.

-Yo...

-¡LENA LUTHOR, DEJA DE COQUETEAR CON VERÓNICA! Ven a bailar -exclama Andrea desde la pista de baile.

Me sorprende que haya escuchado su voz considerando lo alta que está la música en el bar en donde estamos, pero también... ¿Cuándo no ha sido así de escandalosa?

-Vamos, cariño -dice Verónica comenzando a pararse para jalarme a la pista de baile.

Y así pasamos el resto de la noche bebiendo, bailando, coqueteando.

A la día siguiente en la tarde, me he olvidado por completo de que me "comprometí" a salir con Verónica, así que cuando toca la puerta de mi casa y me ve todavía en pijama, su ceño se frunce con algo de enojo.

-¡Te dije que pasaría a las cinco, Lena! -se queja haciendo un puchero. Me cuesta identificar si su enojo es fingido o real porque esta chica es muy buena ocultando sus emociones.

-¿Perdón? -digo con timidez.

-Sí, sí, lo que sea. Ve a cambiarte rápido. Y ponte algo sexy.

Cuando ve que no me muevo, la chica se cruza de brazos y alza una ceja. Al instante, reacciono y me dirijo al cuarto a cambiarme.

Una hora y media después, nos encontramos en una especie de bar que nunca había visto en mi vida.

ROMA SIN TI | SUPERCORPWhere stories live. Discover now