Alfa [BakuTodo]

ᴛʜɪʀᴛʏ-ɴɪɴᴇ

La vista de Bakugo estaba centrada en el techo, pero aunque estuviera viendo eso sus ojos no le estaban prestando atención para nada, los brazos bajo su cabeza eran su almohada, porque su real almohada ahora le molestaba de lo suave que era. 

Se sentía incomodo con cualquier cosa que no fuera parte de él, quizás por eso estaba recostado sobre la alfombra de su habitación, así podía meditar lo suficiente para mantener a la bestia que cargaba dentro en calma. 

Hace tanto que no perdía el control que le estaba costando demasiado volver a su yo normal sin sus pastillas de por medio. Su orgullo gritaba con fuerza, no era posible que incluso drogado se dejara llevar por las emociones como lo había hecho en la casa de Kirishima, de esa forma le sería imposible proteger a ese imbécil de Todoroki como se lo había propuesto, porque obviamente llegaría al final de quién le había causado ese daño en su mejilla.

Rodó a su izquierda para quedar más cómodo, había tenido suerte que su madre y padre estuvieran durmiendo cuando llegó porque la cola que aún abrazaba a su cintura le hubiera puesto en una situación que significaba un castigo si es que era generoso. 

Su madre, al ser una alfa con un gen tan puro como el suyo creía firmemente en la diciplina física antes de la verbal, aunque en su caso la mayoría de veces aplicaba ambas, después de todo hasta él se odiaba la mayoría del tiempo por culpa del alfa que cargaba dentro. 

Sonrió al pensar cómo su alfa se estaba comportando últimamente, era peor que cuando era niño, se sentía inmaduro, casi como que estuviera apresurado en convertirse en un adulto, pero al mismo demasiado impulsivo para serlo. 

Decidió abrazar su cola e intentar dormir, necesitaba levantarse temprano para hacer ejercicio. Era algo que había aprendido con los años, ejercitarse calmaba a las bestias interiores cuando el instinto de ataque crecía, aunque no le gustara aceptarlo a veces era realmente un animal. También al levantarse temprano tenía suficiente tiempo para ir al departamento de Kirishima para ir juntos a la escuela, porque no piensa dejar que ese mocoso se le escape, porque quiere obtener la verdad de él antes de hacer alguna cosa, porque Todoroki no olía tan mal cuando estaban juntos. 

Aunque su memoria estaba algo interrumpida por culpa de su alfa podía recordar fácilmente como su olor cambió apenas esa llamada llegó y no sólo se intensificó al volverlo a ver, también se agregó el miedo e impotencia a su aroma. 

No le gustaba para nada. 

[...]

Todoroki suspiró de placer cuando el chocolate caliente que Kirishima le sirvió entró en su organismo. Jamás había dormido en un sillón, y aunque descansó no podría decir que no le fue incómodo, la situación le había llevado a tiempos pasados dónde con temor solo observaba como sus hermanos eran abusados por su madre y padre, pero ahora, que se pudo defender un sentimiento nuevo lo había despertado varias veces durante la noche para luego seguir durmiendo.

Las tostadas con mermelada de moras era algo que jamás había probado pero ahora lo agregaría a su dieta, realmente le gustaba.

Luego de dar un segundo mordisco fue que notó la extraña actitud de Kirishima, lo veía comer apresurado mientras miraba varias veces la puerta entre cada mordisco. No tenía celular pero sabía que no estaban atrasados para clases por lo que no entendía su actitud para nada.

Hasta que escuchó el timbre.

Kirishima se paró de pronto para abrir y él por instinto tomó el cuchillo que estaba sobre la mesa y lo colocó sobre sus piernas para sostenerlo desde le mango.

Para Todoroki fueron los segundos más tensos que había tenido en toda su vida.

Hasta que vio el cabello rubio asomarse por la entrada.

ーNo sirve de nada esconderlo si tú olor dice que el que se acerque a ti va a salir con el cuello cortado ー

Comentó como saludo Bakugō mientras se retiraba un audífono.

Todoroki sonrió un poco al verlo sin orejas ni cola, era el mismo Bakugō que le caía pésimo pero le alegraba verlo ahí de pie, le hacía sentir tranquilo.

Le hace sentir a salvo.