ғᴏʀᴛʏ-sᴇᴠᴇɴ

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Cómo si estuviera siendo apoyado por inteligencia artificial, los ojos de Bakugō eran capaces de ver un color violeta en el camino que le guiaba directo a donde tenía que ir.

Era irónico, algo que siempre odió ahora le era sumamente útil, poder ver el mundo en un tono extraño de gris siendo resaltado solo los colores que quería ver, y bueno, esa mezcla que no quería ver pero aunque lo intentara no podía ignorarlo, incluso si no estaba cerca de él.

Volvió a inspirar el olor del pasajero que llevaba para poder aislar el olor que necesitaba seguir, sabía bien que debía estar preparado para lo peor. No había vivido eso de primera mano, pero sabía la existencia de personas como él, muchos de los alfas que estaban internados con él eran víctima de ellos, eran explotados como juguetes hasta hacerles perder su humanidad, aunque muchos habían decidido dejar de luchar para poder ser así libre de la tortura a la que eran sometidos.

Malditos asquerosos.

Eran solo niños.

No conoce al sujeto que ahora ha sido raptado, pero por lo que entendió, ese viejo de mierda quería a ese imbécil que venía una moto atrás, y eso no iba a permitirlo. Sabía que llevarlo era peligroso, era algo contraproducente, pero sabe que si no lo tiene cerca, lo único que lo está manteniendo humano ahora se esfumaría y caería en el juego de esos sujetos sin poder salvar a nadie.

Y aunque el sujeto a su espalda no le cae para nada bien, tampoco lo va a dejar a su suerte.

Estaba arriesgando toda su humanidad por un sujeto que no conocía solo porque sabía que había ocupado el lugar de Todoroki, solo porque había cambiado el destino escrito y ahora sufría su suerte.

Y él lo había llevado a esa suerte.

Sabía que su presencia había cambiado la dinámica en esa familia, sabía que Todoroki había cambiado desde que lo conoció, el olor que desprendía también había cambiado y seguramente con ello su actitud, sabe que por naturaleza, los alfas, más los puros, son altamente dominantes, sabe que muchas veces no ven a otros como personas si no como una extensión de si mismos, su padre luchó mucho con su madre para que lo viera como un humano, algo más que su hijo, aunque lo había arruinado en grande cuando estuvo internado, ahora podía saber que si le hablaba a su vieja, podía conversar con ella y no solo tener que escuchar órdenes y recibir un golpe cuando no las acataba.

Sabía que posiblemente lo mismo sucedía en la familia Todoroki, más con ese viejo de mierda que quiso imponerse sobre él.

Un montón de recuerdos desagradables le invadieron, por un segundo la moto dejó de estar estable, incluso pudo sentir como el idiota llorón que tenía a su espalda le apretaba la chaqueta que le cubría el estómago.

Sabía que fue tonto al inyectarse el acelerador, sabía que debía pensar más las cosas, pero sabe también que sin eso en su cuerpo le hubiera sido imposible rastrear el camino.

Apretó los dientes contra sus labios causando que sangraran, segundos después sacó su lengua haciendo que sanaran. Bueno, eso fue suficiente para volver a centrarlo lo suficiente para recuperar el control de la moto.

Kirishima se acercó un poco más a él, lo sabe perfecto porque el olor de Todoroki nubló todos sus sentidos, era casi como que cayera en una piscina donde solo existiera él, donde le gritaba ir a su lado y él realmente quería volver a su lado, pero no, no debía.

Hizo sonar la bocina de la motocicleta indicándole a Kirishima que estaba bien, que volviera a donde sea que estuviera antes para poder concentrarse, para su suerte, Kirishima entendió y se alejó lo suficiente para poder recuperar el rastro morado que había perdido.

Sabía que no les faltaba mucho para llegar porque el olor que estaba siguiendo comenzaba a hacerse más fuerte, agregando también que había un horrible y nauseabundo olor a celo artificial que rodeaba el ambiente, no logra identificar cuántas personas son las que posiblemente prisioneras están ahí, pero son tantas que su nariz se siente asqueada.

Paró en una berma cercana a la mansión donde su nariz le decía que debían ir para inyectarse el supresor en su cuello. Podía hacerlo en su pierna pero sabía que debía pasarse el efecto del acelerador lo más rápido que pudiera, necesitaba su mente clara, necesitaba calmar esa horrible sensación de querer cortar las gargantas de otros solo para reclamar lo suyo.

Porque aunque su instinto le grite que es suyo, no lo es para nada.

Pronto una moto se posó detrás de ellos, y mierda, qué calmado se sintió.

Cerró los ojos esperando que el efecto pasara, esperando que la lucha de mantener sus colmillos y garras dentro de su cuerpo se detuviera, esperaba que la cola ni las orejas se le hubieran escapado, sería algo realmente malo que sucediera, no quería que nadie más supiera qué era, no quería volver a ese lugar de nuevo.

Todoroki fue lo primero que vio apenas abrió sus ojos, pudo ver la preocupación en sus ojos y sin querer algo parecido a una sonrisa se le escapó, algo que rápido ocultó.

Se arregló la chaqueta, sobretodo el área del cuello antes de comenzar a caminar, iban a entrar por la puerta grande, tenía dos de los que esa persona quería, estaba seguro que le abrirían la puerta.

Y no ocultó la sonrisa cuando exactamente eso sucedió.

Alfa [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora