008(Be yours)

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La palabra compromiso se quedó dando vueltas en la cabeza de Minatozaki, ni es que quisiera casarse, era muy joven y deseaba vivir una vida de novias bastante duradera, pero aún con todas las decisiones y pensamientos que ha tendido en su vida sigue pensando en esa simple palabra que muchos decían para referirse a diversas cosas.

Desde que está chiquita sabe lo importante que es el matrimonio, sus padres le enseñaron todo lo primordial, siendo una pareja muy unida y casi perfecta, claro que hubieron altibajos pero nada podía con todo el amor que tenían y las ganas de seguir adelante.

Los envidiaba en cierto modo por eso, sabían cómo expresarse y parecía que se acoplaban muy bien en los entornos en donde parecía que habría una discusión, eso la enseñó demasiado de hecho evitó cientos de discusiones con Tzuyu al implementar lo que hacía su mamá cuando su padre estaba de mal humor, solo se alejaba o le regalaba algún dulce que lo hiciera sonreír.

Agradecía que Chou tuviera gustos parecidos a los de su progenitor, chasqueó la lengua y sonrió, estaba siendo demasiado cómodo estar entre los brazos de la chica que le dijo mucho que la ama hace pocos minutos, con cuidado miró hacia la derecha, el vaso que hace unos instantes estaba repleto de helado, estaba vacío casi que brillaba.

Frunció un poco el ceño, de seguro corrió hasta muy lejos para poder buscarselo, además de que pudieron darse cuenta que se trataba de una celebridad, si alguien lo sabía se metería en un serio problema por la estúpida costumbre que tiene con el helado.

Le encantaría preguntar en qué lugar lo compró pero lo más probable es que no le diga si el lugar estaba muy lejos, eso también evitaba problemas así que se guardó la pregunta, mientras inflaba sus mejillas volvió a mirar a la televisión, no estaba pasando nadie divertido pero aún así seguía viéndolo por tan solo disfrutar unos míseros segundos más del contacto físico de la taiwanesa, daría lo que fuera para quedarse toda la vida allí aún sabiendo que debían estar preparándose para la noche que se supone tendrían.

Eso la llevaba a otra cosa, si se casaban al terminar el contrato podrían vivir juntas, sabe que ahora es normal que parejas que aún no contraen matrimonio viven juntas sin ningún problema, pero eso no le gusta, lo más probable es que sus padres también se lo nieguen, y si, tiene más de la edad necesaria para tomar sus propias decisiones sin importarle lo que sus padres digan, pero para ella esa opinión es tan importante como la de su abuela, quiere llegar y decirles que está casada o se casará con la persona que más ama en este mundo, hacer más oficial lo que tienen y no estaba mal pensar eso.

— ¿Te ocurre algo? —Sus ojos se dirigieron hacia arriba, quedándose pegados en la hermosa sonrisa que le brindaba, era toda una obra de arte, tallada por los mismísimos Dioses, es que le impresionaba lo hermosa que podía llegar a ser hasta su piel parecía de porcelana— Estás muy callada y eso no es propio de ti —Rodó los ojos, sabía que le diría algo para molestarla, lo comprobó al escuchar la risita que se escapaba de entre los labios de la menor.

— Estaba pensando —Confesó, con la mirada perdida en un punto de la sala, no estaba muy segura de decirle la verdad ya que si lo hacía tendría que ser demasiado sincera y no le gustaba la idea de tener que explicarle un tema que era demasiado importante para ella porque tal vez no se lo tomaría de la misma manera, no tan importante.

— Por como lo dices parece que no me quieres contar —Apretó con fuerza las mejillas de Sana quién se quejó pero rió al poco tiempo, le hacía cosquillas ese suéter de algodón que la menor llevaba puesto— De verdad que... —Abrió un poco los ojos, Tzuyu mantenía una mirada serena al igual que la actitud, pero escuchaba lo acelerado que iba su corazón, sobre todo como esos ojos tan adorables, a éstos los cubría una capa fina de lágrimas, estaban brillantes pero no se veía mal ni siquiera había tristeza en ese rostro tan hermoso— Eres lo más importante que tengo en mi vida —Y entendió que no lloraba por estar triste, si no por la felicidad de tenerla en su vida.

Y eso definitivamente fue la cosa más fuerte que ha vivido en todo el año, tener que ver como una chica que es menor que ella la ve como una de las cosas más importantes de su vida, siempre la había visto como una bebé y hoy le demostraba que maduró, que era capaz de mejorar sus actitudes solo por ella, para no separarse ni siquiera un mínimo segundo de su cuerpo, nunca le pasó por la cabeza llegar a ser el centro de atención de alguien que estuviera en niel mucho más alto.

Porque Tzuyu para ella era como una princesa de Disney tan perfecta que no lograría enamorarse o interesarse por alguien tan...ella, no habían palabra para describir el terremoto que era, saltando, gritando y riendo con esa voz tan aguda que tiene en todos los programas de televisión a los que asiste.

Ni en su mejor sueño tenía la oportunidad de escuchar esas dulces palabras provenientes de la única chica que ha amado sinceramente— Creo que cuando estemos viejas, voy a recordarte esto incluso si a los pocos segundos se nos olvida...siento que ésto es más que lo que pude imaginar que me dirías —Rió entre lágrimas.

— Se mía por el resto de nuestras vidas —Pidió, acariciando sus mejillas.

— Seré tuya por el resto de mis días —Dijo, ser sincera había sido tan difícil los últimos meses y ahora era tan fácil que parecía un sueño, aunque vivir en uno no era tan malo como creyó.

Porque era tan real, ella siempre sería de Tzuyu pasará lo que pasará.

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐓𝐀𝐋𝐊 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐒𝐄𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora