03 (Tercer mes)

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Tzuyu cabeceaba en el sofá mientras veía televisión no había sido una noche tan fácil como ella hubiera gustado, la mayor no dejaba de comer o vomitar o gritar o llorar o estar demasiado feliz con tantas energías que parecía que iba a correr por el techo o querer tocarla, si, todavía no había perdido la costumbre de provocarla y luego sonrojarse tango que se cubría el rostro, algo demasiado adorable para ella, hacía que su corazón latiera con fuerza tanto que caía por completo en los encantos de la japonesa y es que ¿Quién no caía en los encantos de Minatozaki?.

— ¡El timbre! —Se escuchó un grito que hizo que saltará, se quedó viendo a Sana preocupada porque ésta estaba dormida y no quería despertarla, porque sabía que se ponía tan amargada que estaría todo el día discutiendo del por qué, al parecer Nayeon, gritaba tan temprano en el día en su puerta, no había una razón lógica para explicar eso.

Tampoco entendía el por qué no presionó el timbre en vez de gritar— Nayeon por favor haz silencio que deben estar dormidas —Esa voz era de Mina lo que la hizo sonreír porque tendría a alguien que era como ella, la podría ayudar con ambos terremotos porque cuando se juntaban parecían dos bocinas.

Abrió la puerta y sonrió, la mayor la miró de arriba hacia abajo y le dio un pequeño beso en la mejilla, hizo una mueca de disgustó y saltó a los brazos de la que parecía ser su salvación, Myoui le sonrió y entraron— Está dormida en el sofá así que mejor vayamos a las piscina —.

— ¿Quién está dormida —Saltó al escuchar a su esposa detrás suyo, se dio media vuelta y la abrazó, aunque su voz decía que estaba de buen humor lo parecía estarlo y eso le preocupaba— ¿Para qué vienen? —Definitivamente no estaba de buen humor, Nayeon la miró y parpadeó varias veces mientras la miraba de arriba hacia abajo con enojo.

— Rosalía —Dijo Mina ganándose unas cuantas miradas de desaprobación, así que desvió la mirada a la ventana como si no hubiera dicho nada.

— Vinimos a dar es nuestra humilde opinión —Sonrió un poco y se fue a sentar en el sillón— Luego de estar hablando en el camino hemos decidido... —.

— Decidiste —Corrigió la japonesa con el ceño fruncido, no iba a dejar que la fuerza de Minatozaki cayera en ella en vano, no quería morir.

Rodó los ojos y apretó los labios— Que la bebé debe llamarse Nayeon —Sana se quedó en silencio viendo a la coreana, a veces no entendía que era lo que había en su cabeza era de lógica que no la llamaría como ella aunque no le disgustaba tanto, caminó y se sentó a su lado, eso no estaba siendo bueno para Chou, ésta se dio cuenta que su esposa lo estaba considerando.

Mina subió la mano con timidez captando la atención de las tres— Chou Mina suena mejor que Chou Nayeon —Se encogió de hombros y se sentó, ahora dos japonesas y una coreana debatían el nombre que debería llevar su hija sin pensar en la posibilidad de que fuera niño, en primer lugar, y excluyendola de una de las conversaciones más importantes de su vida.

— Ya te digo yo que Chou Minayeon suena hermoso —Logró escuchar de los labios de la mujer de su vida, definitivamente no iba a ponerle ese nombre porque, además de no querer que Chaeyoung la asesine, estaba decidida a ponerle otro nombre no el de sus amigas y mucho menos el de una pareja falsa.

— Oh...¡suena hermoso! —Exclamó la japonesa menor, la que se supone debería estar en su bando— Yo luego lo soluciono con Chaeyoung, eso es tenerme de rodillas entre sus pie- —.

— ¡Myoui Sharon Mina! —Gritó la coreana cruzándose de brazos.

— Que bueno que Nayeon sabe que las cosas de la alcoba se quedan en la alcoba —Todo quedó en silencio, las tres mujeres voltearon a verla impresionadas.

— ¿Eso no fue lo que dijo Sana hace años? —La nombrada asintió.

— ¿Antes de que cogieran? —Preguntó Myoui.

— ¿Por qué siempre soy la última que se entera de cosas como ésta? —Se cruzó de brazos— Es lo de menos —Apretó los labios y las señaló— No se llamará ni Mina ni Nayeon ni mucho menos Minayeon —Sana se le quedó mirando— No hagas eso con la mirada —La desvió— Tendrá un nombre original que eligiremos mi esposa y yo...no ustedes —.

— ¿Por qué eres tan aburrida? —Se quejó la de dientes de conejo mientras hacía un mohín— Es obvio que no se llamará así —Dijo.

— ¿Entonces bromeaban? —Sonrió aliviada y se sentó al lado de Sana.

— Entonces que se llame Satzu —Bromeó pero tal parece que fue una muy buena idea para las tres que se miraron emocionadas— ¡No, es que no! —Gritó.

La elección del nombre de su pequeña hija era lo más importante que había en todo el mundo, para ella, tenía que ser hermoso, espectacular y que encajara con ambos apellidos porque todavía no sabían cual iría primero, era algo en lo que no habían pensado ya que les parecía demasiado apresurado.

— Además de que puede ser niño —Y como si se tratará de una película de terror, Nayeon se dio la vuelta y luego la siguieron las otras dos.

— ¿Estás loca? —Negó lentamente con la cabeza— Será niña, una hermosa y adorable pequeña que no será niño —.

— Si es niño lo regalamos —.

— Amor, dime por favor que no estás hablando en serio —Se quedó en silencio.

— Tiene que ser niña para su propio bienestar —Asintieron seguras.

— Ella escogerá si es lesbiana o no —Myoui sonrió— ¿Te imaginas que sea hetero y tenga novio? —Eso no le estaba gustando a Chou, ésta frunció los labios y elevó ambas cejas haciendo esa expresión de:

¿Sí claro voy a dejar que mi hija tenga novio?.

— Chou Tzuyu es obvio que la bebé tendrá novio o novia, ella va a decidir —Movió los hombros mientras maldecía en taiwanés, iba a ser una madre bastante celosa y es que a su pequeña nadie la iba a tocar.

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐓𝐀𝐋𝐊 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐒𝐄𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora