06 (Sexto mes)

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Sana había tenido un muy mal día y eso se resumía a una sola cosa, la ropa que tanto le encantaba ya no le estaba quedando y eso era por tener algunos kilitos de más, pero era por el embarazo, el problema es que nunca le había pasado algo por el estilo y era nuevo para ella tratar de subirse el pantalón y que éste se atorara justo antes de abrochar el botón, es que sentía que iba a llorar sobre todo porque su esposa se veía bastante tranquila con el tema, no le dijo nada solo sonrió y le dio un beso en lo que antes era su perfecto abdomen plano.

Ahora es un bulto, se siente gorda y es algo que ha estado ocultando desde que pasó por el espejo y casi se le salen los ojos al tratar de buscar su angosta cintura, y no estaba donde ella creía que la había dejado no entendía como todo pasó tan rápido, apretó los labios al ver a Tzuyu tomándole una foto— ¡Deja de molestar! —Gritó enojada al borde de las lágrimas, Chou al darse cuenta de que no estaba jugando bajó lentamente el teléfono y se levantó, no quería que se sintiera mal y mucho menos si era por su culpa.

Hizo un mohín y se escondió en su cuello, era obvio que no la iba a entender seguía con un cuerpo perfecto incluso mejor del que tenía, tal vez tenía a muchas chicas detrás suyo y la iba a dejar por una de ellas, era obvio, eran mucho mejor que ella, no pudo evitar comenzar a llorar porque tenía miedo de que eso sucediera, esa pesadilla que no la ha dejado dormir como desearía, puede que Tzuyu ya no la desee por culpa de eso.

— ¿Qué ocurre? —Preguntó preocupada por haber hecho cualquier cosa para que estuviera así, sabe muy bien que hay veces en las que Sana no se toma un juego como lo que es, algo para que las personas se diviertan a veces es demasiado susceptible a todo lo que tenga que ver con reírse de algo que a ella no le de risa así que debía tener cuidado sobre todo ahora que estaba embarazada porque sentía que podía llegar a tomárselo de una muy mala manera y no le gustaría eso, no quiere ver a la persona que ama enojada o frustrada.

Además de que eso le haría daño tanto al bebé cómo a Sana— Estoy gorda —No esperaba que dijeras eso, obvio que no lo estaba, seguro era porque ha estado dándose cuenta de ello porque su vientre a crecido considerablemente, pero es porque hay una bebé ahí siempre pensó que no se molestaría por ese tipo de cosas porque es de lógica que en algún punto iba a hincharse cada vez más, ella no la ve gorda solo embarazadas, frunció los labios y suspiró, no sabía cómo podría convencerla de que se ve hermosa estando embarazada, tenía un billón distinto que la enamoraba cada vez más.

— Claro que no —Negó con la cabeza y la sentó en la cama, a veces se cansaba por estar de pie así que era preferible que estuviera sentada o acostada, eran los últimos tres meses estaban bastante cerca de conocer a la pequeña y era algo que le entusiasmaba más de lo que alguna vez creyó— Estás hermosa, preciosa y perfecta —Sonrió y le dio un pequeño beso— Como siempre —La abrazó, Minatozaki no estaba de acuerdo con ello así que rechistó y rodó los ojos, no se lo eshaba creyendo en lo absoluto porque sabía muy bien las personas que estaban detrás de su esposa.

— Es obvio que por eso has estado tan alejada de mi —Fueron algunos días en los que tuvo que hacer algunas cosas lejos de casa, no le daba mucho tiempo para estar con ella porque a primera hora ya estaba fuera— ¿Hay alguien más en tu vida? —Preguntó aguantando las ganas que tenía de romper en llanto, Tzuyu se quedó en silencio, si que era bastante difícil lidiar con una mujer embarazada, no sabía cómo decirle lo que estaba haciendo porque sentía que no le iba a creer.

— Estaba trabajando, no quiero a nadie que no sea a ti y ahora a la pequeña —Le acarició las mejillas— Te amo solo a ti —Le aseguró, sentía que con eso era suficiente sobre todo al ver como comenzaba a llorar— Ya...ya...no llores —Le acarició la espalda y suspiró, estaba bastante feliz de formar una familia con Sana pero ésta parecía que necesitaba más atención incluso más de la que le estaba dando así que tendría que trabajar duro para que no crea que no está con ella porque está embarazada o algo por el esto, Sana te la demasiado imaginación.

— La ropa no me queda —Dijo entre sollozos, Tzuyu se mordió el labio inferior al ver toda la ropa que estaba en el suelo y que obviamente tendría que guardar en un lugar que Sana no sepa para que no se la siga probando porque de seguro estaría llorando los próximos tres meses— Ninguna, solo los pijamas —Debía encontrar una solución rápida antes de que las cosas empeorarán, no le gustaba verla llorar así que tenía que complacerla en todo para que no lo hiciera.

— Usa mi ropa —La mayor asintió con un mohín, Tzuyu se acercó y lo besó antes de mirarla a los ojos— Luego compraremos para ti, toda la que quieras y de donde quieras —Asintió feliz con una enorme sonrisa eso era exactamente lo que quería ver, a su esposa feliz porque le dolía cuando tenía ese tipo de pensamientos, hacían que su corazón se estrujara y rompiera en mil pedazos.

— Tengo la mejor esposa del mundo —Chou no estaba de acuerdo en eso, frunció el ceño y negó varias veces con la cabeza.

— Yo tengo la mejor esposa del mundo —Ambas se sonrieron y abrazaron, porque sabían que pasará lo que pasará siempre estarían juntas.

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐓𝐀𝐋𝐊 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐒𝐄𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora