04 (Cuarto mes)

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Tzuyu dejó el último plato en la mesa y sonrió, solo tenía que esperar que Sana llegará de la salida que había tenido con las chicas para poder darle la maravillosa noticia de que hizo toda la cena sin ningún esfuerzo solo más de tres horas de su vida tratando de entender para que se usaban las cosas, dio su mayor esfuerzo y sabe que todo lo quedó bien, porque aunque no lo parezca si sabe cocinar, pocas cosas, pero si es buena en ello, solo que quería experimentar así que hizo otro tipo de cosas, fue bastante sencillo dentro de lo que cabía.

Miró todo el lugar lleno de velas que daban un lindo ambiente, a Minatozaki le iba a encantar todo lo que ha hecho y de seguro dejaría que la abracé para poder dormir lo necesita desde hace bastante tiempo pero la mayor dice que está demasiado incómoda o cosas así cuando sabe que es mentira porque usa el tono de cuando está mintiendo, le duele un poco pero la entiende, debe hacerlo, porque está embarazada y esa no es su Sana, es alguien que aunque a veces sonría esconde una profunda maldad.

Se retorció en la silla y se quedó mirando la puerta, se supone que ya debería de haber llegado pero no era así, se sentiría bastante mal si van a cenar o algo por el estilo porque todo su esfuerzo sería en vano, bajó la mirada al teléfono pero nada no había señales de la existencia de su esposa y menos de las chicas, se pasó la mano derecha por el rostro y se mordió el labio, si, ya se estaba poniendo nerviosa, su corazón latía con mucha fuerza como si fuera a declararse a la chica que le gusta cuando solo es una linda cena con Sana.

— No me la vas a creer —Apareció de la nada provocando un corto circuito en Chou que lo único que hizo fue gritar con todas sus fuerzas y saltar en la silla, Minatozaki la miró raro hasta que de dio cuenta de todo lo demás, una pequeña sonrisa apareció de la nada en su rostro la cual se agrandó hasta que llegó a su máxima expresión y eso fue suficiente para que su corazón volviera a latir con tanta fuerza.

— Que susto —Subió la mano a su pecho y suspiró, ni siquiera podía respirar bien.

— Perdóname —Le dio un pequeño beso en la mejilla y miró hacia todas partes— Está muy lindo todo —Sonrió en grande— ¿Es para mí o para tu amante? —La menor rodó los ojos pero enseguida se levantó y la abrazó, envolviendo los brazos en el cuello ajeno y acercandola, quedando tan cerca que sus alientos chocaban entre sí.

— Te he dicho que no tengo a nadie que no seas tú porque tú eres el amor de mi vida —Hizo un mohín que fue automáticamente besado por la japonesa, a veces se le olvidaba que era ella la que tenía el control, la tomó de la cintura y la acercó lo suficiente para que el abdomen de la contraria chocará contra su pequeña pancita.

Ésta se murió de ternura y bajó para darle un besito en el vientre— Hola bebé —Quiso llorar pero se aguantó— Hoy tu mami preparo algo delicioso para ustedes así que espero disfrutes —Dijo mientras la miraba a los ojos, así que si, eso iba para las dos.

— ¿A que se debe todo esto? —La taiwanesa sonrió un poco y se sentó— Lo que digo es que tampoco es muy común que tú cocines —Se encogió de hombros.

— Solo quería que tuvieras una linda cena conmigo —La mayor sonrió y se sentó— Así podremos hablar de todo lo que nos ha pasado —Asintió, Tzuyu deslizó la mano por la mesa y tomó la de la Sana— También para que te des cuenta de lo mucho que te amo y se lo afortunada que soy de tenerte... —Se quedó unos segundos en silencio— Bueno...de tenerlas —Corrigió.

Minatozaki había comprobado que tenía demasiado suerte por haber conseguido a alguien como Chou, era la chica más tierna, comprensible, amable y cariñosa que había conocido, le parecía gracioso cuando decía que era afortunada cuando realmente la que tenía suerte era ella.

— ¿Recuerdas esa noche que estaba estresada entre a la habitación y dije, hablemos de sexo? —Rió y asintió, claro que la recordaba estaba tan confundida que ni siquiera podía ordenar lo que iba a responderle.

— Me impresionó demasiado cuando lo dijiste, estuve demasiado tiempo analizando —Ambas estallaron en risas, la expresión de Tzuyu fue una de las cosas más graciosas que Sana recuerda.

— Y nuestra primera vez...no fue tan buena —Tzuyu apretó los labios y la miró a los ojos— Eras muy tímida en ese momento hasta que te dio la locura —Volvió a apretar los labios— Estaba casi segura que iban a tener que inmovilizarme los dedos por tanto sexo —.

— Siempre voy a disculparme por todo lo que pasó en esa temporada, la verdad es que ni yo entendía que era lo que me sucedía estaba tan confundida y... —Suspiró— ¿Cómo está la comida? —La mayor levantó los pulgares— Me alegro que te esté gustando —Se miraron mientras comían, nadie hablaba y era bastante relajante habían olvidado lo que era comer juntas porque Tzuyu siempre comía después de Sana ya que debía cuidarla, muchas cosas la hacían vomitar y es algo que se ha ido controlando.

Lo cual agradece porque la verdad es que después de ver a Minatozaki vomitar no quería comer ni mucho menos saber de comida— No hay un segundo de mi vida en el que no agradezcas tenerte a mi lado —Dijo de la nada, era una de las primeras veces que decía ese tipo de cosas, por más que era bastante cariño no era alguien que hablaba mucho sobre eso, porque que cada que lo hacía lloraba, exactamente lo que está pasando ahora.

— Amor no... —Y ahora eran dos las que lloraban, porque se amaban y eran muy sensibles.

𝐋𝐄𝐓'𝐒 𝐓𝐀𝐋𝐊 𝐀𝐁𝐎𝐔𝐓 𝐒𝐄𝐗Where stories live. Discover now