⸙͎Night Flower [YM] [By Ania] CAPS. FINS.

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TREINTA Y TRES

🎶𝒯𝒶𝓃𝓉ℴ 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓉𝒾 𝒸ℴ𝓂ℴ 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓂𝒾́, 𝓆𝓊ℯ ℯ𝓈𝓉𝒶𝓂ℴ𝓈 𝓃𝓊ℯ𝓋𝒶𝓂ℯ𝓃𝓉ℯ ℯ𝓆𝓊𝒾𝓋ℴ𝒸𝒶𝒹ℴ𝓈 🎶

—¿Qué más sucedió en la cena? —La doctora Gum realizaba las preguntas con una dulce sonrisa que era contagiada por su paciente ya que este lucía feliz contando cada detalle.

—Me regaló un gran ramo de flores pero dijo que yo soy su flor favorita —contó sonriendo y con lágrimas acumulándose en sus ojos—. Me llamó flor, él me ve como una flor de noche —musitó rompiendo en llanto.

—¿Por qué te causa tristeza que te llame así? —interrogó la pelinegra al extenderle un pañuelo para que limpiara sus lágrimas.

—Las flores son hermosas incluso antes de florecer y son puras —explicó brevemente—. Yo no me siento como una flor, tengo manchas en todo mi cuerpo, alguien arrancó mis pétalos cuando apenas comenzaban a crecer y no me dejó florecer —dijo cubriendo su rostro para continuar llorando.

—Aún puedes, solo requieres de más cuidados, amor y dedicación, eso es todo —aseguró la omega.

En cada sesión las emociones del omega salían a flote con mayor intensidad, narraba feliz todo los últimos sucesos vividos junto a su esposo y sufría recordando lo ocurrido con aquel alfa. Jimin quería salir de aquel cuarto con una sonrisa para no preocupar a Yoongi, deseaba que así fuera pero al cruzar y verlo lo único que hacía era lanzarse a sus brazos a llorar.

—Mi pequeña flor —llamó el alfa al acunar su rostro para limpiar las lágrimas con sus pulgares—. No llores, ya no llores, estoy contigo, no voy a dejarte solo. —Al decir eso siempre se encargaba de llenar de besos su rostro para después envolverlo entre sus brazos y acariciar su espalda.

—Quiero ir a nuestra casa, alfa —pidió el menor en medio de hipidos.

—Te tengo una sorpresa —mencionó Yoongi para distraer la mente de su omega, dando resultado ya que este se separó de inmediato para mirarlo con curiosidad.

—¿Sorpresa? —Restregó sus mejillas con la mangas del abrigo para eliminar cualquier rastro de lágrimas—. ¿Es algo bueno? ¿Qué es? —Muchas ideas invadieron su cabeza pero en el fondo sabía que le gustaría la sorpresa.

—Te lo diré cuando lleguemos a casa ¿bien? —Jimin asintió colocándose de punta para frotar suavemente su nariz con la de su esposo y después dejar un beso en su mejilla—. Todo va a mejorar, te lo prometo —afirmó regresando la acción del rubio pero dándole un beso extra en la frente.

Durante el trayecto de regreso a casa la pareja no dejaba de dedicarse sonrisas y sutiles caricias pero el omega no podía contener la emoción por descubrir lo que le tenía preparado su esposo.