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TREINTA Y CUATRO

🎶ℒℯ ℯ𝒸𝒽𝒶𝓂ℴ𝓈 𝓉ℴ𝒹𝒶 𝓁𝒶 𝒸𝓊𝓁𝓅𝒶 𝒶 𝓁𝒶 𝓁𝓊𝓃𝒶 𝓆𝓊ℯ 𝓈ℯ ℯ𝓈𝒸ℴ𝓃𝒹ℯ 𝒹ℯ𝓉𝓇𝒶́𝓈 𝒹ℯ 𝓁𝒶𝓈 𝓃𝓊𝒷ℯ𝓈 🎶

Jimin cubría su cuerpo con una manta mientras se despojaba poco a poco de su ropa, nervioso pero ansioso debido a su omega y es que su lobo no había dejado de menear la cola cuando supo del pronto encuentro con su alfa

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Jimin cubría su cuerpo con una manta mientras se despojaba poco a poco de su ropa, nervioso pero ansioso debido a su omega y es que su lobo no había dejado de menear la cola cuando supo del pronto encuentro con su alfa.

—Estoy preparado, Yoongi —le avisó a su esposo pues este se encontraba de espalda mientras el reposaba sentado en la arena.

—Entonces puedes transformarte, adelante —animó cruzado de brazos, sintiendo la felicidad de su lobo a punto de detonar.

El rubio cerró sus ojos, respiró profundo para concentrarse en conectar con su parte animal y cuando lo logró una sonrisa en señal de victoria asomó en su rostro.

En cuestión de segundos un gran lobo blanco hizo acto de presencia en la playa, un pelaje tan brilloso que contrastaba con el lugar pero lo hipnotizante del hermoso animal eran sus ojos, tan azules como el mar que admiraba la pareja minutos atrás.

Yoongi sintió algo helado tocar su cuello y al girar se encontró con su omega, la admiración y orgullo con la que lo vio era inmensa además de mostrarse feliz al notar como se agachaba para ser acariciado.

—No creí que fueras tan grande y bonito —halagó dándole mimos en su cabeza—. Ahora es mi turno porque tu alfa está a nada de matarme —añadió riendo para quitar su ropa y luego cerrar sus ojos.

Un nuevo lobo aparecía a las orillas del agua, negro e imponente, causando cierto recelo en el omega por lo que retrocedió al verlo avanzar, este lobo caminó a su alrededor para olfatear su aroma como si tratase de confirmar algo hasta que se quedó estático por unos segundos.

La cola era agitaba suavemente cuando sus ojos azabaches visualizaron aquella mancha negra en la punta de la oreja derecha del omega, una ráfaga de recuerdos —sus vidas pasadas— invadieron su mente con esa peculiar característica.

Mordió la oreja bicolor a modo de juego provocando que el lobo blanco respondiera igual, el miedo desapareció al mismo tiempo que la emoción encendía el corazón de ambos al reencontrarse después de años separados.

Corrieron uno detrás de otro, de un lado a otro como si no existiera mañana, revolcándose en la arena, mordiéndose las orejas y colas como solían hacerlo siempre que lograban verse en su forma animal.

Deseaban más tiempo juntos, querían seguir jugando sin preocupaciones ya que en ellos existía el temor de no volver a verse, en su interior el recordatorio permanente de que esta era su última oportunidad de ser pareja y que el reencuentro podría volverse una amarga despedida.

⸙͎Night Flower [YM] [By Ania] CAPS. FINS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora