⸙͎Night Flower [YM] [By Ania] CAPS. FINS.

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TREINTA Y CINCO

🎶𝒟ℯ 𝓊𝓃 𝓂ℴ𝓂ℯ𝓃𝓉ℴ 𝒶 ℴ𝓉𝓇ℴ, ℯ𝓈 𝒹ℯ 𝒹𝒾́𝒶 𝒹ℯ 𝓃𝓊ℯ𝓋ℴ🎶
                                      

Ahora existía felicidad espontánea en Jimin, emoción que creía no volver a experimentar con plenitud pero la vida le devolvía poco a poco razones para sonreír y sanar sus heridas.

Acciones sencillas lo mantenían con un brillo especial en sus ojos como pasear de la mano con su esposo mientras compartían anécdotas, recibir halagos en susurros acompañados de besos, tomarse fotos que plasmaron los buenos momentos juntos, comer en medio de risas por los malos chistes para finalmente terminar admirando el atardecer a orillas de la playa.

—Ten, omega bonito —habló el mayor al extenderle el helado causando una nueva sonrisa en el rubio—. ¿Crees que te hice sonreír lo suficiente? —interrogó al sentarse a su lado.

—Lo hiciste bien, Yoongi —respondió acercándose a besar sus labios—. Quiero regresar a este lugar más adelante, ¿podemos, alfa? —preguntó sin mirarlo dado que su atención la tenía el helado comenzando a derretirse.

—Todo lo que mi omega quiera porque lo merece —musitó levantando su mano para acomodar algunos mechones rubios—. El atardecer es indiscutiblemente hermoso pero mi mirada sigue en ti ¿tiene eso sentido? —cuestionó tomándolo de la barbilla.

—¿Me quieres? —preguntó Jimin y su esposo asintió—. Entonces es eso —agregó regresando a comer el helado pero sin pasar desapercibido la risa que soltó el alfa.

—Mañana regresaremos a casa después de desayunar ¿bien? —El omega emitió un sonido afirmativo como respuesta.

El silencio abrió camino a los diversos sonidos de su entorno y a la vista que tenían enfrente así como la arena nuevamente se logró impregnar en la ropa de ambos aunque la solución simplemente era sacudirlas antes de tomar una ducha.

De pronto la duda de si Jimin actuaría de igual forma que la anoche anterior surgió en Yoongi, lo sucedido y situaciones similares se repetían en su cabeza como si se tratase de una película sin fin, Jimin salió del baño luciendo su pijama puesta, con el cabello ligeramente húmedo y siendo el ruido del secador que regresó a la realidad al alfa.

—Mañana podríamos ir por esas pijamas a juego que tanto te gustaron —comentó el pelinegro parando la acción del omega—. Y de paso compramos algo para nuestros padres —añadió acomodando mejor su espalda sobre el respaldar de la cama.

—¿Lo dices en serio? ¿Quieres usarlos? —indagó girando a verlo con emoción.

—Sí, cariño —afirmó estirando sus brazos para recibirlo pues sabía que vendría a darle un abrazo a modo de agradecimiento.