CAPÍTULO 3 [Editado]

1.6K 83 0
                                    


CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Alessia

Mi mente divagaba por los recuerdos, escenarios teñidos de vergüenza y humillación donde ser quien soy me convirtió en blanco de humillaciones desde mi niñez, en este mundo es vergonzoso ser débil físicamente siendo lobo, pero aun mas ser incapaz de cazar y para sorpresa de todos los humanos no cuentan con la capacidad para cazar con su cuerpo, no poseemos colmillos, garras, una vista aguda o sentido del olfato desarrollado, mucho menos una resistencia inigualable, estas cualidades que carecía mi madre y yo nos volvia unos seres incompetentes. En mi aldea, el ser humano se consideraba una inferioridad casi tangible, y éramos tan pocos que una mano bastaba para contar nuestra escasa presencia. Pero, ¿Por qué continuamos existiendo, aferrándonos a continuar en este mundo? ¿Por qué nuestra existencia se había reducido a una mera sombra entre lobos, vampiros, demonios y hadas?

Sufri humillaciones, golpes, agresiones verbales como físicas, lloraba todos los días de mi vida lamentando mi propia existencia, llegue a ser vulnerable con las palabras que se dirigian a mi madre y a mí, convirtiéndome en el hazmerreír del pueblo durante un tiempo, simplemente porque no supieron aceptar a otra humana en la manada. Fui marginada y discriminada injustamente, solo por ser quien soy, por ser algo que jamás elegí ser. La única persona que hizo caso omiso a las burlas y humillaciones fue Alice. Tal vez ella no sea consciente, pero se convirtió en una luz de esperanza en mi vida, la razón por la que deseaba seguir en este mundo y luchar contra viento y marea, a pesar de las críticas y las palabras cargadas de odio dirigidas hacia mí. Su indiferencia ante las burlas y humillaciones fue el apoyo silencioso que me permitió soñar y desear aferrarme a mi familia y a mi única amiga, quien me enseñó que no es solo la fuerza física la que me va a permitir levantarme y continuar adelante.

Agitan suavemente mi brazo, conscientes de las pesadillas que tengo como recuerdos. Poco a poco, vuelvo a la realidad; mi cuerpo adormecido toma conciencia y mis párpados se levantan una vez más. No sé en qué momento cerré los ojos con Artem; la leve posibilidad de que me haya vuelto a inyectar se repite en mi cabeza una y otra vez. Fue tan rápido que no noté cuándo enterró la aguja en mi piel o hizo presión para que el líquido recorriera mi sistema.

— Mi luna, tienes que levantarte — susurra pacientemente una voz de fondo.

Mis párpados pesados se entreabren, luchando contra el sopor que los envuelve.

Con un esfuerzo, me incorporo, apoyándome en los codos. La habitación está envuelta en una penumbra, los primeros rayos de sol apenas se filtran por la ventana entreabierta. El aire fresco me acaricia la piel, recordándome que estoy en otro lugar que desconozco.

— ¿Qué hora es? — murmuro, mi voz aún ronca por el sueño.

La figura junto a la cama se acerca, difuminada por la penumbra. Desconozco el contorno familiar de su rostro, pero la calidez de sus ojos me observan con ternura.

THE ALPHA ARTEM [PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora