Tsukasa Tenma era un joven el cual nunca había tenido inconvenientes en sus relaciones, ni siquiera con la de su novio, Rui Kamishiro, siendo este su primer noviazgo. Al menos así fue, hasta que su pareja tuvo una peculiar charla con unos de sus ami...
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Podía admitir, sin lugar a dudas, que su novio estaba raro.
Llevaba días, después de aquel encuentro con Akito, que solo mimaba a Tsukasa, de vez en cuando proporcionando caricias un poco subidas de tono, las cuales no le incomodaban en lo absoluto, y que no pasaban de ser solo "caricias". Sabía que lo hacía porque comprendía, muy en el fondo, que no quería hacerlo todavía, además ¡quien dijo que ser virgen era algo malo!, solo tenía 16 años, aún había tiempo para hacer el amor con su novio, en su debido momento. Lo malo es que ni se concentraba cuando hacían reuniones para planear futuras presentaciones y eso empezaba a molestarle.
¿Será que se sintió presionado por Akito? Lo más posible. Generalmente eras una burla por ser un virgen, más si eras hombre y ya eras un adolescente.
No quería que se viera afectado por eso, sabía que le habían dado en su orgullo como hombre, pero no quería que eso lo llevara a sentirse obligados a tener relaciones que posiblemente no disfruten, al menos el rubio no. En el fondo si quería, pero no porque alguien más se lo imponía para dejar apariencias, sino porque más que sexo era amor para él, raro pero le parecía lindo de cierto modo. Por eso quería que aquello saliese bien. Además, siendo aún virgenes, eran inexpertos, más que todo porque las relaciones entre hombres funciona distinto y no quería tampoco que fuera doloroso.
Ahora tenía un ceño fruncido mientras miraba su teléfono, sentado en la cama de la habitación del rubio, sin dirigirle palabra alguna hace aproximadamente unos 10 minutos. No solía tener cara de disgustado cuando estaba concentrado, entonces notó inmediatamente que estaba siendo perturbado por alguna idea en su cabeza. No le gustaba aquel ambiente, así que optó por hablarle para sacarlo de su trance.
— Rui~ ¿en que piensas?
— Oh um... nada en particular.
— Desde hace días estas extraño, ¿quieres hablar de lo que te agobia o no te sientes cómodo?
El peli-morado era bueno mintiendo, o al menos eso creía, pero aún siendo el caso, sabía que el rubio lo notaría en seguida y se encontraría más preocupado de lo que ya estaba. Tal vez sincerarse no sonaba tan mal. Suspiró antes de comenzar a hablar.
