« 𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟰 »

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 "Mañana retomaremos las reuniones del grupo"

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"Mañana retomaremos las reuniones del grupo"

Fue lo que leyó en su teléfono horas más tarde después de haber estado tanto tiempo en el SEKAI. Vio las respuestas afirmativas de sus compañeras, y como no quería levantar sospecha alguna, también dijo que iría; igual ¿qué sería de un grupo sin su estrella principal?

Decidió despedirse después de contestar en aquel grupo, pues sabía que tenía que preparar ciertas cosas para el día siguiente, y no quería perder el tiempo allí. Agradeció por la compañía, y le dio "Stop" a la canción, para encontrarse ahora en su habitación.

Las luces del primer piso estaban encendidas, por lo que suponía que Saki y sus padres estaban abajo, tal vez charlando, tal vez preparando la comida, la verdad no se veía muy interesado en ello. Lo primero que optó por hacer, fue ir al baño. Cerró con seguro la puerta, y dio un suspiro, para ya luego agarrar lo que necesitaba: algodón y alcohol. Sabía que la sensación no era la más cómoda ni la más agradable, debido al ardor que le provocaba en sus brazos, pero sabía que debía de cuidarse, puesto que podría terminar en algo grave en el caso de que no lo hiciera.

Soltaba unos cuantos quejidos de dolor, pero no se sentía tanto como los días anteriores. Sus heridas ya habían empezado q cicatrizar y eso era bueno para él, así ya no vería la necesidad de esconder nada debajo de sus mangas y podía vestirse como quisiera. Además, se había prometido que sería la última vez, puesto que odiaba caer en lo mismo una y otra vez, como un círculo vicioso. Cuando vio que había quitado el resto de sangre o suciedad, botó el algodón, acomodó sus mangas y bajó a acompañar a su familia. Los saludó con cariño, y a Saki plantándole un beso cariñoso en la cabeza. En esos momentos se daba cuenta que no todo en su vida era un desorden, ni tampoco era tan malo.

— Esperen aquí, enseguida traigo la comida.-Mencionó la madre de aquellos rubios, con una dulce sonrisa en labios.

Los tres presentes sólo asintieron, correspondiéndole la sonrisa. Como la mujer no demoró en realidad mucho en traer un plato para cada uno, empezaron una agradable conversación, la cual consistía en contar el día de cada uno, del como estaban, etc. Eran de esos pocos espacios que la familia podía disfrutar un tiempo juntos, por lo que era realmente sagrado para ellos, y para ser sinceros, ninguno se sentía obligado a estar ahí.

« 𝗣𝗹𝗲𝗮𝘀𝗲, 𝗱𝗼 𝗶𝘁 𝗳𝗼𝗿 𝗹𝗼𝘃𝗲 » (Ruikasa) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora