Tsukasa Tenma era un joven el cual nunca había tenido inconvenientes en sus relaciones, ni siquiera con la de su novio, Rui Kamishiro, siendo este su primer noviazgo. Al menos así fue, hasta que su pareja tuvo una peculiar charla con unos de sus ami...
hhyyes el Kailen va por ti, si no te gusta te pego, tqm 💕 (por si acaso, no es pedofilia. Aquí diremos que Kaito tiene 16, y ya es claro que Len tiene 14, gracias)
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Notaron que de a poco aquellos peluchitos habían empezado a detener su llanto, y dejaban de verse tan melancólicos. Aún si no recuperaban aquellos estrambóticos colores, sentían que habían hecho un tipo de avance, aunque ahora se veían aburridos más que nada.
— Hey, has estado disperso, ¿qué pasa, Len-kun?-Preguntó Kaito intrigado por el comportamiento del menor, que realmente no era usual en él.
Ambos tenían esos animalitos entre brazos, dándoles mimos aún si no reaccionaban a ellos realmente.
El rubio levantó la mirada curioso, pero no tenía realmente una expresión que diera a entender que algo podría estar pasando por su mente.
— Me preguntaba... ¿qué es lo que está pasando allí afuera? Digo, con respecto a la relación de Rui-kun y Tsukasa-kun...
—Debe estar yéndoles bien. Se que el SEKAI se ha visto algo perturbado por el sentir de ellos, pero mira, los animalitos empiezan a recobrar vida nuevamente. Yo se que ellos escucharon nuestros consejos y lograran solucionar las cosas, no te preocupes por ello. Su relación no se acabará.
Se miraron por un momento, y se fueron dando una linda sonrisa.
— Eres muy bueno para sacarme siempre sonrisas, ¿no, Kaito-san?
— Tu sabes que me gusta verte sonreír, y me gusta ver brillar tus ojos cuando lo haces.
— Es algo que hago a menudo, no veo que es lo que lo hace tan especial para ti.-Mencionó el rubio, tan solo para sacar el lado bonito de Kaito.
— Bien sabes que sin importar cuantas veces te vea sonreír, se me hará el más lindo espectáculo.-En su tono de voz no se notaba ni una pizca de duda, lo que hizo que el corazón del oji-verde se acelerara considerablemente, y por consecuencia sonriera más ampliamente.
— Permíteme darte los mejores espectáculos entonces.
Ambos fueron dejando caer los animalitos que tenían entre brazos, mientras que ellas miraban con algo de interés la situación. Vieron como ambos chicos se fueron acercando, se tomaron de las manos, mientras temblaban algo, mirando de vez en cuando al suelo, a veces entre ellos. El peli-azul con una de sus manos libres acarició el rostro del más bajo, para luego juntar sus labios en un fugaz beso. Al separarse, Len empezó a dar unas cuantas risitas, y Kaito lo veía enternecido.
