Tsukasa Tenma era un joven el cual nunca había tenido inconvenientes en sus relaciones, ni siquiera con la de su novio, Rui Kamishiro, siendo este su primer noviazgo. Al menos así fue, hasta que su pareja tuvo una peculiar charla con unos de sus ami...
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Tsukasa había quedado en el lado de una mesita que encima tenía un reloj, el cual no había dejado de ver desde que se había recostado en aquella cama. Era ya la 1 a.m, y a pesar de sentir sus ojos agotados no era capaz de dormir todavía, además que no quería voltearse porque sabía que vería al peli-morado a su lado y sentiría la necesidad de llorar nuevamente. Se aguantaba su incomodidad para dejar descansar sus ojos y no seguir llorando por algo que después le resultará estúpido.
Aún recordaba la conversación que tuvo con Nene el día en el que la conoció, tan confiado estaba que era seguro de sí mismo, pero no sabía que el amor lo debilitaría tanto. Solo un idiota diría que el amor no dolía; se sentía así ahora en realidad, como un idiota ignorante que creía que todo sería igual de perfecto que siempre.
— Tsukasa, deja de fingir que estas dormido.- Fue un susurro, pero en medio de aquel silencio fue totalmente perceptible a los oídos del rubio.
¿Ah?
No dio respuesta, pero su corazón se había acelerado considerablemente, por miedo tal vez, el hecho de haber sido descubierto, como a un niño pequeño al ser descubierto en una travesura. No respondió, pero al haber dejado de respirar un momento al escuchar la voz de Rui, se entendió completamente que era la verdad. Se suponía que quería evitar hablar con él después de aquella discusión, y el hecho de que de la nada le hable no lo hace muy reconfortante.
— Se que tuvimos una discusión antes, pero... ¿aún quiere hablar?
Tsukasa tragó en seco, y sonoramente. Sabía que hablar era necesario en aquella situación tan incomoda e incomprensible, pero no quería que las ganas de llorar se volvieran a acumular y lo pusieran frágil nuevamente. Él se tenía confianza, y en cada lugar y con cada persona lo demostraba, pero seguía flaqueándose cuando se trataba de su novio, y no lo soportaba, porque toda esa confianza y seguridad le eran arrebatadas en un instante; era como si su capa protectora para que su persona no fuera dañada, le fuera retirada y dejara ver a un ser pequeño y quebradizo que odiaba enseñar, y odiaba admitir que existía (muy en su interior).
— Tal vez...-Respondió con un hilo de voz, no supo cómo salió aquel tono que lo hizo sentir tan vulnerable.
Sintió la cama moverse, y noto de inmediato que Rui había cambiado de posición, viéndolo a él y más cerca que antes. Claro que el rubio no planeaba para nada voltearse a mirarlo, porque aún se sentía algo herido; aunque a pesar de eso, el peli-morado no dio importancia alguna y se acercó a su novio con confianza como si nada hubiera pasado, rodeándolo como podía con sus brazos, aprisionándolo, no de manera violenta.
