Diferente - Eddie Munson

Capítulo 49: ¿Eddie?

— Mike, dame tu chaqueta —le dije cuando llegamos a casa

— ¿Por qué?

— ¿Qué no ves? —dije apuntando la camiseta del club

Mike con quejas se sacó la chaqueta y me la paso. Entramos a casa y por supuesto mi madre no noto nada extraño.

Llegue a mi habitación y me desplome en la cama, me sentía triste, no quería que Eddie se enojara conmigo, hago todo lo posible para no estar cerca de Billy, la verdad ni siquiera quería que Eddie conociera a Billy porque sé que acabaría mal.

Me prepare para dormir ya que no baje a cenar porque no tenía apetito, solo quería pasar este día.

No sé qué hora era exactamente pero sabía que era de madrugada, escuché unos ruidos en mi ventana. Me pare de la cama algo adormilada y corrí la cortina.

Me sorprendió ver a Eddie al otro lado de la ventana. Eso me despertó enseguida.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté cuando abrí la ventana

— ¿Puedo pasar?

Asentí y lo dejé entrar.

— ¿Puedo abrazarte? —pregunto cuando estuvo adentro

Su rostro se notaba triste y desanimado.

— Eddie... —susurre mientras lo abrazaba por la cintura

— Lo siento tanto —me decía mientras me abrazaba fuerte— No podía dormir dejando las cosas así

Eddie seguía abrazándome con fuerza mientras pegaba su mejilla con la mía dándome besos de vez en cuando.

— Perdón por irme así, estaba muy molesto y no quería gritarte

— Esta bien —dije mirándolo— No pasa nada, ¿sí?

— No, sí pasa —contestó— Te trate mal, en serio lo siento

Acerque mi rostro al suyo y frote nuestras narices.

— Te perdono, Eddie —le susurre— Olvidemos lo que pasó, ¿bueno?

Eddie me sonrió.

— Bueno

Le di un beso corto en los labios y él me abrazo levantándome del suelo.

— Veo que aun tienes puesta la camiseta —me dijo cuándo me bajo

— Y tú traes puesta la mía —dije sonriendo

Eddie soltó una risa.

— Ya me tengo que ir... —dijo en tono triste

Yo lo abrace por el cuello y escondí mi rostro en el.

— Quédate —susurre en su cuello

— ¿Segura?

Asentí

— ¿Vas a dormir con la camiseta del club?

— Sí, ¿te molesta?

— No para nada —contestó rápido

Eddie me abrazo fuerte por la cintura y comenzó a acariciar mi espalda mientras me daba pequeños besos en el cuello.

— Será mejor que no —me dijo luego de un rato

— ¿Por qué? —pregunté triste

— Nos pueden descubrir

— Pero cierro con seguro

Eddie sonrió.

— No quiero arriesgarme —soltó

— ¿Aún sigues molesto? —pregunté triste