Diferente - Eddie Munson

Capítulo 52: La charla

La pijamada fue todo un éxito, hicimos miles de cosas como maquillarnos, pintarnos las uñas, usar mascarillas, jugamos un poco a algunos juegos de mesa y por supuesto sacamos muchas fotos. Hicimos varias cosas y me divertí muchísimo.

Al otro día las chicas se quedaron a almorzar y luego se fueron.

Volví a mi habitación y la ordene un poco, luego me puse a pintar. Mientras pintaba se escucharon ruidos en la ventana. Me emocione ya que sabía lo que significaba.

Casi corriendo me acerque a la ventana y corrí la cortina. En efecto era Eddie el que estaba al otro lado.

— Hola —me dijo cuando abrí la ventana

— Hola —conteste mientras él entraba a mi cuarto

— ¿Cómo estás, linda? —me pregunto

— Bien...

Sentía un ambiente incómodo, tal vez Eddie ya recordó lo que me dijo la vez pasada.

— Steve habló conmigo —me dijo

— ¿Qué te dijo? —pregunté mientras me sentaba en la cama y Eddie me siguió

— Me habló sobre Billy y de cómo era su actitud —dijo algo serio— Sin embargo no me parece correcto soportar todo lo que hace

— Por favor, Eddie, no quiero que te metas con él —le dije

— ¿Acaso no confías es mi fuerza? —dijo soltando una risa

Me relaje cuando Eddie se rio ya que aún sentía el ambiente algo extraño.

— No es eso —dije riendo— Solo no quiero que te lastime

— Estoy bien, princesa —me dijo sonriendo— Pero aun así no prometo nada

— Eddie...

— Sam, no voy a permitir que te trate así, aún más sabiendo que te incómoda

— Esta bien, solo... evitémoslo

— Bueno —dijo sonriendo entrelazando mi mano con la suya

Me di cuenta de que Eddie no recordaba nada de lo que me dijo, porque su actitud sería diferente. Aun así quería conversarlo.

— Eddie... ¿recuerdas cuando te fui a buscar al bosque?

— Sí, algo —dijo pensativo

— ¿Recuerdas lo que me dijiste?

— No, exactamente... —dijo nervioso— Sé que me viste algo...

— ¿Drogado?

— Sí... —soltó una risa— Por favor dime que no te dije ninguna estupidez

— No... De hecho me decías cosas lindas —le dije

Vi como Eddie soltó un suspiro de alivio.

— Pero...

Eddie otra vez se puso tenso.

— Tú me dijiste que si me hacías sentir incómoda te lo dijera...

— No puede ser, ¿qué te dije? —dijo preocupado

— Bueno... dijiste que querías hacerme tuya... —dije con nerviosismo

Eddie me miró algo sorprendido, de hecho sus mejillas empezaban a ponerse rojas.

— Sam... yo no...

— Esta bien —solté una risa nerviosa— De hecho me dijiste que ibas a respetar mi tiempo

Eddie aún seguía nervioso y no sabía que decir.

— También me dijiste que sabias como controlarte... que podías arreglarlo tú solo...