Las emociones y los traumas llevan escondidos dentro de Sam por muchos años, pero antes de que pudiera colapsar alguien llega a su rescate y por fin ve una oportunidad para sanar.
ACLARACIÓN
Este es un fanfic de Eddie Munson, personaje de Stranger T...
Me encontraba en la sala sentada en el sillón con un vaso de agua en las manos, mientras que Nancy estaba a mi lado sobando mi espalda como consuelo.
Mis padres hablaban con el policía, obviamente tuve que decirles toda la verdad, sin embargo no dije nada con respecto a Billy y mi madre.
— No lo entiendo, Nancy —le dije cabizbaja— ¿Por qué Eddie me haría algo así?
La mire con lágrimas en mis mejillas.
— No lo sé, Sammy... —respondió— Estoy igual de sorprendida que tú
— Bien, gracias oficial —dijo mamá
Mis padres despacharon al policía y cuando se acercaron a mi inhale hondo preparándome para sus regaños.
— Sam...
— Te lo dijimos —interrumpió papá— Te dijimos que ese chico no era bueno, por su culpa casi abusan de ti otra vez
— Ya está bueno, Ted —dijo mamá mientras se agachaba frente a mí— Ese muchacho no era para ti, hija
No respondí, ni siquiera la mire.
— Se lo dijimos y no quiso entender, se dejó llevar por unas cuantas palabras bonitas —dijo papá
— Basta, Ted —le dijo mamá— Sam ya aprendió la lección, ¿no es cierto, hija?
Me quedé en silencio y solo asentí lentamente.
— Ya no se volverá a ver con ese tipo
— Basta, mamá —dijo Nancy— Sam tiene que descansar, iré a llevarla a su cuarto
Nancy tomo el vaso de mis manos y se lo dio a mamá, luego me llevó a mi habitación.
— ¿Quieres que durmamos juntas? —me preguntó cuando llegamos
— No... —respondí luego de un rato— Quiero estar sola, además no falta mucho para entrar a la escuela
— ¿Estás loca?, ¿cómo iras en ese estado?, quédate aquí
— No quiero estar aquí —la miré— Dormiré un poco... gracias
Nancy me dio un último abrazo y se fue. A penas salió de la habitación me tiré a la cama y me eche a llorar. Simplemente no entiendo que es lo que estaba pasando, todo cambió inesperadamente.
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Ni siquiera pude dormir, solo lloré hasta que era hora de irme.
Me di un baño y luego me puse mi uniforme de porrista, me acerque a mi escritorio para ordenar mis cosas y meter en la mochila lo que necesitaba. Al abrir mi mochila me encontré con algo que me dio un poco de felicidad, la suficiente como para empezar el día. Era el libro de Alicia en el país de las maravillas, el que me regalo Steve, no recordaba que siempre lo llevaba conmigo. Lo saqué y lo abrace mientras algunas lágrimas salían, ahora mismo este libro era lo más valioso para mí. Volví a meterlo en la mochila y salí de mi cuarto.
