Capítulo 66: Las trenzas de Eddie

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— Eddie, guarda la leche en el refrigerador —le ordene mientras sacaba las cosas de la bolsa

Eddie obediente guardo la leche.

— ¿Seguro que quieres comer mañana? —le pregunté

— Sí —respondió— En el desayuno, quiero que sea especial

— Está bien —dije riendo

Guardamos los demás ingredientes y luego preparé unos waffles para comer ahora antes de dormir.

— Aún no me creo que podamos estar juntos sin escondernos —dijo Eddie mientras sacaba dos platos de los muebles de cocina de arriba

— Yo tampoco —dije sacando los cubiertos mientras esperaba los waffles— Pero me pone triste que mis padres no lo acepten

— No te preocupes, amor —me dijo abrazándome por detrás— Yo me encargo de eso

Gire mi cabeza para verlo con una mirada de confusión.

— ¿Qué harás?

— Voy a demostrarles que soy el mejor yerno del mundo —me dijo sonriendo

Yo solté una risa.

— ¿Y cómo vas a hacer eso?

— Bueno, podría ponerme traje y corbata, llevarle unas flores a tu madre y estrechar la mano de tu padre... te amo muchísimo, cariño, pero cortarme el cabello creo que sería una exageración

Solté una carcajada mientras me volteaba para verlo de frente.

— No es necesario que hagas todo eso —le dije cruzando mis brazos por su cuello— Ellos te debe aceptar como eres, no tienes que aparentar nada

Eddie me sonrió.

— Pero les quiero agradar —hizo puchero— ¿Qué problema tengo?...

— Ellos son el problema, no tú, corazón —le dije y le di un beso

En eso salieron los waffles del tostador.

Después de comer y de lavar los platos fuimos a la habitación de Eddie.

— ¿Qué quieres hacer ahora? —le pregunté mientras me sentaba en su cama

— Ohm... tengo algo en mente pero aún no está disponible

— ¿De qué hablas?

— Nada, olvídalo —sonrió mientras se sentaba a mí lado

Lo mire confundida pero no insistí en la respuesta.

— Sígueme enseñando a tocar guitarra —le dije

— Bueno, pero esta vez sin apuestas —dijo mientras se ponía de pie e iba a buscar su guitarra

— Que aburrido —dije cruzando los brazos

— Bueno, si quieres con apuestas —dijo mientras tomaba la guitarra y la conectaba al amplificador— Entonces yo también las haré

— Hecho

Eddie me hizo un repaso de lo que me enseñó la vez pasada, luego de practicar un poco y de volver a acostumbrarme a las posiciones de mis dedos, comenzamos con las apuestas.

— Si tocas esto bien —tocó una pequeña parte de una canción— Me aprenderé la letra de cualquier canción que quieras

— Que malo, se ve difícil —me queje

— La apuesta es grande —dijo alzando los hombros

— ¿Y si lo hago mal?

— Tendrás que darme tres besos, en donde tú quieras

Diferente - Eddie MunsonWhere stories live. Discover now