Capitulo Ⅹ

19 1 0
                                    

Alessandra Joseph.
Humberto me había invitado a pasar navidad con su familia, quedaba cercas donde yo estaba, asi que no le importo pasar por mí, era sumamente extraño estar en una familia no disfuncional.

Demore en irme, servía que hacía tiempo para no llegar justo cuando ellos estuviesen en la mesa, asi que regrese en skate con toda la paciencia del mundo como siempre solía hacerlo. Al llegar todos estaban en el móvil, los niños corriendo por donde quiera haciendo bastante ruido, asi que solo tome mi parte de mi cena y me subí a mi habitación, parecía tan normal estar asi, en un ambiente que lo único que sobraba era aquella falta de comunicación, de armonía y de paz.

Pronto se escuchó que se fueron, lo creí tan bello para ser verdad, pero dejaron todo tirado, la casa de mi madre siendo un total desorden lleno de basura, juguetes, podía sentir un coraje en la garganta, asi que esperé a que mama se levantara de la mesa para yo empezar a recoger todo.

Le rogaba a dios que todos los dias me diera una pisca de paciencia para seguir con esto. Pero era en vano, esa pisca de paciencia se esfumaba tan pronto como la tenía. Empezaba a creer era una buena opción vivir debajo de un puente, con mi carrera,

-Quiero vivir debajo de un puente. -Escribí a Humberto, con suma frustración.

-Yo pido el más cercano. -Respondió al instante.

Quizás necesitaba un compañero de puente para poder vivir de mis escritos y seguir con mi vida.

Mientras que sigo los caminos borrosos ir mis cuales me ha empujado la vida. He caminado por los senderos de muerte que huelen a sufrimiento y a mentiras. Abandonando por el camino una pisca de vida, atrapada en callejones sin salida, he sentido mi alma salir del cuerpo, he visto la tristeza como ella me mira.

No tengo idea cual es mi destino o lo que el futuro guarde para mí. Solo se que mi corazon es de tierra pues en el ya e cosechado.

Tengo tantas ganas de morir, como tambien las tengas de vivir.

-Tu turno Roci.-Sonrío.

Dios. ¿Me acaba de llamar asi? Pero que carajo. -Mierda.

-¿Roci?.-Volvió a hablar.

-¿Que digo?.- La mire con frustración, no podía hacerlo, con la chica que había estado imitándome, estaba intentando perderse en el móvil para no sentir tantas miradas.

-Solo di lo que quieras que digan. -Sonrío mientras se recostaba en su brazo de su amiga. -¿Qué quieres que digan los demás?.

-¿Libros?.-Humberto rio, mientras se acomodó en el pupitre para disfrutar el show.

-¿Comida, talvez ? Nose. -Murmure.

-Otra cosa. – Sonrío a todos.

-Autores. -Humberto volvió a reírse, junto con los demás esperando una respuesta.

-Vocalistas. -Chille, me estreso el hecho de que me halla llamado asi, casi nadie mencionaba ese nombre. Ese nombre solo lo decía papa. Todos empezaron a mencionar un vocalista, no entendí si quiera los nombres, era tan extraño conocer música afuera de la mía, quizás yo era la que estaba muy perdida de la música de nuestra generación que no ubique ninguno.

Pusieron música, ella empezó a cantar, dios.

Humberto y todos sus amigos se salieron. Imite a hacer lo mismo, estaba tan perturbada, a cada rato me quejaba por haber ido. Sali a tomar el sol, aun teniendo ropa oscura, Ángeles, la chica con la que iba no paraba de hablar de chicos, de salir, de tomar, aquel giro inesperado que tuve con una amistad totalmente diferente a mí. Me limite a escuchar menos y le llame al chico de chinos para cortar su conversación.

-Humberto. -El chico iba pasando intentando ponerse los audífonos lo más rápido para no escuchar las idioteces de sus amigos obsesionados con las motos.

-Dime. -Se me acercó lo mínimo dejando los audífonos.

-¿Quieres?.-Tendí mi mano con un plato lleno de comida. Él se asomó y sonrío.

-No. -Rio. -Ni yo lo comí. -Dios que asqueroso comer esto en pleno almuerzo.

-Dios. -Bufé, odiaba cargar con algo que me daba nauseas. -Ángeles debo irme a casa. Sí quiera,  se limitó a escucharme, estaba tan ocupada en ellos que no noto mi ausencia, me subí al primer auto que me dio parada y fui a casa. No había nadie asi que tomé un libro y me perdí en él. 

-Nacho! -Exclamo la niña segundos antes de salir al patio.

-Ahora ¿Qué hizo? -Fingí demencia, perfectamente sabía lo que había hecho. Señalo con su dedito la lagartija, busco una rama de algún árbol y la movió para informarse si seguía viva.

-No respira. -Me miro con preocupación.

-No dejo ni las patitas. -Seguí burlándome.

-¿De verdad?.-Se preocupo más al grado de inclinarse a mirarla más de cercas. Con el pie la moví y la niña salto. - Ale! -Me grito, aún permanecía riéndome. -¿Y si la estan buscando la familia de la iguana?.-Pauso mirándome.-¿Las iguanas no tienen papa?.-Se quedo parada mirando la lagartija, me dio curiosidad su expresión, se miraba preocupada por su muerte, pero verdaderamente la lagartija alias iguana seguía con vida.

-Nosotras tampoco. -Me carcajee, después de minutos. - Y no es una iguana. -Corregí.

-Sin chillar. -Sus ojos se llenaron de lágrimas y se me arrimo lo suficiente para abrazarme. La separe de mí, podía sentir su peso en mí, algo de quererla abrazar, pero a la vez alejarla de mi sin ninguna sensibilidad.

-Chillona. -Me burle, sabiendo que de las dos era yo las chillona.

-Le diré a mama. -Se quejo al haberla evadido con las manos para que dejara de abrazarme.

-Li diri i mimi.-La arremede. Mayor parte del tiempo me seguía como un chicle, era tan irritante para mí que en ocasiones la molestaba solo para que no estuviera tanto conmigo. Ella no lo miraba asi.

Habría que ir del otro lado de la ciudad en el vagón.

A veces deseaba quedarme encerrada toda la vida en casa, como rapuncel o alguna princesa que nunca romantizo el vivir en soledad y ser feliz. Voltee a ver a la niña que se quedó recargada en mi antebrazo, sus ojos de la niña brillaban, mi mama en el móvil se miraba más interesante que mirarnos, recargue mi cabeza en la ventana, toda la gente en su mundo, yo igual pero aun asi estaba consiente de mi vida y de la niña que me miraba para después imitarme.

- ¿Podemos ir a comer un helado?.-La niña abrazo su brazo de mama y su carita la más tierna y chantajista recargada en su pecho.

-Tu hermana esta con tu tío, solos debemos volver pronto.

Siempre fue asi, vivir en tiempo rápido y nunca detenerse a respirar aire. -Su mirada callo abajo, se recargo en la ventana e iba señalándome con su dedito pequeño cualquier cosa que se encontrara, yo asentía con la cabeza, realmente estaba deseando que esa niña nunca se apagara por alguno de nosotros. Esa niña merecía todo en el mundo menos lo nefasto, lo menos que a veces la familia llega a dar para "hacerte fuerte".

Bajamos del vagón, mama seguía en el móvil, tome la mano de la niña y caminamos hacia la salida.

-Pronto vendremos no solo por un helado sino por muchas cosas ¿Si? -La niña asintió con la cabeza y siguió saltando emocionada.

-¿Te gusta estar asi?.-Subió la cabeza deseosa de una respuesta.

-¿De qué manera?

-Asi, corriendo.

-No, pero mama dice que es bueno. -Le sonreí.

-Aunque honestamente quisiera quedarme como Nacho durmiendo en donde quiera y solo maullar cuando tiene hambre para después volver a dormir. 

STAY ALIVE.Where stories live. Discover now