Capitulo ⅩⅩⅠ

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Alessandra Joseph.

Tenemos la tendencia de dejar que la oscuridad nos consuma , que todo se encienda en llamas y no hacer nada al respecto. Talvez solían haber más como nosotros, solo que algunos ya no están aquí, al menos en carne y hueso. Aun tenemos tiempo para cambiar las cosas para marcar una diferencia en nuestras vidas. Nos aferramos a lo que nos hace daño y soltamos lo que realmente nos hace bien. Muchos quisiéramos desaparecer en ocasiones, pero pasamos tanto tiempo pensando en como hacerlo, que nos olvidamos de lo que debemos arreglar o mejorar. Es como si estuviéramos rotos, a veces no logramos encontrar todas las piezas del rompecabezas y pensamos en que no hay solución. 

La mayoría de la gente no está preparada para la muerte, ni la suya ni la de nadie. La¿es sobresalta, les aterra. Es como una gran sorpresa. ¡Demonios! no debería de serlo. Yo llevo a la muerte en el bolsillo izquierdo.-Eso explica por que cada que Humberto metia las manos en mi bolsillo se quejaba por que no había nada en ese lugar.-A veces las saco y hablo con ella; ¡Que tal?, ¿Cuando vienes por mi? Estaré preparada.

Pasamos por cosas en la vida que nos hacen cuestionar nuestra propia existencia. Hay que ser muy cuidadosos con los juegos en los que nuestra mente nos vuelve protagonistas, muchos se dejan controlar, por eso y solo por eso van de mal en peor. 

Solo tu mismo es capaz de reconocerte, de ser tu mismo sin estereotipos o prejuicios de la gente. Por que esta bien huir del mundo, por que solo tu mismo sabes cuantas batallas has ganado y cuantas has terminado vendado en la cama de un hospital. 

El simple hecho de estar a nada de la muerte suele ser cautivador en algunos ciertos puntos.

Pasé semanas enteras sin despertar, mama dormia a mi lado con la esperanza de volver a tener, solía escucharla desde lo lejos, sus llantos agrios que solía tener por las noches, esas veces que me acariciaba el cabello para recogerlo y hacerme ver bonita para cuando despertara. 

Mis esperanzas de levantarme y pedirle perdon por hacer todo esto me eran imposibles, no sabia por que habia pasado tanto en cuestion de minutos. El doctor solo sacaba a mama de la habitación para decirle unas cuantas novedades de mi pero aun asi seguia todo igual, mi corazón cada vez mas lento, mi cuerpo se estaba volviendo una parte del inmobiliario.

-Alita por favor despierta.-Pude escuchar claro la voz de mamá cuando quería que me levantara por las mañanas para irme al kinder.-Por favor mami.-Sus gotas de pleno llanto semi amargo cayeron en mis mejillas. 

-Mapa.-Mis ojos se abrieron lentamente y ella solo me abrazo llenándome de unos tantos besos que nunca me habria terminado de dar en esta vida. -¿Me morí y me reviviste con un golpe en la mejilla?.-Sonreí intentando ignorar las vendas en mis muñecas.

-No lo vuelvas a hacer.-Chillo.-No es divertido.

-¿Mis chistes?.-Sonreí acariciándole su mano.-Esta bien.-Sonreí.-¿Cuanto tiempo paso?.

-Casi dos semanas.- Se alejo de mi y reviso la tabla de medicamentos que me estaba suministrando.- Una señora estuvo aquí.- Me acomode en la cama para comenzar a escribir en la lap que había dejado mama a mi lado.-Dice que lleva meses siendo tu teraputa.

-Ah.-Ella se acerco a mi y yo intente no verla.-Se que no te gusta.

-¿Por que no me dijiste que ibas?.-Pauso.-Yo hubiera ido contigo.-Sus ojos claros llenos de tristeza me observaron un rato.-Ale, se que no estas bien.-Pauso.- Se que falta papa en esto pero te lo e dicho, podemos salir juntas.

-Mama.-Mi voz se iba quebrando.-Ya paso.-Sonreí con los ojos cristalizados.

-Se que no.-Limpio mis lágrimas con su mano.-No puedes vivir todo el tiempo intentando arrebatarte la vida asi como asi.-Pauso.-Solo por papa o por todo lo que pase en tu vida.

-Perdon.-Mis lagrimas empezaron a brotar cada vez mas.-No es siquiera tu culpa.-Ella solo me abrazo e intento calmarme. Me sentía una completa niña de hielo que estaba apunto de romperse, pero era imposible lidiar con algo asi. Mama nunca tuvo la culpa de que su hija menor viera la muerte como una solución a todo sin querer llamar la atención, sino como la salida de todo ese laberinto que se dificultaba más al llegar ala meta. 

-Perdoname.-Sollozo en mi hombro.-Quizas debi estar mas al pendiente de ti.-Me abrazo tan fuerte.-Quiero que mi hija tenga todo pero siquiera pude darle algo importante.-Me limite a tocarle su cabello e intentar calmarla. 

-No intente quitarme la vida.-Murmuré.-Solo no recuerdo que fue lo que paso.

-Llegaste a casa bañada de sangre..-Murmuró entre sollozos.

-¿Y bien?.-No esperaba buenas noticias después de todo. 

-Te hicieron tantos estudios.-Pauso.-Volvió.- Sabia de que hablaba pero nunca imagine que volvería tan pronto. 

-Esta bien.-Sonreí a medias y me quede con la mirada perdida fuera de la ventana y ese atardecer rosado. 

-¿Ale?.-Mama se sento a mi lado y me abrazo.-¿En qué piensas ahora?

-No lo se.-Mustie aun teniendo el nude en la garganta.-Solo..-Pause.

-Tu eres valiente.-Beso mi frente.-Podemos salir de nuevo de esto.

-No te preocupes.-Murmure.

-Puedes morir.-Se levanto de golpe.-No quiero que mueras.-Sus ojos cansados empezaron a dejar caer sus lagrimas denuevo.- ¿Por que no te preocupas en lo mínimo cuando te digo que vas a morir?.-Se tiro en el sillón que estaba enfrente de mi.-Eres una egoísta.-Cubrió su cara con sus manos y continuó llorando desconsoladamente. No pude decir nada, de verdad estaba siendo egoísta conmigo misma y con ella, ese no era el punto de mi vida. 

Pasaron minutos y llamaron ala puerta. Axl abrió la puerta trayendo consigo un ramo de girasoles justo como los que estaban alado de mi cama.-¿Despertó mi bella durmiente?.-Mama se levanto para saludarlo y despues salir. 

-¿Que pasa?.-Dejo el ramo de girasoles en mi costado.-¿No debería estar feliz por que despertaste?.-Pauso.- Falto el beso de amor de verdad.-Sonrío y me beso la frente.-Y asi despiertas.

-Axl.-Tome su muñeca, sus ojos brillaron al cruzarse con los míos.

-Gótica, no es momento de ser tristes, por fin despertaste.

-¿Qué fue lo que pasó?

-Te aventaron de la skate en la noche.-Pauso.-Llegaste a casa llena de sangre y mama te encontró inconsciente en la bañera.-Se relamio sus labios.-Ella creyó que tu..-Dejo en el aire sus palabras.

-¿Creyó que me había suicidado?.-Solté su muñeca.

-¿En que estabas pensando despues de verte tirada en la bañera con agua de color sangre?.-Sus ojos dejaron de brillar.-¿Porque querías morir?

-No quería morir.-Baje la mirada.-Solo, no se que paso.

-Tu nunca has tenido un accidente asi en la skate.

-Nunca es tarde para la primera vez.-Sonreí para intentar quitarle el mal genio, pero fracase.

-Deja de decir tontearías.-Se quedo parado enfrente de mi, sus nudillos estaban rojos con vendas llenas de sangre.- No te quiero perder.-Murmuro.

-No lo harás.

-Se que lo hare, tu no has entendido que te quiero viva.

-¿Y eso me hace una egoísta cierto?.-

-No despertaste pronto.-Sus ojos se quedaron mirando mis muñecas.-Esas cicatrices son recientes.-Sus labios temblaban.-¿Por que no me lo dijiste?

-No lo vi relevante.

-Todo de ti es relevante para mi.

-No lo es.-Murmure.-Y acostumbrate a eso.-Regrese mi mirada ala ventana. 

-¿Por que lo dices?.-Se acerco a mi.-Rocio te estoy hablando.-Toco mi pierna.-Hablame.-Mis lagrimas empezaron a brotar y el solo se quedo en silencio mirándome.-Entiendo.-Pauso con un nudo en la garganta.-Esperare afuera.







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