Capitulo ⅩⅧ

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Alessandra Joseph. 

Me asfixio dentro de mi.

-No quiero ir.-Replique al levantarme de la cama, caminando con los ojos cerrados. -Me quiero morir.

-¿Casi siempre no?.-Era verdad, me estaba agitando de mi misma, sentía que me quedaba sin aire, sin vida cada vez mas. -¿Ale?.-

-Estoy bien.-Me levante de la banca y me fui al sanitario, no quería sentirme asi, ya no quería. Constantemente me sentía del asco, un bicho raro que nunca perteneció en ningún lado, a pesar de hacer cosas diferentes cada día seguía sintiéndome asi.

Se acercaban las vacaciones y sentía el miedo constante de quedarme sola, de permanecer denuevo en la cama toda la tarde, mientras en la noche ahogaba mis pensamientos con ese vino agrio y helado que reservaba para poder concentrarme en escribir.

-¿Y si vas a la iglesia?.-Sugirió mientras leía cartas católicas. La iglesia justo es un hospital para los rotos, No es museo para buena gente como tal. 

Pasaban uno tras otra, tras otra solución, era exactamente como jugar a adivinar alguna manera mantener con vida a alguien y no solo en sobrevivir. -¿Ale?.-Volvió a preguntar.

-Estoy aqui.-Realmente no lo estaba, no estaba presente en nada, solo bastaba una palabra para extenderme y hacerme sentir que nunca podré estar bien, que nunca podría estar como antes, en que hubiera sido lindo nunca conocer los filos fuera de aquellos tornillos de un sacapuntas, de una afeitadora, de aquellos cuchillos de la cocina que al lavarlos mi mente se quedaba en blanco, en tener ese deseo de sentir.

Aunque sea dolor.

-¿Está pasando algo que no sepa?.-Su pregunta tan irreal. Verdaderamente estaba pasando todo, estaba sintiéndome rota cada vez mas, esas ganas constantes de llegar a casa y dormir para evitar todo, hambre, sentimientos suprimidos, pensamientos autodestructivos, dolor.

-No.-Sonreí. Eres una mentirosa, te odio.

-Leí que estabas buscando trabajo.-Minutos después volvió a hablar.-¿Por que no buscas trabajo como practicante?

Por que queda del otro lado de la ciudad.-No lo sé, me gustaría tener algo cercas de la universidad.

-¿Mama ya lo sabe?

-Quiero ayudarla.- Quiero hacer tantas cosas por ella que terminó llorando por ser tan insuficiente hasta con mi propia madre. Un sentimiento que empezaba a odiar constantemente era el no poder sentirme útil, el siquiera poder sentir que estaba ayudando, que simplemente estaba no haciendo nada cuando todo en casa iba mal. Cuando todos volvieron a depender de mama y ella... Ella enfermándose constantemente por solucionarles realmente todo.

-Debes hacerlo con tranquilidad, las cosas no salen bien si las saboteas constantemente.-  Me daba igual que algo en mi vida fallara, mis notas seguían intactamente perfectas pero no mi estabilidad, no mis ganas de vivir, aquel sentimiento de angustia y odio contra mi me asfixiaba.

Durante el camino a la universidad mi mente estaba en blanco, por que de verdad sentía que empezaba a morirme, poco a poco gracias a aquel egoísmo de querer ver a mis padres orgullosos de mi. A pesar de todo, sin excepciones, sin ver todas aquellas cicatrices que portaba en mi.

Sali del aula, trate de mojarme el cuello para que se desaparecieran aquellas nauseas por haber desayunado, baje por mentas y agua.

Una menta y agua.

Una pastilla y agua.

Un chicle y agua.

Algo con sabor y agua.

STAY ALIVE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora