Capitulo ⅩⅩⅡ

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Alessandra Joseph. 

Habían pasado pocos días después de haber salido del hospital, Axl estaria llendo a casa diario para levarme botellas de agua y  botes enteros de gomas de mascar y unas cuantas cosas mas para mi. Joss había desaparecido por completo de mi vida, no sabía siquiera de el. Noches me la pasaba observando su vida virtual, el como salia con esa chica, el como cada vez su chat iba bajando mas de mi bandeja de entrada. 

Una tarde de verano baje, toda la familia estaba reunida. Le hice señas a Maggie para salir y todos los niños corrieron por delante de nosotras, solo ella se rio y yo me quede sin ninguna reacción o gesto como siempre. 

Me senté en el columpio, aun trayendo una camiseta grande y estando descalza me valance.-Necesito un abrazo.-Se sentó en el otro columpio y me sonrío a medias.

-Yo quiero volver a ser una niña.-Mustie.-Ahora ya se que puedo hacer con tanto que ella vivió.-Mis lagrimas se congelaron en mis pupilas.-Pero es tarde.

-No me gusta que hallan tocado mi cuerpo.-Sus lagrimas sobre salieron de si misma.-Solo quiero que eso deje de pasar como una pelicula en mi mente una y otra vez.

-¿Puedo decirte algo?.-Mi voz empezaba a cortarse, ella asintió con la cabeza y yo solo le di el meñique pequeño.-Por la garrita.-Ella tomo mi meñique y comencé a hablar.- Hace meses volvieron a tocarme de esa manera.-Mis lagrimas se quedaron en mi provocando borrarse poco a poco la vista. - Realmente no se como pude permitirlo.-Cubrir con mis manos mi rostro y seguí llorando.- ¿Como puedes pensar que todo esta bien después de que te tocaron ala fuerza y tenias que volver a casa diciendo que solo te dolía la cabeza?.

-Lo pase.-Sus brazos me sujetaron.-Es un asco.

-Ver algo tan normal y despues..-Pause.-Y despues solo sentirte el objeto en el que un hombre de bastante edad quiera usar y desechar como si fuese basura..-Sollocé y me quede allí, sin mas que decirle y llorando simplemente.- Debo ir con Boris ¿Vienes?.

-A donde sea con tal de salir de aqui.-Ella me siguio el paso.-¿No piensas cambiarte?.

-En el auto tengo ropa.-Sonreí tratando de trepar la cerca de la casa con el patio.-¿Miedo?.-Sonreí saltando con éxito.

-No, solo.-Hizo una mueca.-Pudimos usar la puerta.-Carcajeo y despues salto hacia mi.

-La puerta nunca es una opción.-Entramos al auto, ella empezó a buscar música sobre la carpeta pero para su sorpresa era música que no le gustaba tanto.-¿Siquiera tienes una por lo menos en español?.-Bufo mientras cambiaba los discos.-Ale.-Se hundió en el sillon.

-Ya.-Saque de mi lado una carpeta mas donde estaba toda la música que solíamos escuchar ambas.-La estaba guardando para cuando nos fuéramos de esta estupida ciudad.-La mire mal.-Pero eres muy insistente.-Ella sonrió y me beso las mejillas.

-Te amo.-Sonrío al verme mi gesto de asco.-Ale.-Sonrío denuevo.-Te amo.-Carcajeo y despues me lamio la mejilla.-¿A quien le gusta el contacto físico?.-Sonrío.-Dios.-Carcajeo.

-Vuelves a lamerme la mejilla y pronto conocerás a dios.- 

-Aguafiestas.

-Mugrosa.-Logro quedarse quieta mientras se reproducían las canciones de Zoe.-No disocies mugrosa.-Sonreí.

-Soy Marguis.-Me fulmino con la mirada.-Al menos para mis amigos.

-Mar.-Sonrei y de reojo logre notar sus mejillas enrojecidas.

-Soy mar ahora.-Sonrío.

-Un mar bonito.-La voltee a mirar.- Pero relajate ya.

-De acuerdo.

-¿Por que es tan difícil lidiar con un Géminis en un auto?

-Por que me amas.-Intento acercarse a mi pero la esquive.

-Llegamos.-Mustie.-Puedes quedarte en el auto o quedarte sentada viendo como sacan a los locos de sus jaulas.-Me burle.

-Prefiero mi terapia.-Subió el volumen a todo lo que daba y se recostó en el sillon con unos lentes oscuros. 

-Volveré pronto.-Me aleje de allí. Boris ya me estaba esperando en la entrada, asi que fue facil.

-¿Como estas?.-Me tomo de la mano.-Escuché que habías salido hace unas semanas.

-Desgraciadamente.-Sonreí.- Pero volví a fracasar mi misión.-Hice un puchero. 

-Ya sera ala otra.-Sonrío.

-¿Por que me hiciste venir un lunes?.-Me senté en su sillón de aire y con la cabeza mirando el techo.

-Aun no te doy de alta.

-Yo ya me di de alta desde hace unas semanas.-Carcajee.

-Ahora tratara de tu niñez.

-Ay dios no.-M elevante de golpe.-Boris.-La mire.- Sabes que olvide todo de esa etapa.

-Déjame averiguarlo.-Se sentó a mi lado.-Mantén la mente en blanco y mira hacia arriba.-No pude evitar no reírme.

-Boris.-Continue carcajeandome.- Yo siempre tengo la mente en blanco. 

-Esta bien, entonces lo haremos rápido.-Sonrío.-Simplemente imagina la versión de ti, de aquella niña que viene corriendo hacia ti con los brazos cruzados y sintiéndote ¿Qué le dirías?.-Boris pregunto mientras estábamos en la cafetería, ella dibujando y yo tratando de pensar.

-Solo la abrazaría .-Le diría que no estaba sola por mas que lo note, que siquiera pensara en autolesionarse, en no castigar su estomago por aquellos problemas de la familia, en que nunca fue remplazada por nadie, en que a veces escribir es mejor para hablar de lo que siente, que una familia a veces tambien te quita las ganas de vivir. Que no necesita romper ninguno de sus sueño para pertenecer a algo.-Trague saliva y me relamí los labios.- Ella tampoco necesita palabras.-me quede callada, a veces las palabras son insuficientes, ella se quedo totalmente sola, sin ningún instructivo de que hacer en caso de que tu familia te hiciera ver que la muerte era una opción para ti, que talvez  hubieses sido tu y no el padre de la familia.

Dolía pensar que mi vida se iba a basar en observar hasta cuanto debía aguantar.

-¿Crees que a esa niña le falte algo ahora?.- La pregunta sonaba tan irreal, le faltaba todo, una parte de ella callo en aquel ataúd de su padre, aquella niña llena de vida, de colores ahora quedo gris, con el cuerpo lleno de cicatrices, de marcas en las cuales iban a durar toda la vida a pesar de que ya no se notaran.

-Una familia. -Mis ojos iban a romper en llanto.

-Pero la tenia.-Tomo mi mano.- La tienes ahora.

-Hasta que falto papa, incluso cuando el estaba.-Mis lagrimas habían llegado al limite, pero trate de mirar ala nada y forzarme a no llorar.

-Entiendo.

-No lo entiendes, a ti nunca te falto alguno de tus padres.-Sonreí a medias.-Mar esta en el auto, debo irme.-Sali de allí. Mi mente se había quedado con esa imagen de la niña que obligue a rasguñarse, a quedarse sin comer con tal de sanarla. 

Pero falle; Quería salvarla o protegerla cuando siempre fui yo el monstruo que la mantiene cautiva en una burbuja donde puede reventar y ambas moriríamos de miedo. 














STAY ALIVE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora