Capitulo 9

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Entonces oyó el ruido del agua... Jimin estaba en la ducha.

En silencio, entró en el baño y lo vio, reflejado en los múltiples espejos, tenía la cabeza echada hacia atrás, el pelo cayendo por su espalda, enjabonándose todo el cuerpo. Nunca había visto nada más erótico en toda su vida. Pero fue el gesto de placer en su rostro lo que lo más lo excitó.

-Deja que lo haga yo _ Jimin abrió los ojos, sorprendido.

-¿Que haces? _ exclamó.

Jeon estaba desnudo, el agua aplastando su pelo negro, los ojos brillantes con una promesa sensual.

-Lo mismo que tú Jimin _ contestó Jungkook, pasando el jabón sobre sus pechos _  Lavándote, ¿Te gusta?

-Sí _ suspiró Jimin, su cuerpo estaba ardiendo y no tenía nada que ver con el agua _ no pares _ Riendo, Jeon inclinó la cabeza para buscar sus labios.

-No pienso hacerlo _ contestó el pelinegro, soltando el jabón para tomarlo en brazos.

-Me voy a caer _ protestó Jimin.

Pero no se cayó porque Jeon lo sujetó por la cintura y, con un rápido movimiento, lo penetró. Con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás, Jimin disfrutó de aquella perversión casi más que antes.

Jeon gemía roncamente, apasionado, empujando una y otra vez y gritando su nombre cuando se corrió con vergonzosa rapidez. El rubio temblaba convulsivamente a su alrededor, exprimiéndolo hasta la última gota.

Luego lo dejó en el suelo. Jimin lo miraba, sus preciosos ojos azules dilatados de sorpresa.

-No debería haber hecho eso _ murmuró Jungkook.

-En la ducha _ dijo Jimin _ No sabía que se pudiera hacer.

-Aparentemente, contigo puedo hacerlo en cualquier sitio _ contestó el pelinegro.

Jeon se percató entonces de que no era tan experimentado como había creído. Y recordó el gemido de dolor la primera vez...

Por un segundo, tuvo la horrible impresión de haber cometido un error. Pero sus increíbles ojos azules brillaban apasionados y tenía el cuerpo más sexy que hubiera visto nunca... No, era imposible.

-En realidad, había venido a decirte que ha llegado la cena, pero me he distraído _ dijo Jungkook aún pensando en lo sucedido.

-Y yo también _ rió el rubio _ Voy a vestirme.

El hecho de que Jeon se hubiera visto abrumado de pasión por él, lo hacía sentir orgulloso y seguro de sí mismo. Pero su confianza cayó en picado unos segundos después, cuando entró en el salón y vio a Jeon con una camisa blanca y pantalones oscuros.

Estaba sentado en uno de los sofás, con la bandeja de la cena delante de él, y ni siquiera levantó la cabeza al oírlo entrar.

-Seguramente esto se ha quedado frío _ murmuró, cuando Jimin se sentó frente a él _ Si no te importa esperar, puedo pedir otra cosa antes de que te marches

Marcharse.

A Jimin se le encogió el corazón. Pero se dijo a sí mismo que debía actuar como un hombre adulto adulta. Además, era lo mejor, si se quedaba a pasar la noche, todo el mundo sabría lo que había hecho. No, Jeon se estaba portando como un caballero.

Pero entonces miró sus ojos y comprobó que en ellos no había ni ternura ni afecto, nada de la pasión que había mostrado unos minutos antes, sólo una mirada fria.

-Esto está bien _ murmuró bajito el rubio _ Pero la verdad es que no tengo hambre.

-Debes comer algo _ insistió el pelinegro, levantando la tapa de una bandeja en la que había carne con ver duras _ Espero que te guste _ Jimin estaba seguro de que iba a atragantarse. Pero se obligó a sí mismo a comer, buscando razones para aquel cambio de actitud.

Quizá estaba más tranquilo después de hacer el amor, se dijo a sí mismo sin mucha convicción. Además, la noche anterior, mientras cenaban, también había visto esa frialdad en sus ojos, esa expresión remota.

-Estás muy callado _ hablo Jimin con un deje de tristeza.

-Estoy comiendo _ contestó Jeon con ironía.

A Jimin la comida le sabía a cartón, y no podía saber a cartón porque estaban en uno de los mejores hoteles de Londres. Debía de ser culpa suya que Jeon estuviera tan callado, pensó. Pero ¿qué había hecho mal?

Quizá estaba decepcionado por su poca experiencia. Había leído en alguna parte que a los hombres les gustaban los amantes experimentados y Jeon no era ningún crío, debía de haberse acostado con cientos de mujeres u hombres.

-¿Cuántos años tienes? _  preguntó el rubio

-Treinta y seis, probablemente, casi podría ser tu padre _ contestó Jeon con un tono desdeñoso que a Jimin no lo pasó desapercibido.

De repente, entendió lo que pasaba. Jeon, el sofisticado y poderoso Jeon Jungkook, se sentía inseguro por estar con un hombre mucho más joven que él. Impulsivamente, Jimin se sentó a su lado en el sofá, apoyando una mano en su pierna.

-No a menos que me hubieras tenido a los diez años. Tengo veintiséis, así que ya no soy un niño _ respondió Jimin con seguridad en su voz.

-¿Te parece bien que un hombre de mi edad tenga una amante tan joven? _ preguntó el pelinegro.

-Si lo q... _ iba a decir |si lo quieres|, pero se detuvo a tiempo _ Si le gusta de verdad y el sentimiento es mutuo, claro que me parece bien. ¿Por qué no?

-¿De verdad lo crees? _ volvió a preguntar Jeon con intriga.

-Por supuesto _ contestó el rubio.

-Probablemente porque tuviste que soportar que tu padre tuviera amantes mucho más jóvenes que él. ¿Has pensado alguna vez que a otras personas eso podría parecerles mal? _ Jeon hablo fríamente.

-Pues no, no lo he pensado. Y en cuanto a mi padre, él vivía su propia vida y yo nunca tuve que
soportar a sus amantes. Sólo conocí a una de ellas. Pero no estábamos hablando de él, sino de ti _ explico Jimin con total naturalidad.

Le parecía increíble que un hombre como Jake pudiera sentirse avergonzado de su edad, pero eso la enternecía.

-¿Ah, sí? _ murmuró Jeon sarcástico.

Jimin acababa de confirmar lo que Hyuna le había contado. |No había tenido que soportar a ninguna de sus amantes|. De modo que era el niño egoísta y mimado que su hermanastra había descrito. Pero cuando miró sus ojos de color zafiro, nada de eso le pareció importante.

-Si tú lo dices...

-¿Por qué has mencionado la diferencia de edad? _ preguntó Jimin.

Jeon le pasó un brazo por los hombros _ Por nada Jimin, por nada. Tienes razón, ¿qué son diez años?

Cuando miró sus ojos oscuros, Jimin tuvo la impresión de que no estaba diciendo la verdad. Pero entonces Jeon buscó sus labios con la misma intensidad de antes y se olvidó de todo.

-Si no nos vamos de aquí ahora mismo, me temo que vamos a hacerlo en el sofá _ dijo el pelinegro con voz ronca.

Venganza Amarga - KOOKMIN - TerminadaWhere stories live. Discover now