Capitulo 20

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Una limusina fue a buscarlos al aeropuerto de Génova. Apoyado sobre el hombro de Jeon, Jimin iba mirando la carretera que bordeaba el mar, hasta una villa protegida por una enorme puerta de hierro. Un guardia de seguridad les dio la bienvenida y, poco después, llegaban a la casa.

Jimin se quedó boquiabierto. Era una casa magnífica de moderno diseño, construida en acero y cristal. Estaba a varios kilómetros de Génova, con los Dolomitas al fondo y una espectacular panorámica del Mediterráneo al frente.

-Su nuevo hogar, joven Jeon ¿Te gusta?

-Es una maravilla _ contestó el rubio emocionado.

Riendo, Jeon lo tomó en brazos para atravesar la enorme puerta de madera.

-¡Una escalera de cristal! Nunca había visto algo así.

Entonces se dio cuenta de que un comité de recepción compuesto por dos personas esperaba para darles la bienvenida en el vestíbulo. Jeon la dejó en el suelo y le presentó a Jisso, el ama de llaves, a la que Jimin ya conocía por teléfono... y al precioso hijo de Jisso, el pequeño Soobin, que hablaba su idioma, o al menos lo que le habían enseñado en el colegio. El marido de Jisoo, Kai, se reunió con ellos enseguida. Era el chófer de Jeon.

Después de brindar con champán para desearles buena suerte, se alejaron discretamente y Jimin miró alrededor. Los muebles eran preciosos, una mezcla de muebles tradicionales y modernos, pero fueron los cuadros lo que llamó su atención, reconoció un Matisse y dos Monet.

-Al fin solos -sonrió Jeon, tomándolo en brazos de nuevo para llevarlo al dormitorio. Pero como estaba nervioso, tropezó con las maletas que los empleados habían dejado en el suelo.

-¡Que me tiras! _ rió Jimin.

-Nunca _ contestó el pelinegro _ No me atrevería _ Pero cuando sus ojos se encontraron, la risa desapareció.

Lentamente, Jeon lo dejó en el suelo. Era increíble, pero estaba nervioso. Se había acostado con él muchas veces, pero aquella vez era diferente.

Sin dejar de mirarlo,  Jeon empezó a desnudarse, despacio, hasta quedar frente al rubio con sólo calzoncillos blancos, que poco podían hacer para esconder su excitación.

-No quiero que estés nervioso, Jimin _ murmuró _ ¿Te he dicho lo guapo que estás, cariño?

En dos segundos, la chaqueta y el polo escotado de seda y el pequeño short cayeron al suelo y Jimin quedó desnudo, excepto por las braguitas de seda blancas. Jeon dio un paso atrás para admirarlo con placer. Desnudo, con la gargantilla de perlas y la pequeña braga blanca era una visión maravillosa. Sus pechos se habían hinchado un poco, pero el abdomen seguía siendo plano.

-Parece que he esperado toda una vida para verte así.

Era incomprensible, pero Jimin, que tenía confianza para todo, de repente se vio asaltado por un absurdo temor. Jeon era tan perfecto, tan alto, tan bronceado. Y el quería ser perfecto para él...

Entonces vio un cuadro detrás de ellos, un Gauguin, con una mujer vestida con un pareo. Eso le recordó otro cuadro, otra mujer...

-¿Quién es Hyuna?

Jeon lo miró, perplejo.

-¿De dónde ha salido eso?

-Nada... es que he visto ese cuadro y me ha recordado el retrato que compraste. Se llamaba Hyuna, ¿verdad?

-¿Quién te lo ha dicho?

-Jackson.

-Jackson es un bocazas _ replicó Jeon, cortante _ Olvídalo.

Si fuera más amable, Jimin podría haberlo olvidado, pero su extraña actitud no hacía más que aumentar sus dudas.

-¿Quién era? ¿Una antigua novia?

-No, no... _ Jake estaba furioso, ridículamente furioso, y no tenía derecho a estarlo.

Desgraciadamente, el tema de Hyuna despertaba en él todo tipo de emociones: la lealtad que le debía a los Kim, el sentimiento de culpabilidad que no lo abandonaba, la frustración de que su chico lo mirase con ese gesto de angustia en su noche de boda...

-Tú sabes quién era _ dijo por fin _ Era la amante de tu padre... veinte años menor que él. Y ahora vamos a olvidarnos de eso...

-No quiero olvidarme, Jeon.

-¿Quieres saber la verdad? _ suspiró él _ Muy bien. ¿Por qué no? Hyuna era mi hermanastra y yo la quería muchísimo. La vi crecer, convertirse en una joven preciosa y la vi destruida por tu padre. Hyuna creía estar enamorada de él, durante dos años pensó que iban a casarse.

Jimin se quedó pálido. El alivio que había sentido al saber que no era una antigua amante desapareció al descubrir la verdad. Una ex amante podía olvidarse, una hermana no.

En la exposición, Jeon le había dicho que ese era el único retrato que le interesaba... Entonces recordó su mirada cuando estaba frente al cuadro. Cómo debió de odiar ver ese retrato expuesto en la galería...

Y su primera noche. Su frialdad después de hacer el amor, sus preguntas sobre lo que pensaba de un hombre que mantenía una relación con una mujer más joven. Ingenuamente, había pensado que se refería a ellos, ahora se daba cuenta de que hablaba de su padre.

-Dios mío... tú odias a mi padre, es eso, ¿verdad?

-Nunca lo conocí pero sí, lo odiaba. Mira, vamos a dejarlo _ suspiró Jeon _ Tu padre ha muerto, igual que Hyuna.

-Pero...

-Eres mi chico, Jimin _ lo interrumpió él, quitándole la gargantilla _ Y ya hemos perdido demasiado tiempo.

-No, suéltame. Tenemos que hablar.

-Lo que tenemos que hacer no es hablar, es otra cosa. Y es evidente que a ti también te apetece _ dijo Jeon entonces, mirando sus pechos.

La arrogancia del comentario fue suficiente para sacarlo de quicio. Admitía odiar a su padre y, al mismo tiempo, esperaba que se acostara con él sin darle una explicación. Su engreimiento era monumental, insoportable.

Por mucho que lo amara, por mucho que lo de seara, tenía que obligarlo a confesar porque se había casado con el.

-No, Jeon, lo que necesito ahora es la verdad _ le espetó, muy serio _ ¿Por qué le pediste a Namjoon que nos presentara? Si tanto odiabas a mi padre, la última persona a la que querrías conocer era a mí...




















(⁠•⁠ө⁠•⁠)⁠♡, Gracias por leer <3

Venganza Amarga - KOOKMIN - TerminadaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora