Capitulo 27

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Jeon llevaba cinco días fuera, lo llamaba todos los días, pero las conversaciones eran cortas e incómodas y el día anterior Jimin le había colgado el teléfono.

No tenía paciencia para hacer el papel de esposo amable, había llegado al limite. Ya todo le daba igual.

Sentía como si viviera en medio de una niebla, donde no había líneas claras que seguir, ninguna certeza, excepto el niño que llevaba dentro.

Siempre había sido una persona de acción y ahora era incapaz de tomar decisiones. No le gustaba el chico en el que se había convertido.

Suspirando, paseó por la finca, preguntándose dónde estaba todo el mundo...

Entonces oyó voces, gritos... 

Salió corriendo y vio a Jenni en la entrada de la gruta de Aldo, llorando amargamente.

-¿Qué pasa, qué ocurre? _  Entonces lo oyó. Era Aldo, llorando, a unos metros de la gruta había una fisura en la roca. El niño había debido de subirse para jugar... Sí, allí estaba su cometa, ésa debió de ser la razón. Había llegado hasta allí, pero no era capaz de bajar y había más de veinte metros hasta el suelo.

El pobre niño se agarraba a un saliente de la roca, llorando. Mark intentaba subir a toda costa, pero la fisura era demasiado estrecha para él.

Jimin no dudó ni un segundo y le explicó a Mark lo que iba a hacer.

El hombre le dijo que estaban esperando a los bomberos, pero el sabía que no podían esperar.

-Tranquilos, soy un escalador experto.

Un segundo después, empezó a subir por la pared de roca, no tenía duda de que pudiera subir, pero no sabía si sería capaz de bajar al niño. El era más ancho que Aldo y se raspaba las piernas contra la pared, pero no lo pensó siquiera. Cuanto más subía, más ancha se hacía la fisura... más difícil era encontrar un sitio donde agarrarse. Su frente se cubrió de sudor. Tenía que bajar de allí al niño como fuera.

Se detuvo un momento para tomar aliento y pensó en su hijo, rezando para que no le pasara nada. Por fin, haciendo un último esfuerzo, llegó hasta Aldo...

-Tranquilo, tranquilo, ya estoy aquí. No te muevas.

Entonces oyó el sonido de las sirenas en la distancia. Debían de ser los bomberos.

-Jiminie... -murmuró el niño, con los ojos llenos de lágrimas.

-No te muevas, no pasa nada. Estoy aquí.

Usando el entrenamiento de tantos años, Jimin apoyó los pies a ambos lados del niño para sujetarlo con su cuerpo. Pero ahora llegaba la parte más difícil. Podía quedarse allí, esperando a los bomberos... pero ¿y si el niño se asustaba y soltaba el saliente al que estaba agarrado? La alternativa era colocarse debajo y empujarlo con los hombros para sentarlo en el saliente.

Le habló despacio, diciéndole que debía ser valiente, que se quedara donde estaba e hiciese todo lo que ella dijera.

Jungkook iba lanzando palabrotas mientras atravesaba la puerta de hierro a toda velocidad. ¿Para qué pagaba a un equipo de seguridad si dejaban las malditas puertas abiertas?

Alguien iba a recibir una seria reprimenda, pensó, mientras detenía el Ferrari frente a la casa.

No sabía que hacía en Italia teniendo reuniones urgentes en Japón, pero porque desde que Jimin le colgó el teléfono tuvo la necesidad irracional de volver a verlo.

Jimin, su Jimin.

¿Cómo podía haber sido tan estúpido? Él, presidente de una empresa internacional, famoso por su inteligencia y su habilidad para tomar decisiones, no era capaz de conservar a su chico... con el que acababa de casarse.

Cuando entró en la cocina y vio que la puerta de atrás estaba abierta, salió a ver qué pasaba.

-¿Que haces aquí, Mark? _ le preguntó, pero se quedó inmóvil cuando el hombre señaló hacia el acantilado. ¿Qué pasa?

Como a cámara lenta, Jungkook levantó la mirada, su corazón se detuvo una décima de segundo al ver a Jimin suspendido a veinte metros del suelo, al borde del acantilado.

Corrió hacia allí, intentó subir a buscarlo, pero Tomás y Mark lo detuvieron. Era demasiado tarde.

-No, Dios, no _ murmuró, con el corazón encogido.

No oyó las sirenas, estaba ciego y sordo para todo excepto para Jimin. Por primera vez en su vida adulta, se sentía completamente inútil. Ni su fuerza ni su dinero podían hacer nada en aquel momento.

Vio a chico inclinándose, intentando colocarse debajo del niño para empujarlo con los hombros... sentía su angustia, el miedo que debía de estar pasando.

Entonces vio que los bomberos estaban preparando su equipo y empezó a gritar, censurándolos por llegar tan tarde... sin dejar de mirar hacia arriba, hacia su esposo.

Cuando montaron la plataforma de la grúa, Jeon insistió en subir.

-No, señor Jeon, sólo puede subir un bombero experimentado...

Jungkook no quiso escuchar y se lanzó directo hacia la grúa.



















Sorry la demora, pueden haber algunas confusiones con los nombres, gracias ✌🏻☺️

Venganza Amarga - KOOKMIN - Terminadaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें