Capitulo 12

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Cuando entraron en el hotel, Jimin tuvo un momento de pánico. Le gustaría que su madre o Lisa estuvieran vivas para poder hablar con alguien, con una mujer que pudiera aconsejarlo.

Entonces miró a la gente que se movía por el vestíbulo. La clientela del hotel era muy elegante y se sintió un poco fuera de lugar con sus vaqueros. ¿Por qué no se había cambiado de ropa o se había peinado un poco?  Luego miró a Jeon. Sí, él no parecía fuera de lugar en aquel sitio. Lo tenía todo. Además de un gran atractivo físico, llevaba la ropa con una natural que pocos hombres poseían.

-¿Te arrepientes? _ preguntó Jeon.

-No, pero, es que mira qué pinta llevo. Aquí todo el mundo va tan elegante _ se quejo Jimin

-Tú eres el más guapo, pero si te sientes incómodo, podemos ponerle remedio _ Antes de que Jimin pudiera decir nada, él lo llevó de la mano a una de las boutiques del hotel.

-Buenas tardes, le presento al joven Park _ le dijo a la dependienta _ Y quiero que lo atienda muy bien _ añadió después Jeon, sacando una tarjeta de crédito color platino _ Problema resuelto, ¿ves? Y ahora elige lo que quieras, pero no tardes mucho. Tengo hambre.

Jimin miró la tarjeta, atónito.

-No, gracias _ Si estuvieran solos le daría una bofetada, quizá Jeon estaba acostumbrado a hacer esas cosas, pero él no. Y no tenía intención de acostumbrarse. No se había sentido más mortificado en toda su vida, salió de la tienda sin decir una palabra más. Jeon lo tomó por la cintura.

-Oye, oye, has sido un poco grosera dejando a esa señorita tan amable con la boca abierta _ el pelinegro intentó bromear mientras entraban en el ascensor.

-¿Estás loco? _ exclamó Jimin, en cuanto se cerraron las puertas _  Me he ido porque nunca me había sentido tan avergonzado en toda mi vida, yo siempre compro mi propia ropa, no necesito que me la compre nadie.

Jeon levantó una ceja, sorprendido..

-Eres mi invitado y en cuanto a sentirte avergonzado, las mujeres o hombres esperan que un hombre que se acuesta con ellos pague por todos sus caprichos.

-¿Qué? _ dijo el rubio

-No tienes por qué sentirte avergonzado, yo no lo estoy _ Jimin lo miraba, incrédulo.

-Pues entonces lo único que puedo decir es que te has acostado con una pandilla de sinvergüenzas _ Jeon parpadeó, estupefacto.

-Ahora me dirás que nunca has dejado que un hombre te comprase un regalo _ dijo Jeon en un tono algo burlón.

Jimin abrió la boca para ponerse a gritar, pero se detuvo a tiempo. ¿Qué clase de vida vivía Jeon Jungkook?

-Nunca he dejado que un hombre me comprase un regalo. A menos que fuera mi cumpleaños _ dijo Jimin calmado.

-Eres un hombre increíble _ dijo Jeon, cuando se abrían las puertas del ascensor _ No dejas de sorprenderme.

Jimin dejó escapar un suspiro. Tampoco él dejaba de sorprenderlo.

Pasaron el domingo en la cama. El lunes por la mañana, Jimin se sentía como un hombre nuevo. Ningún hombre o mujer había tenido un amante más ardiente, seguro. Y se lo había dicho a Jeon una y otra vez, fascinado por su cuerpo, mientras le enseñaba cómo respondía el suyo ante ciertas caricias. Jimin se estiró en la cama, observando a Jeon, que diez minutos antes la había despertado para darse una ducha, y acababa de entrar con una toalla para en la cintura. Tenía un cuerpo magnífico, tan duro, con una piel tan bronceada... Y después de la noche anterior no le daba vergüenza mirarlo.

Lo vio sacar un traje gris del armario y sonrió ante la intimidad de verlo vestirse. Primero los calzoncillos blancos, luego la camisa del mismo color y, por fin, unos pantalones de pinzas.

-¿Vas a algún sitio? _ preguntó Jimin apoyándose en un codo _ No parece que te estés vistiendo para ir de museos _ Jeon se volteo, con una sonrisa en los labios.

-Tengo una reunión esta mañana. Te lo advertí hermoso, he venido a Londres en viaje de negocios, y no, no pienso besarte o llegaré tarde a la reunión _ le advirtió, al ver que hacía un gesto de desilusión _ Después de lo de anoche, supongo que te vendría bien un descanso o irte a ver museos. Pero yo estaré de vuelta a las seis y te estaré esperando.

Luego le dio un besito en la nariz y siguió vistiéndose.

-¿Qué pasa? Estás muy callado Jimin _ preguntó Jeon con un deje de preocupación.

-Estaba pensando si debería colgar mis cosas en la otra habitación _ bromeó el rubio.

Se sentía demasiado feliz como para enfadarse y, además, sabía que Jeon estaba en Londres para trabajar.

-Ah, puede que haya mentido sobre eso _ replicó el pelinegro, sus ojos burlones.

-¿Qué? _ dijo sorprendido Jimin.

-La segunda habitación ha sido reconvertida en oficina, de modo que a menos que quieras dormir sobre el escritorio, aunque eso también es una posibilidad interesante _ explico Jeon divertido.

Jimin le tiró una almohada.

-Serás mentiroso...

-Ya te la devolveré más tarde _ rió Jeon apartándose _ Y es una promesa, así que tiembla nene, nos vemos luego.

Jimin no fue a visitar museos, en lugar de eso, se gastó en ropa una cantidad de dinero que no debería haberse gastado, pero quería estar lindo para Jeon. Cuando volvió, a las seis, él lo estaba esperando.

-Qué típico, te has ido de compras _ sonrió Jeon al ver las bolsas.

-Pero no en las boutiques del hotel, son carísimas _ dijo Jimin.

Sin decir una palabra más, Jeon lo tomó entre sus brazos y lo besó hasta que las bolsas cayeron al suelo. Jimin enredó los brazos en su cuello y, unas horas después, llamaban al servicio de habitaciones.

Y así siguieron durante varios días. Por las mañanas Jeon tenía reuniones, de modo que no podía acompañarlo en sus excursiones, pero no le importaba porque sabía que, por la noche, estaría en la habitación y eso era lo mejor. Sólo tenía que mirarlo de cierta manera y todo su cuerpo se incendiaba.

Venganza Amarga - KOOKMIN - TerminadaWhere stories live. Discover now