❝ Capítulo XXV ❞

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Hermandad Parisina.
Paris, 17.45 hrs.

Habían llegado a la hermandad subterránea hacia poco tiempo. Sus amigas se habían separado para hacer sus tareas diarias y eso era, firmar un libro de registro. El concejo era muy estricto con sus miembros la mayor parte del tiempo, por lo que sí no firmabas, no sabían que era lo que habías hecho. Y últimamente, Sophie estaba muy atenta a eso. Desde el acontecimiento en abril con la muerte de Mirabeau a manos de Bellec, la situación entre los altos rangos se acomodó bastante, pero aún seguían con sus problemas de poder y pequeñas rivalidades.

Ya llevaban tres meses discutiendo posibles ”soluciones" para mejorar la vida de los aprendices, por no decir que sin Bellec estaban carentes de un maestro asesino de altísimo rango, que de paso sabía manejar a los nuevos. Por supuesto que Quemar, Trenet y Beylier sabían cómo hacer las cosas, el problema era que hacían cosas diferentes porque tenían posiciones diferentes. En otras palabras, no se ponían de acuerdo para efectuar las situaciones.

Lizzy se había enterado de la mitad de las decisiones que habían tomado gracias a sus amigas, que para nada estaban de acuerdo a cómo iban concretando diferentes medidas. Una de ellas era, por ejemplo, la expulsión ante la ofensa a uno de los miembros de alto rango. Eso significaba que no podrías decir tú opinión sí ellos no la querían... ¡Ja! Ya quisieran que la Americana se guardará las cosas.

—Que estupidez, parece un dictamen tirano— la nativa levantó sus cejas al leer el papel que tenía delante, se habían tomado el detalles de escribirlo en letras grandes.

—No pareces sorprendida, Mon Ami— la voz de Gerald logró sacarla de sus pensamientos. Se volteo para verlo y se encontró on Demetri también.

—¿Sorprenderme de esto?— señaló el papel. —Quitar el derecho de opinar, es igual a que te maten por ir contra el rey.

—Lo mismo pensamos, cada vez agregan más cosas. Según sé, es para mantener la paz dentro de la hermandad— Demetri acomodó sus guantes marrones antes de que sus ojos volvieran al papel.

—¿Mantener la paz o prohibir que se hablé mal de ellos? No les gustan las críticas— con su cabeza hizo un ademán, fijando su mirada a las escaleras que llevaban   a la sala del concejo.

—Si... Últimamente han hecho cosas extrañas.

—Quemar se ha quejado de la llegada de nuevos assassin's coloniales, son muy cerrados a la idea de dejar entrar personas que no sean francesas.

Assassin's Creed: revolución Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon