Chapter One : The Seed.

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—. Bienvenida, señorita.

Lee Minho y el gato tricolor de la entrada eran quienes solían recibir y saludar a los clientes que entraban a la papelería en la que trabajaba su mejor amigo.

Normalmente el muchacho de grandes ojos color avellana regalaba una sonrisa y acariciaba al gato que siempre mantenía recostado sobre sus piernas, el cual se estiraba y se removía mostrándole la panza para seguir siendo mimado.

Él, para nada era trabajador del sitio, sin embargo trabajaba a partir de la mitad de la tarde, de modo que siempre que se despertaba temprano se alistaba e invadía el espacio laboral de Hwang Hyunjin, el encargado de la concurrida papelería desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde.

Aquel último solía agradecer mucho la compañía del muchacho, pues por lo general necesitaba un poco de ayuda, sobre todo en temas de recepción, algo en lo que el extrovertido joven era sumamente bueno y además parecía disfrutar.

Mientras tan solo estaba sentado en una silla giratoria junto a la puerta con el mimoso felino sobre los muslos, Minho le indicaba a los clientes dónde esperar y de vez en cuando era capaz de responder unas cuantas preguntas con respecto a servicios y productos disponibles.

Aún asi, a Hyunjin lo que más le importaba de la presencia del muchacho era justamente su compañía, ya que tendía a sentirse solitario cuando él no iba, y el día era aburrido y apagado sin su presencia.

Estaba cerca de terminar su turno cuando llegó el último cliente de la media tarde.

A veces, era "ese" cliente en especial el que despertaba cierto mal humor en Hyunjin, fuese quien fuese, la persona que llegaba justo un par de minutos antes de que se acabase su turno, le causaba molestia.

En otras circunstancias Hyunjin habría disimulado sus grandes ganas de marcharse a casa y le habría dicho amablemente que por cuestiones de tiempo no podría ser atendido sino hasta las tres de la tarde, cuando iniciara el turno del otro trabajador, y habría girado el letrero de "abierto" muy lentamente con una expresión de falsa disculpa y pena.

Esta vez, sin embargo, cuando estuvo a punto de gesticular la negativa para que aquella persona no entrara, Minho ya había abierto la boca, y la puerta.

—. Bienvenido, joven. — El castaño movía la silla de un costado a otro, y había captado un poco tarde que debía voltear el letrero de "abierto" en lugar de abrir la puerta, así que lo hizo tan solo en ese momento, disculpándose con la mirada.

El más alto en cambio solo tuvo que aceptar su destino, y de no ser por lo agobiado que se veía aquel muchacho que apenas entraba, muy probablemente habría dado una atención algo apresurada o brusca.

No fue así la situación, aquel chico que apenas medía un poco menos que su mejor amigo tenía una expresión angustiada y parecía nervioso, cargaba con una mochila negra y más que triste o estresado, se notaba perdido.

—. Disculpa, ¿te encuentras bien?

Minho había percatado la situación, por lo que se había acercado cuidadosamente al muchacho para sacarlo de ese pequeño ensimismamiento en el que parecía estar aturdido o asustado.

Lee Félix levantó su mirada apenas reaccionó, y Hwang Hyunjin juró haber descubierto los misterios del universo en el azul profundo de sus grandes ojos brillantes.

Según lo que el par de amigos logró en parte entender y en parte asumir, el muchacho estaba bastante abrumado ya que era extranjero, llevaba menos de cinco días en el país, y estando solo en las calles de Seúl la barrera del idioma le estaba resultando muy alta.

Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant