Chapter Six : Fleas and Diseases.

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El rostro fuertemente ruborizado de Félix se veía más hermoso que de costumbre.

La forma en la que se le curvaban las cejas y sus gruesos labios rosados se mantenían separados para dejar escapar la intensa secuencia de gemidos no eran más que una obra de arte para Hyunjin.

Estaba apoyado sobre las rodillas y las palmas de las manos, encima de la cama del mayor, con una curva perfecta en la espalda que provocaba que su cadera estuviese alzada al punto perfecto para el contrario.

No era un secreto que habían tenido una fuerte conexión inmediatamente después de conocerse, sin embargo ninguno de los dos había planificado terminar teniendo sexo con el contrario la tarde de ese sábado.

La humedad causada por la lluvia había sido reemplazada por el sudor, y el frío del ambiente había desaparecido dentro de aquella habitación, en la cual el calor humano y la actividad física habían creado una diferencia de temperaturas lo suficientemente notoria como para llegar a empañar las ventanas.

La ropa había quedado regada por el pasillo y parte de la habitación, sin embargo en ese instante no había prenda capaz de cubrir la desnudez de ninguno.

Desde el principio ambos se habían ido directo al punto, milagrosamente Félix conservaba en su billetera un preservativo en buen estado, y era el que los había salvado cuando después de haber estado tocándose con impaciencia se vieron en aprietos al no saber si era seguro seguir.

Tal vez Hyunjin no era el más experimentado en aspectos sexuales, pero a Félix le había parecido un obsequio de la naturaleza el hecho de que aún en estado de aprendizaje, los largos dedos del chico lo empujaran a un punto de placer tan alto como ese que alcanzó cuando él lo preparaba.

Se aferraba a las sábanas, y las piernas le temblaban cada vez que sentía sus delgadas falanges introducirse una por una en su cuerpo, a un ritmo suave y cuidadoso que estaba muy lejos de hacerle daño a pesar de no tener un lubricante que sirviera de ayuda.

Hyunjin lo acariciaba con admiración y posesión, sin dejar ningún rincón de su cuerpo libre de su calor o de su tacto.

Sentirlo introducirse en su cuerpo había sido por lejos la sensación más satisfactoria que pudo haber sentido después de mucho tiempo, Hyunjin tenía dotes muy generosas, y Félix se había sentido muy agradecido con tal tamaño y calor invadiéndolo desde dentro tan cuidadosamente.

Había sido de esa forma durante unos cuantos minutos al menos, mientras se acostumbraban el uno al otro, no obstante, un rato después se habían hecho a las suyas.

El mayor había descubierto lo bien que Félix sabía mover las caderas, el menor lo había dejado debajo por un rato, y había iniciado un delicioso e intenso movimiento sobre su cuerpo, moviendo sus caderas en suaves círculos mientras subía y bajaba sobre toda su extensión.

Félix era una perdición, era la clase de persona que no se preocupaba en ocultar lo que sentía, el placer y la satisfacción eran cosas evidentes en sus hermosas expresiones, y eso a Hyunjin lo enloquecía.

Al más alto de ambos le encantaba de sobremanera el hecho de que el azabache no le quitara los ojos de encima incluso mientras él lo estaba embistiendo con toda la fuerza que tenía.

Después de haber cambiado la primera posición los profundos ojos azules de Félix lo miraban con lujuria y súplica a través del espejo que tenían ligeramente al costado, mientras todo su rostro expresaba con libertad lo mucho que le gustaba sentir al mayor abrirse paso entre su cálido y húmedo interior.

Hyunjin jadeaba con intensidad mientras apretaba entre sus grandes manos la cintura estrecha del menor, y este solo se doblegaba ante su dominancia y buscaba la mejor manera de complacerlo.

Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]Where stories live. Discover now