Chapter Two : The Earth.

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Hyunjin estaba sumamente cansado de ver a su padre llegar a casa tambaleándose y chocando contra las paredes, impregnado del intenso y desagradable aroma del alcohol sin poder siquiera controlar ni su borrachera ni sus impulsos.

La poca decencia humana que le restaba a aquel hombre desaparecía cuando las figuras de autoridad y supervisión del pequeño edificio en el que vivían tenían que hacerse cargo de él y de su vicio, guiándolo hasta su departamento para dejarlo desparramado sobre el sofá mientras que él debía hacerse cargo de soportarlo.

La actitud supuestamente amistosa y muy optimista con la que se aparecía cada vez que se encontraba borracho le resultaba desagradable y lo ponía de mal humor, odiaba escucharlo hablar de su divorcio, de la separación de bienes, del hijo menor de aquella relación y de su justificación ante su adicción a la bebida.

Siempre lo escuchaba decirle que estaba mejor con él que con su madre, que ellos dos vivían muy bien por su cuenta y que eran felices, porque de todo eso al menos la mayoría de cosas, eran una mentira.

Aquella noche no había sido la excepción, lo había llamado la presidenta del condominio para indicarle que los guardias de seguridad del edificio habían tenido que dejar a su padre frente a la puerta del departamento, ya que el hombre perdió sus llaves y como él no estaba, no lo pudieron ingresar, sin embargo había sido encontrado inconsciente por la borrachera en pleno ascensor, y por respeto a los demás inquilinos del edificio, tuvieron que apartarlo de allí.

Sentado en el sofá del departamento, se cubría la cara mientras trataba de lidiar con el bochorno causado por la situación, y desde allí podía escuchar al hombre balbucear las mismas estupideces de siempre mientras estaba recostado en la cama, cerca de por fin quedarse dormido.

Era la quinta vez en la semana que su padre causaba disturbios en el edificio por llegar alcoholizado, por lo que esa noche había recibido un fuerte regaño de parte de la presidenta del condominio, que si bien solía ser muy amable y tolerante, claramente también estaba llegando a su límite.

Existía la posibilidad de que los desalojaran debido a las conductas del hombre, y aquello lo estresaba de sobremanera, ya que era el único edificio en la zona en el cual el alquiler se le hacía cómodo de pagar, pues teniendo en cuenta que su padre era alcohólico, por muy buen sueldo que tuviera, todo iba a parar a la licorería o algún bar de paso, así que él debía hacerse cargo de las cosas importantes.

Fingió haberse quedado dormido en el sofá cuando notó a su padre saliendo de la habitación para dirigirse hacia el baño, escuchando cómo se estrellaba contra las paredes o cómo se tropezaba con sus propios pies al andar.

Apenas la puerta del baño se cerró, sintió cómo se le cerraba la garganta en un intenso llanto cargado de frustración, aprovecha la oportunidad de caminar a grandes pasos hacia su habitación y una vez encerrado, todas las almohadas que tiene sobre la cama terminan repletas de gritos, lágrimas, golpes, y algunas incluso estrelladas contra la pared vacía.

Cuando acaba su pataleta, se lanza sobre la cama desordenada y observa el techo mientras su mente parece haberse ido hacia otro plano.

No es sino minutos más tarde cuando se calma que le echa un vistazo al teléfono, notando en la pantalla una notificación de un mensaje proveniente de un número desconocido, "Hey, soy Félix, ¿llegaste bien?" es lo que dice, y decidiendo que no está de humor, de energía ni de ánimos para ser social, tan solo apaga el teléfono, se acomoda boca abajo y se dispone a dormir.

Cuando la alarma del teléfono celular suena por la mañana, Hyunjin siente que ha dormido menos de diez minutos, sin embargo no le da muchas vueltas a eso de salir de la cama, la arregla y enseguida entra a tomar una ducha.

Magnolia ❞. ₊ [ HyunLix ]Where stories live. Discover now