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Chapter Twenty Eight : Harvesting Love.

—. Feliz aniversario y medio. — Murmura la voz de Hyunjin cuando besa la mejilla de Félix y abrazándolo desde atrás, le ofrece una rosa.

El pecoso se ríe ante la forma en la que el mayor lo dice, "aniversario y medio", había estado diciendo aquello repetidas veces las últimas semanas, pues por lo visto tenía planes muy específicos para celebrar el año y medio de relación que ahora llevaban.

Las cosas iban realmente bien desde entonces, la estabilidad era una palabra con la que se había familiarizado bastante, y lo cierto era que estaba realmente satisfecho con los avances que había sufrido su vida.

En los últimos meses habían logrado muchas cosas, no solo como pareja, sino también a nivel personal, a pesar de estar siempre apoyándose el uno al otro desde dicho aspecto.

Su orgullo más reciente como novio, por ejemplo, era el de haber apoyado a Hyunjin cuando este demostró un pequeño interés por formarse un poco más en el área artística, pues según él, después de analizarse mucho a sí mismo, había tenido que admitir que no era algo que hacía por hacer, sino que le gustaba, y le interesaba mejorar.

La idea había comenzado con simpleza, con el pequeño objetivo de pagarle a una academia para recibir clases especializadas, no obstante, Félix gracias a su trabajo principal tenía buenos contactos, y había logrado un convenio con el director de un instituto de buen estatus, quien inmediatamente aceptó al rubio como estudiante, dándole la oportunidad de comenzar a formarse con una carrera universitaria.

Ahora que Hyunjin estudiaba, solía juntarse más con Félix para pedirle ayuda, sobre todo en temas de redacción cuando tenía que entregar ensayos o investigaciones acerca de temas relacionados a historia del arte y cosas de ese estilo.

No obstante, como pareja tenían un orgullo incluso superior a ese, el año les había sonreído con gracia, y después de bastante esforzarse, se decidieron por abrir un pequeño negocio juntos.

Alrededor de un poco después de la mitad del primer año de relación, habían comenzado a plantearse la idea de ganarse la vida con algo que les dejara una mayor satisfacción, así que después de mucho planear, pensar y ahorrar, fueron capaces de comprar un local acogedor y de tamaño mediano para su proyecto.

El lugar era una pequeña floristería en el centro de Seúl, pero contaba con la peculiaridad de que además de eso, era un café bastante cálido y familiar.

Se trataba de un concepto un poco diferente y no tan común, por lo que les iba realmente bien. 

Allí, Félix disfrutaba al trabajar, pues pasaba horas horneado postres y comiendo galletas, así que se divertía, y gracias a la calidad de su buena mano de obra, no solo había ganado un poco más de peso, sino también una buena cantidad de dinero.

Ambos se acomodaban muy bien en términos de tiempo, Félix seguía dedicándose atentamente a la escritura, y siendo el repostero principal de su pequeño negocio, Hyunjin ponía de su parte dando la cara al público al atender y llevando las cuentas, repartiendo el trabajo en equipo.

Los buenos ingresos del negocio en cuestión de un par de meses les habían generado la soltura económica suficiente para, además de todo, cambiar de departamento.

Félix se había habituado un poco a cambiar de ambiente frecuentemente, ya que siempre buscaba un lugar más cómodo y espacioso para que Hyunjin pudiera quedarse con él sin sentirse dentro de una caja de fósforos, pero la fluidez económica les había ayudado a dar un paso más.

Ahora estaban viviendo juntos.

El nuevo departamento era espacioso, tenía tres habitaciones, un depósito, dos baños, y un gran espacio corrido que combinaba la sala, la cocina y el comedor, todo perfectamente distribuido y decorado con inmensos ventanales y una terraza mediana hacia uno de los costados.