𝑬𝑳 𝑪𝑶𝑺𝑻𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑶𝑳𝑽𝑰𝑫𝑶 [𝐉𝐞𝐥𝐬𝐚]

Lágrimas

—¿Estás celosa?— preguntó haciendo que detuviera mis pasos en seco.

Sentí como mis mejillas se ruborizaron,  me volteé hacia él indignada, quise negarlo pero mirándolo a los ojos no pude hacer más que mantener la boca cerrada.

—¿Vas a quedarte callada, princesa?— preguntó después de unos segundos sin respuesta.

Princesa... había olvidado lo mucho que me gustaba que me llamara así.

—Estás confundiendo las cosas.— dije lo más firme que pude.

—Elsa, yo te amo. Hice muchas tonterías porque tenía miedo, porque... porque como tu dijiste, soy un inmaduro—aceptó— Soy un inmaduro que no sabe como manejar lo que siente por ti. Pero si tu me das otra oportunidad...

—¿Te das cuenta de que tiraste nuestra amistad a la basura y que ni siquiera te dignaste a buscarme durante todo este tiempo?—lo interrumpí— ¿Cómo esperas que te crea? — arrugué las cejas, se me hizo un nudo en la garganta al recordar el día en que se fue—Eso no es amor, Jack. No sé que sea, pero amor no es.

—Precisamente lo hice porque te amo. Me dolió mucho alejarme, pero en ese momento creí que era lo mejor para ambos.— dijo con la voz entrecortada, pero su explicación no me hacia ningún sentido, la peor manera de resolver un problema es alejándose.

—Pues yo no entiendo tu forma de amar— contesté, pero de alguna manera al escuchar su voz diciendo "te amo" no pude evitar lagrimear, me limpié los ojos inmediatamente, odiaba verme vulnerable frente a él.

"No sientas, no sientas..."

—Els, no llores, por favor. No soportaría que derramaras una lágrima más por mi culpa— tomó mis manos para entrelazarlas con las suyas— Solo tienes que entender que quiero protegerte, que seas feliz. Elsa, yo te daría todo lo que tengo con tal de que sintieras lo mismo.

—El amor es más que dar, hay que quedarse.— le dije con los ojos cristalinos— Y tú no te quedaste, Jack— susurré.

—Te prometo que no volveré a irme.— de sus ojos cayeron varias lágrimas—Nunca podría dejarte ir de nuevo, lo nuestro no se puede quedar así, princesa...

—El problema es que nunca hubo un "lo nuestro"— apreté los labios para contener el llanto.

No sé a quien de los dos le dolió más, porque a pesar de nuestros esfuerzos, las mejillas de ambos se llenaron de lágrimas en ese momento.

Estabamos cerca, aún tenía mis manos entrelazadas a las suyas. Su mirada  arrepentida solo hacía que me dieran más ganas de llorar.

Pero, repentinamente un grito furioso nos hizo salir del trance y reaccionar, por instinto nos separamos asustados.

—¡ERES UN PATÁN, FROST!— era Conejo quien corría hacia nosotros y le lanzó un boomerang a Jack, quien se agachó en el último segundo para esquivarlo.

—Todavía tienes el descaro de verte con Elsa cuando no ha pasado ni una hora de que terminaste con Hada— le reclamó con enojo— Te advertí que no la lastimaras— Le lanzó más boomerangs, estaba ardiendo de coraje.

—¡Alto!— grité, estaba sorprendida por su actitud, y algo abrumada por el susto que nos hizo pasar,  nunca me imaginé que el tierno Conejito de Pascuas fuera tan agresivo; Me limpié rápidamente las lágrimas y ya que ignoró mi comentario decidí alzar mis manos y crear una barrera de hielo para detenerlo.

—¿Vas a dejar que tu "princesita" te defienda, muñeco de nieve?

¿Princesita?