Avances

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—¿Casi está listo?— Preguntó Jessica a algunos de los agentes que en esos momentos estaban subiendo los detectores de vibranium al barco.

—Si— Respondió uno de los hombres a lo que la rubia asintió.

—De acuerdo sigan trabajando— Ordenó la rubia para después subir al barco, para reunirse con el líder de aquella misión: Nikolay Ivanov.

—Es increíble lo que él gobierno puede construir en dos semanas— Dijo la rubia entrando a la habitación donde el hombre estaba reunido con Alexander Kuznetsov y Dmitry Smirnova.

—Al final de cuentas tu hiciste la mayor parte del trabajo— Reconoció Alexander.

Y si, Jessica había podido acceder a la computadora de aquella estudiante Riri Williams ya que si bien esta había destruido los planos y archivos físicos del detector de vibranium no había logrado eliminar la copia de su computadora, todos siempre dejan un rastro. Jessica admitía que la joven era una genio al poner aquel cifrado tan complicado pero no lo suficiente porque en menos de una semana ella había logrado acceder sin problemas para posteriormente brindarle la información y los planos a su gobierno, del resto ellos se habían encargado.

—Gracias— Agradeció la rubia —Es bueno ver que alguien aquí si puede reconoce claramente mi trabajo y mi esfuerzo— Agregó mirando a Nikolay y a Dmitry con clara insinuación y reproche.

Nikolay carraspeó levemente incómodo, a él no le gustaba admitir que aquella joven era brillante y inclusive mejor que él, le hacía sentir incómodo.

—Si, bueno ya habrá tiempo de eso Jessica, por ahora tenemos que partir— Dijo desviando el tema principal de las quejas de la rubia.

—Nunca hay tiempo para hablar de mi y mi perfección— Se lamentó la rubia con algo de sarcasmo y es que si había algo que la caracterizaba a Jessica Novikov era su narcisismo y su terrible egocentrismo, para la rubia generalmente el mundo giraba entorno a su alrededor y eso era algo que a nadie de ahí le agradaba.

—Podrás hablarle de ti a la pared de tu habitación, probablemente a la pared si le interese— Dijo Dmitry con sarcasmo.

—Eres un imbécil Smirnova.

—Si, bueno prefiero serlo a ser: Miss narcisista, pequeña arpía.

Justo cuando otra pelea entre ambos iba a estallar Ivanov Interrumpió.

—Si van a empezar con eso háganlo a fuera, no quiero que quemen nada de aquí adentro— Dijo el hombre recordando la última pelea de ambos donde habían quemado por completo su habitación en una de sus misiones.

Ninguno de los dos dijo nada pero de ser por ellos en ese mismo momento hubieran incendiado el barco.

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—Empiezan a estimarla— Comentó Namora posicionándose a lado de Namor quién desde hacía unos minutos había estado observando a su hija jugar con algunos niños de Talokan.

—Si, lo sé— Asintió distraídamente el hombre sin apartar su vista de la morena—¿Qué hay de ti? ¿Qué piensa de ella?— Preguntó K'uk'ulkan a la que era su mejor guerrera.

—Admito que en un principio no me parecía particularmente agradable, porque pensé que tal vez sería igual a la princesa Shuri, que traicionaría nuestra confianza en cuanto tuviera la oportunidad de hacerlo— Comentó, el hombre se tensó levemente ante la mención de la princesa wakandiana —...pero no fue así, puedo ver qué es honesta y se preocupa por los habitantes de Talokan, aunque no debería de sorprenderme demasiado después de todo es tu hija— Agregó finalmente observando a la joven reír divertida con lo niños.

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