19 años atrás K'uk'ulkan conoció a Kaknab, una joven de un pueblo de Tulum, de la que se enamoró y que de este amor fue concebida Zanya, sin embargo de su existencia Namor jamás se enteró.
Se quedó esperando por la llegada de sus invitados, la paciencia si bien no era su virtud más grande sabía con exactitud en que momentos debería tenerla, esa era la clave de su éxito.
Miro a su izquierda detrás suyo, Alexander la cubriría y a su derecha estaba Dmitry con Nikolay detrás suyo cubriendo al joven.
Jessica no supo cuánto tiempo paso antes de que repentinamente vieran una ballena negra salir de las profundidades del agua y repentinamente seis personas emergir de las fauses de la criatura. Los cuatro vieron como las personas aterrizaban con fuerza e imponencia en la cubierta del barco delante de ellos.
—Esto debe de ser una puta broma— Escuchó decir a Dmitry por lo bajo al ver a los desconocidos.
Parecían guerreros mesoamericanos, una mujer y cinco hombres de piel azul que utilizaban una especie de respirador y que traían consigo lanzas, luego estaba el hombre en medio y que destacaba demasiado entre los guerreros de piel azulosa, que parecía ser su líder, los ojos de Jessica se enfocaron en este; el hombre era de tez morena y lucía más humano que los otros dos, excepto por las particulares alas en sus tobillos y las extrañas orejas de duende que poseía.
—Están forrados en vibranium— Comentó Nikolay en cuanto reconoció el codiciado recurso que buscaban, en las vestimentas de los seis desconocidos.
Las miradas de ambos bandos eran hostiles hacia los contrarios, ambos con la guardia totalmente en alto en espera del más mínimo movimiento para poder atacar.
—¿Quiénes son ustedes?— Preguntó Nikolay totalmente a la defensiva.
Los desconocidos se miraron entre si con confusión ante el idioma que hablan: ruso.
—¿Quienes son ustedes?— Repitió está vez Jessica en un idioma que probablemente si comprendían —¿Quién eres tú?— Esa pregunta fue para Namor.
—Tengo muchos nombres, pero mis enemigos me llaman Namor— Respondió el hombre está vez sin apartar su oscura mirada de ella —¿Quiénes son ustedes?
—De acuerdo Namor, tenemos dos opciones; la número 1: no se meten en esto y nos dejan hacer lo que tenemos que hacer y no hay derramamiento innecesario de sangre o la número dos: hay derramamiento de sangre y obtenemos lo que queremos— Ofreció la rubia sus opciones al moreno y sus guerreros que le acompañaban, haciendo caso a omiso de la pregunta anterior del hombre.
Namor le miró con perspicacia antes de responder:
—No hay opciones, ni negociaciones y si habrá derramamiento de sangre pero tengan por seguro que no será de nuestro lado.
La sonrisa en los labios de Jessica se ensanchó ante las palabras del hombre.
—Creo que comienzas a agradarme Namor— Admitió abiertamente la rubia —Pero no deberías ser demasiado— Hizo una pausa buscando la palabra correcta —... presuntuoso, sin saber realmente a quien te estás enfrentando.
—Lo mismo es para ti...
—Jessica— Completó la rubia sin borrar la sonrisa petulante de su rostro.
—No deberías de decir algo si no sabes a quien te estás enfrentando— Declaró el hombre.
—Me agrada este tipo— Comentó Jessica volviendose hacía sus compañeros sin borrar su sonrisa en ningún momento.
—Si quieres te sirvo el té— Comentó Dmitry ya cansado de la habladuría de la rubia.
—No es necesario chispitas, empezemos con la diversión— Declaró la rubia y con un asentimiento mutuo ambos fueron los primeros en lanzarse.
Dmitry fue directamente por la mujer que estaba a lado de Namor y por su parte Jessica fue directamente por aquel hombre mutante, en cuanto a Alexander se enfrentó directamente hacía un tipo fornido junto a otro guerrero y finalmente Nikolay se encargaba de los otros dos restantes.
—Veamos lo que tienes hombre pez— Dijo la rubia lanzando su ataque directo, cuerpo a cuerpo, quería saber a quien se estaba enfrentando y las habilidades que podría tener antes de que ella sacará su carta bajo la manga y mostrará directamente sus habilidades.
Para Namor hubiera sido tan sencillo pero la chica era demasiado escurridiza para su gusto que solamente se dedicaba a esquivarlo, en un punto dónde creyó tenerla acorralada contra una de las paredes del barco está había logrado escaparse y su golpe había dado directamente contra el metal del barco causando una enorme abolladura en este.
La sorpresa destello en los ojos de Jessica cuando se dió cuenta que el hombre poseía una fuerza sobrehumana, si recibía un golpe en algún punto vital estaría muerta.
—Esto se está poniendo particularmente interesante— Comentó Jessica simplemente dignandose a esquivar los ataques del mutante.
Por su parte las demás batallas estaban reñidas, o al menos daban buena pelea los unos con los otros, pero de seguir así era claro que habría solo un ganador y esos serían ellos, los Talokanes.
—¡Es el momento chispitas!— Dmitry escuchó la orden de Jessica a varios metros detrás suyo.
—¡No necesitas darme órdenes pequeña arpía!— Exclamó molesto a duras penas conteniendo a la mujer.
Namora vio como el tipo repentinamente se separaba de ella varios pasos hacia atrás poniendo una distancia prudente.
—Espero que te guste el calor, maldita— Comentó el joven hombre.
Eso puso alerta a los dos guerreros que luchaban junto a Attuma.
Repentinamente los ojos de aquel chico castaño detallaron de maldad y repentinamente de sus brazos surgió fuego, las llamas envolvían casi toda la extensión de sus brazos y sus ojos parecían prendidos en fuego brillando intensamente.
Eso no se lo espero Namora, no pudo reaccionar siquiera cuando las llamas en ese instante ya se dirigían hacía ella, listas para prenderla en fuego y consumirla con un calor abrumador.
—¡Namora!— Gritaron los dos guerreros que luchaban junto a Attuma y los cuales eran los más apegados y cercanos a la mujer.
La llamarada estaba a punto de alcanzarla pero ambos guerreros llegaron justo a tiempo para cubrirla con sus cuerpos, las llamas alcanzaron a ambos guerreros, quemando sus espaldas, y estos en un acto de aliviar el escozor de la piel quemada y proteger a la mujer se lanzaron del barco hacía el océano con Namora.
En ese momento todos estaban atónitos, inclusive Namor.
Por su parte la distracción ayudo tanto a Nikolay como Alexander, aunque más a el primero que logro deshacerse de los guerreros con los que se enfrentaba rápidamente al atacarlos con un arma de energía especial y Alexander estuvo a punto de hacer lo mismo cuando la impresión inicial en Attuma paso más rápidamente y este a duras penas logro salvarse, el golpe fue directamente al estómago del guerrero, debido a que no pudo esquivarlo del todo, dejándole malherido en ese momento y fuera de combate mientras comenzaba a desangrarse rápidamente por el ataque de la misteriosa arma.
Un ataque más de aquella arma y aquel extraño de piel azul moriría, Attuma, moriría.
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Rato sin actualizar, no pensé que hubieran pasado dos semanas desde la última actualización, y no hay excusa solo he tenido muchas cosas en mente, pero por fin aquí les dejo la actualización. Muchas gracias a todos los que leen está historia, votan y comentan.
